Crisis humanitaria viven niñas y niños migrantes

Crisis humanitaria que impacta la vida de niñas, niños y adolescentes, sostuvo el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), quien pidió que las políticas para atender la problemática se haga desde la búsqueda de condiciones para su desarrollo, y no desde el endurecimiento de las políticas migratorias.

En el estudio «Niñez migrante no acompañada en la región Norte y Centroamérica», realizado por el IMUMI, explica que de acuerdo con las cifras oficiales, son más de 51 mil los menores mexicanos y centroamericanos detenidos en Estados Unidos, a donde viajaron solos en busca de algún familiar o de mejorar sus condiciones de vida.

La cifra va en aumento y a finales de este año,  el número de menores repatriados a México superara en un 50 por ciento la cantidad del año 2012 que fue de 4 mil 092, informaron activistas de los derechos de migrantes e infancia.

El IMUMI lamentó que la respuesta gubernamental de México y Estados Unidos a la crisis de niños migrantes   “ha sido la detención y activación de un proceso expedito para su devolución o repatriación, omitiendo su obligación de velar por el interés superior de la niñez e identificar y brindar la protección internacional que las y los niños necesitan”.

En el primer trimestre del 2014 las autoridades migratorias mexicanas “devolvieron” a casi 1,600 niñas y niños centroamericanos no acompañados, y recibieron 3,724 niñas y niños mexicanos no acompañados repatriados por EU.

De continuar esta tendencia, explicó el organismo no gubernamental, “al finalizar el año el número de niñez migrante no acompañada o separada ascendería a 6,400 que serían devueltos a Centroamérica, es decir, un incremento mayor al 50 por ciento comparada con el año 2012, que en total fue de 4,092”.

En Estados Unidos, de  octubre de 2013 hasta junio de 2014, más de 51,000 menores de edad han sido detenidos por la Patrulla Fronteriza, de los cuales, 12,146 eran de nacionalidad mexicana.

Los activistas lamentaron que “la respuesta del gobierno estadounidense ha sido incrementar los espacios destinados a su detención, disminuyendo su capacidad para identificar potenciales necesidades de protección especial” frente al fenómeno de menores que estàn “huyendo de sus países, debido a que su integridad y seguridad están en riesgo y requieren protección internacional”.

El grupo vulnerable de menores migrantes, requiere también de la implementación de protección integral y acorde a las necesidades específicas de los diferentes grupos de edad, sexo, etnia y nacionalidad”.

El IMUMI afirmó que “es la violencia generalizada, la la pobreza y la falta de protección gubernamental que padecen  obligan a migrar a los niños y esta situación se ha incrementado en los últimos cuatro años”.

En Estados Unidos, la  niñez no acompañada centroamericana que llega es puestos bajo custodia de Protección de Aduanas y Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en tanto les es asignado alojamiento mediante la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR, por sus siglas en inglés) tiempo que no debería exceder las 72 horas. Sin embargo, por el vertiginoso aumento las y los niños no acompañados quedan bajo custodia de la Patrulla Fronteriza por tiempos extendidos en lugares provisionales, y bajo condiciones que afectan su desarrollo y salud emocional.

Una vez en la custodia de la ORR, las autoridades realizan entrevistas para determinar su situación e identificar si tienen familiares o posibles tutores con autorización de la familia que vivan en EU. Si se identifican familias o tutores, son puestos bajo su custodia mientras esperan su audiencia migratoria ante un juez.

Datos de 2012 demuestran que por lo menos 65 por ciento de las y los niños son reunificados con familiares o tutores y 40 por ciento son elegibles para algún tipo de protección, como asilo, visas especiales de niñez o visas como víctimas de un delito.

A los niños mexicanos en cambio, “se les suele procesar con mayor prontitud y devolver a la frontera, mediante acuerdos binacionales, entregándolos a la autoridad mexicana, primero al Instituto Nacional de Migración (INM) y posteriormente al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), organismo gubernamental a cargo de la asistencia y protección de la infancia en México, o a albergues de la sociedad civil que tienen acuerdos con el DIF”.

En México, los niños centroamericanos detectados deberian de acuerdo a la ley de migraciòn, de ser trasladados a las instalaciones del DIF, “sin embargo, si éstos son mayores de doce años son ingresados a las estaciones migratorias, lugares que no cumplen con los estándares adecuados para su desarrollo y seguridad, ya que la política de los albergues del sistema DIF es no aceptar niñas o niños de doce años o más por no contar con las condiciones de seguridad requeridas ni con medidas de atención especializada para este grupo de edad.”

Sin embargo los activistas consideran que “en n ninguno de los dos países se garantiza a las y los niños el rápido acceso a una asistencia jurídica ni a otra asistencia adecuada para impugnar la legalidad de su detención o incluso solicitar la protección internacional”.

“Simplemente, su condición de migrantes y su situación de irregularidad les privan de su libertad, ignorando la potencial necesidad de protección que pudieran tener y su responsabilidad estatal ante la niñez de la region”, lamentaron.

Varios informes han señalado que la niñez y juventud que llega a EU está buscando reunificarse con algún familiar. Madres, padres y tutores quienes migraron como única alternativa ante la falta de condiciones dignas en sus lugares de origen, se vieron obligados a dejar a sus hijas e hijos con familiares en sus países.

Por lo que la necesidad de los menores de reunirse con su familia, especialmente con su madre y/o padre, quienes por no contar con documentación migratoria en EU no pueden viajar periódicamente a visitarles, les orilla a migrar hacia los países de destino de sus madres y/o padres.