Producción de Café orgánico en Chiapas, alternativa ante las plagas y vaivenes del mercado
La plaga de roya que por años ha invadido los campos cafetaleros en Chiapas, provocó que el sector entrara en una crisis que acabó con el 70 por ciento de los cultivos y que no se llegará a las 530 mil toneladas del grano que se tenían previstos para la cosecha 2014.
La situación, aunque lamentable, visibilizó los beneficios de la producción de café orgánico que se cosecha en la Sierra de la entidad y que ha soportado mejor el hongo de la roya. Este grabo, aunque se cotiza un 30 por ciento más alto que el cafe tradicional -por el alto costo de producción- potencializó su viabilidad ante escenarios de crisis.
Cosechando el esfuerzo de dos décadas
Delmar Pérez González es hijo de peones acasillados que trabajaban en las fincas de terratenientes de Chiapas. A inicio de la década de 1990, él y otros 27 campesinos migraron al municipio de Ángel Albino Corzo, y compraron tierra a 1.5 kilómetros de la Biósfera El Triunfo, uno de los bosques de niebla más importantes y conservados del país.
“Esta tierra costó 90 mil pesos, la pagamos con un crédito bancario. Todo esto era una montaña y potreros. Escogimos el lugar porque el clima es especial para sembrar café”, señala Pérez González, mientras una docena de jornaleros provenientes de Guatemala, corta y coloca en cestas las cerezas que brotan del cafeto.
Delmar cosecha unos 10 quintales de café por hectárea. Las ganancias anuales son pocas, dice, para este año espera un anticipo de 1,500 pesos por quintal de café pegamino. Sin embargo, la siembra de café le ha dado lo suficiente para criar seis hijos y dar trabajo a jornaleros que cada año cruzan por la frontera sur del país para laborar en el corte.
Un quintal de café oro equivale a 46 kilógramos.
Este año los cafetales no dieron la cosecha esperada: “por motivo de la enfermedad de la roya, la producción se está secando y cayendo. La cosecha bajó en un 30%, pero estamos dando tratamiento (a los cafetos), esperamos que la mata se recupere”.
CESMACH, una organización cafetalera exitosa
Al igual que Delmar, en el poblado Vista Alegre, otros 492 familias de la organización Campesinos Ecológicos de la Sierra Madre de Chiapas (CESMACH), se dedican a la siembra del café en la región de la Sierra. Desde 1992, iniciaron la conversión de la agricultura convencional –que emplea agroquímicos y fertilizantes artificiales- a la orgánica.
“Empezamos a organizarnos en el 1992, por la baja de precios en el mercado y los altos intereses de los coyotes (intermediarios) a los productores. Era un momento muy crítico para los cafeticultores, así que decidimos apostarle al futuro, a la siembra de café orgánico. En ese momento solo lo producían en Chiapas las organizaciones Isman y San Fernando”, explica Carlos Omero Velasco, socio fundador de CESMACH.
El líder cafetalero indica también: “nosotros queríamos ser productores-exportadores de café, no quedarnos solo en la producción. Limpiamos las deudas de los productores en los bancos para ser acreedores de crédito. En 1996 hicimos un plan de cinco años para lograr ser exportadores, tener una bodega, vehículos. Lo veíamos como un sueño.”
CESMACH inició con 20 socios de cinco comunidades de la sierra. En la actualidad, son 492 familias que cultivan más de 2,500 hectáreas de café en conjunto, el alturas de 950 a 1,800 metros sobre el nivel del mar. Habitan en 35 comunidades de los municipios de Ángel Albino Corzo, Siltepec, Montecristo de Guerrero y La Concordia.
Carlos Omero indica que, actualmente, sus socios poseen 30 mil hectáreas sembradas de café, de las cuales, dos terceras partes aún se encuentran en proceso de transición. Es decir, en proceso de purificación de la tierra para hacerlos 100% orgánicos.
“Los beneficios que ven los socios en dejar de utilizar agroquímicos y fertilizantes, y cambiar a cultivo orgánico, es mucho, porque si en el mercado un quintal pagan el café convencional en 1,500 pesos; el orgánico es cotizado 400 pesos más alto”, argumenta Carlos.
