20 años después, sigue la contrainsurgencia en Chiapas
Dada la serie de incidentes violentos, acoso y persecución, paramilitar, policiaca y militar, según el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) la estrategia de contrainsurgencia sigue operando en el estado de Chiapas.
En un pronunciamiento emitido este lunes, el Frayba señaló una serie de conflictos ocurridos en la entidad que no hacen más que confirmar la estrategia de contención o contrainsurgencia en contra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y sus bases de apoyo en su territorio de influencia.
“Los gobiernos federal y estatal han demostrado de sexenio en sexenio su desprecio hacia los pueblos originarios en México. Y que en esta fase del capitalismo neoliberal profundizan su política de despojo para implementar proyectos que conllevan la desaparición de formas de organización social, política y cultural de comunidades y pueblos, resistencias que son el hálito de la diversidad humana, un ejemplo de ello, son los pueblos organizados en el Congreso Nacional Indígena”, dijo el Frayba.
Señala en su informe emitido hoy que la pobreza desde la concepción del neoliberalismo es el mayor y jugoso negocio de los gobiernos e inversionistas nacionales e internacionales y que la pobreza como política de Estado, representa el pretexto de explotación y saqueo a los pueblos.
Ya que esto se da en medio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Tratado Transpacífico (TPP), el Proyecto Mesoamérica (antes Plan Puebla Panamá) y además la estrategia militar y de control territorial a través del Plan de la Agenda de Seguridad contempladas en la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) es el cierre de pinzas de los gobiernos de la alianza (Estado Unidos, Canadá y México).
Para el organismos defensor de los derechos humanos desde 1993, en los últimos meses, el Conflicto Armado Interno no resuelto en Chiapas, se ha caracterizado por una continua agresión hacia las Bases de Apoyo de Ejército Zapatista de Liberación Nacional (BAEZLN) con la acción de algunas organizaciones sociales regionales al servicio del Estado, y que desde hace varios años le están disputando las “tierras recuperadas” en 1994.
Para el Frayba, varias de estas organizaciones sociales han impulsado que sus líderes estén como funcionarios y servidores públicos, en muchos casos traicionando los principios de los cuales surgieron, sometiendo sus planes de lucha al presupuesto e intereses gubernamentales.
Señala que en Chiapas persiste la guerra integral de desgaste hacia los pueblos que luchan y resisten, usando tácticas mediáticas que incluyen la utilización de conceptos de los derechos humanos, interculturalidad, derechos colectivos de los pueblos indígenas, vaciándolos de contenido.
“Hay una continuidad en la postura del gobierno del estado en un discurso público sobre el reconocimiento y respeto a las comunidades autónomas y a las Juntas de Buen Gobierno y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), como una acción mediática, en oposición a la ausencia de acciones directas para cambiar la situación de riesgo constante que viven las comunidades zapatistas, especialmente las desplazadas y amenazadas como San Marcos Avilés y Comandante Abel”, expuso el organismos fundado por el obispo Samuel Ruiz García.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas dijo que ha realizado constantes intervenciones ante la gravedad de las agresiones a BAEZLN y la respuesta ha sido la parsimonia gubernamental y su incapacidad de actuación.
Y que es esta actitud de indiferencia la que mantiene y provoca conflictos que son llamados “intercomunitarios” como una manera de ocultar la contrainsurgencia, cuando “el objetivo es generar cansancio entre la población que resiste, que lucha, que va transformado su realidad desde su cultura y sus derechos”.
Reseñó el Frayba que los acontecimientos sucedidos en la Realidad, el 2 de mayo, son evidencia de la contrainsurgencia en Chiapas: una estrategia de provocación y ataque reiterado hacia el EZLN y sus Bases de Apoyo, con acciones paramilitares como el asesinato de José Luis Solís López, Galeano, maestro de la escuelita zapatista, con saña, mediante machetazos, golpes, arma de fuego, incluido el tiro de gracia; y la destrucción de la escuela y la clínica autónomas.
Los últimos hechos documentados por este Centro, sobre las agresiones a los BAEZLN de las comunidades Egipto y El Rosario que confirman el clima de constante agresión y provocación que se opera tras cada celebración de espacio de diálogo y encuentro como la compartición del Congreso Nacional Indígena del 4 al 9 de agosto, en La Realidad.
Y que estas acciones representan un nuevo embate al proyecto de autonomía zapatista, con la pretensión de erosionar la construcción de cambio de sistema que van impulsando desde abajo, caminando proyectos de vida desde la comunidad y la colectividad, desde la concepción del buen vivir.
Este Centro de Derechos Humanos señala en su documento que mantendrá la documentación de las agresiones a las y los zapatistas, la denuncia que corresponda ante las violaciones a los derechos humanos; y seguirá acompañando a los pueblos que exigen los derechos que les pertenecen y que por intereses oscuros se les pretende arrebatar.
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