Los niños y niñas migrantes, son vistos como desechos por el sistema capitalista neoliberal: Solalinde Guerra
El padre Alejandro Solalinde Guerra, defensor y promotor de los derechos de los migrantes en México, alertó que la repatriación de menores de edad no solucionara el flujo migratorio del sur al norte, y que en su país, donde ni el gobierno ni la Iglesia ni la sociedad, les darán cobijo, serán las pandillas donde se refugiarán e intentarán de nuevo reunirse con sus padres, madres o hermanos, más temprano que tarde.
Ante unos 200 personas que se dieron cita la noche del jueves en La Casa de la Enseñanza de San Cristóbal de Las Casas, para escuchar sobre su labor en pro de los derechos de los migrantes, Solalinde Guerra expuso la situación que se vive actualmente en México.
El coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y director del albergue “Hermanos en el Camino” en Ixtepec, Oaxaca, dijo que todo mundo está diciendo qué pasa con esos niños, qué van a hacer con esos niños. Como si los niños fueran toda la situación, como si los niños fueran todo el reto, todo el desafío que se tiene para solucionar los problemas integrales y existenciales de toda la complejidad que vivimos hoy.
“Como si al ubicar a los niños ya pudiéramos resolver la crisis que tenemos. Es muy fácil pensar así. Que pasa, EU no los quiere, no los puede tener, entonces está jugando con ellos pues tiene que cubrir las apariencias con ciertas leyes que tiene, pero tampoco los puede dejar, porque sio los deja al rato muchos más querrán llegar”, dijo Solalinde Guerra.
Indicó que es así como EU empieza a presionar a México y los países centroamericanos para que le paren ese flujo, porque le crean problemas y que donde dejen a los niños, en EU, México o sus países de origen, eso no solucionará la crisis que se vive de la migración.
Agregó que los niños son parte de la complejidad de la migración. Porque la migración es un efecto ocasionado por el sistema neoliberal capitalista que vivimos. “No hay que buscarle por otro lado”, indicó el padre quien estuvo acompañado de las periodistas Angeles Mariscal, Concepción Avendaño y el profesor Alberto Patishtán Gómez.
Para el padre Solalinde, en ese contexto del sistema neoliberal, los niños y niñas son desechos , pues no producen, no son productivos, no tienen cabida en ese sistema de acumulación de capital, donde lo único que importa es el dinero.
Explicó que este es un sistema excluyente e inmoral. Pues este sistema permite la acumulación de bienes. Y que por eso, es un problema sistémico la migración.
Mencionó que el gobierno de EU ya dispuso de muchos millones de dólares para hacer más rápido la repatriación de esos niños.
Dice que los primeros niños ya fueron repatriados a Honduras. Ahí ni al gobierno, ni a la Iglesia ni a la sociedad les importa mucho. Jamás se han ocupado de los migrantes adultos y mucho menos lo harán por los niños y niñas.
Esos niños llegarán a la nada. No durarán mucho ahí. Cuando ellos regresen serán reclutados por el crimen organizado como sicarios donde en promedio duran como dos años de vida. Se mueren o se van a prisión, pero no les importa porque vienen más.
“Entonces esos niños cuando lleguen a Honduras, las pandillas los van a recibir, porque no lo hará ni el gobierno ni la Iglesia”, dijo Solalinde Guerra, quien agregó que vivimos en una aldea global, donde lo que pase en otro país como Honduras nos afecta a nosotros inevitablemente.
Dijo que la migración no es un llamado a la conmiseración, no debe causar lástima, que nos son limosneros, sólo son personas que buscas una alternativa de vida para poder evadir los riesgos y peligros que enfrentan en sus países de origen.
“Como quieren que no salgan de sus países de origen si ellos vienen huyendo de la inseguridad, de la violencia y de la pobreza. Y no sólo eso, sino hasta de los desastres naturales que los dejan en escombros sus casas”, dijo el sacerdote.
Dice el padre que es difícil la vida en esos países centroamericanos donde no son gobiernos, son familias las que gobiernan, en su mayoría familias de ascendencia extranjera. Por ejemplo, dijo, en Honduras son seis familias, las más ricas, las que controlan el gobierno y la economía del país.
En esos países con gobiernos corruptos, donde se turnan el poder y se dan golpes de estados esas familias, no se puede vivir entre la violencia, la inseguridad y la pobreza.
Expuso que las madres sacan a sus hijos para que no crezcan y sean reclutados en las pandillas, donde la única alternativa o futuro es la muerte o la cárcel.
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