Migrantes buscan salida a cerco que impuso el Estado mexicano

Migrantes, cercados por el Estado mexicano, y abandonados por los gobiernos de sus países. Foto: Iván Castaneira

Mientras el Estado mexicano y organizaciones anuncian lo que consideran “acciones de protección y ayuda a migrantes”, y les niegan seguir utilizando la ruta del tren para cruzar México;  miles de hombres y mujeres continúan su éxodo por vías alternas, cada vez más peligrosas.

Rubén, Maynor, Fredy y Esperanza, juntaron 7 mil dólares entre los cuatro. El pasado 4 de agosto emprendieron el viaje desde El Ceibo, Honduras.  Esperaban cruzar México utilizando la ruta del tren que parte desde la ciudad de Arriaga. Tres días después de su salida, al llegar a Arriaga, los cuatro jóvenes y otra media centena de migrantes, fueron detenidos en medio de un operativo donde militares mexicanos, y policías federales y estatales, les impidieron subir al tren, como parte de las acciones del Programa Frontera Sur. Dos semanas,  después vienen de regreso, está vez por la sierra chiapaneca.

Esperanza junta su cuerpo al de Maynor. Se baja la gorra, esquiva la mirada. Al ver acercarse la camioneta, su primera reacción fue dejar su caminata por la carretera y escapar por el monte. Dos asaltos y un secuestro los hace mantenerse alertas, tensos, temerosos. Ya perdieron los 7 mil dólares, no quieren perder la vida, asegura Fredy, quien decide bajar del montículo tras el que buscan esconderse. Busca agua y algunas monedas que les permitan poder seguir el viaje.

“Para subir al tren pagas las cuotas que piden (grupos que forman parte de la delincuencia organizada), y puede uno andar. Ese es buen camino para quienes no podemos pagar al coyote. Pero por acá (dice señalando la carretera que luce semivacía a pesar de ser las 3 de la tarde), si no tienes un coyote que responda por ti, cualquiera te asalta, te roba, te mata”, explica una vez que entra en confianza.

El supuesto programa para “brindar seguridad al migrante”, llamado Programa de la Frontera Sur, colocó a miles de migrantes que no pueden reunir los requisitos para entrar de manera legal a México, en una situación de mayor vulnerabilidad. Rubén, Maynor, Fredy y Esperanza son prueba de ello.

Regresar y tratar de sobrevivir en su país de origen no es una opción para ellos, explica Esperanza. “La pandilla nos sentenció, si regresamos, nos matan. Por eso mejor nos corremos la suerte acá”, dice, mientras se sierra la chamarra deportiva con la que intenta cubrirse del frío de la sierra.

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Arriaga, un pueblo muerto

En Arriaga, tres semanas después de que iniciaron los patrullajes militares y policiacos en las zonas que frecuentan los migrantes, se vive una falsa calma. El tren hace maniobras para preparar su salida, sin que ningún migrante se atreva a acercarse y abordarlo.

En este lugar pareciera que acabó el tránsito de migrantes, y con ello inició el declive de decenas de personas de la localidad, quienes cada día ganaban su sustento de la venta de agua, comida, gorras, mochilas, pedazos de cartón y cualquiera que fuera el requerimiento de quienes hasta hace unos días abordaban el tren de carga.

Ni las actividades deportivas, culturales, pláticas y exhibición de películas y documentales, que iniciaron la Organización  de las Naciones Unidades (ONU) y el consulado de El Salvador con los migrantes que aún deambulan por el albergue El Hogar de la Misericordia, logran levantar el  ánimo en este poblado que luce muerto.

“Estoy llevando mi mercancía ahí por las colonias de las afueras, pero es riesgo por los asaltos”, explica Doña Rosa, quien con trabajo empuja un triciclo donde lleva tortas, agua y hasta zapatos usados, que intenta vender a los migrantes que se refugian en las zonas colindantes a la ciudad.

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La política migratoria mexicana

En medio de esta crisis que afecta a miles de migrantes, y los obliga a buscar rutas cada vez más riesgosas, los gobiernos estatal y federal intentan desplegar una campaña mediática de cifras halagüeñas.

“Derivado de la implementación de recorridos de prevención y vigilancia en los municipios de Huixtla (La Arrocera), Arriaga, Palenque y Tapachula, se ha logrado la desarticulación de 14 bandas delictivas dedicadas al asalto de migrantes”, señala un boletín de prensa de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos en Contra de Inmigrantes.

Prevalece solidez y fortaleza en la política migratoria de México, señala otro comunicado del Instituto Nacional de Migración (INM). “La Política Migratoria del Gobierno de la República privilegia la aplicación de los derechos humanos a todos los extranjeros que transitan por el país independientemente de su condición y brinda sin restricción alguna toda la ayuda humanitaria para salvaguardar la integridad física y jurídica de los migrantes”, añade.

Mientras, organizaciones que trabajan en la defensa de los derechos humanos y protección de migrantes, exigieron al gobierno mexicano se respete el libre tránsito.

“Seguiremos recibiendo, orientando, acompañando el camino de sus paisanos y de otros ciudadanos de este mundo y seguiremos exigiendo desde lo más profundo de nuestro ser, que se les trate como lo que son: seres humanos en situación de movilidad”, expresaron desde La 72 Hogar-Refugio para las personas migrantes.