Además, refiere que las matas que son tratadas con agroquímicos y fertilizantes son menos resistentes a la plagas como la roya. De tal manera que, mientras ahora estos productores sufren ahora afectaciones en hasta el 70% de sus cultivos, los productores orgánicos de CESMACH calculan que solo el 10% de sus matas se encuentran afectadas por la plaga.
“Nuestros socios no están planeando en migrar o vender parte del terrenos para sobrevivir, como lo están pensando ya los productores libres”, concluye.
Café de altura
La producción del café empieza por el cuidado de las matas, en limpiarlas, hacer trabajo de conservación de suelos, y acompañarlo de otros cultivos, plantas y árboles nativos, que en el caso de los que se encuentran en la zona de amortiguamiento de la Biósfera El Triunfo, se encuentran entre 1,200 y 1,400 metros sobre el nivel del mar.
Se trata de café llamado “de altura”, considerado de alta calidad por la acidez, cuerpo y aroma, explica Miguel Roblero, producto del municipio Montecristo de Guerrero.
Añade que entre los meses de diciembre y febrero, las cerezas o fruto de la matas de café, maduran y son cortadas. Se seleccionan y pasan por los procesos de despulpado, lavado, y secado en los patios que se encuentran en las casas de cada productor. Este proceso llega a tardar una o varias semanas.
Después, los cafeticultores llevan los sacos cargados de café hasta las bodegas, donde es sometido a un proceso de control de calidad que califica su grado de humedad, afectaciones por plagas como la broca y roya, se selecciona la semilla según su tamaño. Ahí obtiene un certificado de calidad del que va a depender el precio que se pagará por él.
La mayor parte del café se destina en este momento a la venta en el mercado internacional. Aproximadamente un 15% de la producción se procesa en las bodegas de CESMACH: se tuesta, muele y empaqueta para su venta.
En la cosecha 2013 productores de CESMACH obtuvieron 18,000 quintales de café, de los cuales 16,500 quintales se destinaron al mercado internacional; principalmente Estados Unidos, Japón y Europa. El resto se vendió en el mercado local.
El coste de la conservación y responsabilidad social
El tiempo y la inversión económica dedicada al cultivo de café orgánico, y las buenas prácticas de distribución de dividendos, han permitido a CESMACH obtener los certificados de Comercio Justo y Producción Orgánica.
Estas prácticas también hacen que el costo de producción y venta final del producto, sea aproximadamente 30% más alto que el del café convencional.
“Los productores invierten más que ese porcentaje, porque hace una serie de capacitación y cambio de prácticas agroecológicas, con una inversión de tiempo y esfuerzo 3 o 4 veces más que un cafeticultor convencional”, explicó Santiago Landois Álvarez Icaza, coordinador del área de Negocios Sociales Sustentables para la Región Sur, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP).
“¿Es caro pagar por un proceso que es saludable, que va a beneficiar a familias y les va a traer un desarrollo? Estamos pagando un poco más, pero a cambio se está cuidando el medio ambiente y haciendo prácticas de conservación”, dijo.
Para apoyar estas buenas prácticas de los cafeticultores, organizaciones civiles como Shoot 4 Change, mantienen campañas médicas gratuitas a los productores, sus familias y sus trabajadores.
“(Lo hacemos) conmovidos y orgullosos de los que CESMACH hace por la gente, por su compromiso con la parte ecológica, y el empeño que hacen por proveerles recursos para su desarrollo”, explicó Eva Quezada, miembro de la brigada que esta temporada de cosecha se encuentra trabajando en la región.
Por su parte, Santiago Icaza concluyó: “Cada que consumimos café orgánico, damos nuestro granito de arena y apoyamos a todas las familias que se están dedicando a su cultivo (…) Hacemos un llamado para hacer un esfuerzo por conocer lo que hay detrás de una taza de café de comercio justo, y valorar los productos socialmente responsables”, México, Guatemala, Perú, Costa Rica y Nicaragua son algunos de los principales productores de café orgánico en el mundo.
Chiapas es el principal productor de café a nivel nacional. El estado tiene una superficie sembrada de 258,000 hectáreas. De ella viven 175,000 productores y sus familias, confirma SAGARPA.
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