“Compran” servidores públicos premio “Tlatoani”
Para poder obtener el premio “Tlatoani”, que otorga el Instituto Mexicano de Evaluación (IMDE), los servidores públicos de Chiapas han tenido que pagar entre 18 y 45 mil pesos, que es la cantidad que se les solicita, supuestamente, para pagar una cena de gala que se les ofrece el día de la entrega de los reconocimientos.
El premio “Tlatoani” en Chiapas lo han recibido: la diputada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Alejandra Soriano Ruíz; el diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Neftalí del Toro Guzmán; el síndico municipal de Tuxtla Gutiérrez, Eduardo Suárez; y ayer el director del Instituto de Capacitación de Educación Tecnológica (Icatech), Enoch Hernández anunció que también recibirá el premio, que ha sido cuestionado en diferentes niveles.
El premio Tonantzin, que también es entregado por el IMDE bajo la misma modalidad que el Tlatoani, pero a las presidentas de los DIF, lo recibió la presidenta del DIF Municipal de Tuxtla Gutiérrez, Noris Jiménez Cantú.
El IMDE es una organización civil que su principal función es entregar estos premios. La Universidad Pontificia de Salamanca España, quien también aparecía como promotora de los reconocimientos, se ha deslindado de la entrega de estas preseas.
En cada ceremonia de premiación reciben, exactamente, la misma estatuilla y diploma cada alcalde, diputado, senador o funcionario. Todas dicen lo mismo “Al mejor –el cargo que ostenta el galardonado-“. De tal forma que al terminar la cena cada uno sale con un diploma que dice que son los mejores.
Según el IMDE los reconocimientos son entregados a quienes obtienen un mejor puntaje en un estudio de opinión, del cual se ignora su metodología.
Para que un funcionario sea “nominado” al premio no es necesario que se inscriba o que la ciudadanía lo proponga, el propio IMDE decide eso y notifica mediante un correo electrónico al funcionario que ha sido “nominado” la fecha de premiación. En un segundo correo electrónico se informa que se tiene que pagar la cena del evento en el que se entregarán las preseas, el precio es de 18 mil a 45 mil pesos. Casualmente sólo los que pagaron la cena resultan ganadores.
De acuerdo a los encargados de premiar a los funcionarios, el Premio Tlatoani tiene por objetivo que en un acto de humildad ciudadana, se reconozca a aquellos servidores públicos comprometidos y quienes han dado resultados durante su gestión.
«Tlatoani» era el nombre por el que se designaba al Emperador Azteca, quien tenía el poder de la palabra, y quien era descendiente de los Dioses.
«Tonantzin», es el nombre de la Madre de los Dioses del Panteón Azteca, sobre cuya colina, Juan Diego habría encontrado a la Virgen de Guadalupe, y posteriormente se erigió una capilla sobre dicho montículo.
Los premios son simbólicos, porque el poder se manifiesta a través de un lenguaje simbólico, es una forma de justificar la actuación de los servidores públicos y políticos que posiblemente, en un futuro cercano ascenderán otros peldaños en la escalera del poder. Es una forma simbólica de ostenten logros, y hagan carrera, ante la imposibilidad de hacerlo en el corto tiempo.
Es como las maestrías y doctorados, hoy día son títulos quasinobiliarios y se obtienen últimamente, casi en todas partes. (Con todo respeto, no quiero ser iconoclasta, ya que existen universidades que otorgan auténticos grados, y académicos que en verdad poseen el conocimiento de dichos grados). Lo demás es parte de una moda. ¿Se trata de una expiación simbólica?