Retornaron 17 familias indígenas desplazadas al poblado de Puebla, municipio de Chenalhó
Acompañados por organizaciones de la sociedad civil y activistas solidarios, este lunes retornaron a sus hogares en el ejido Puebla las 17 familias indígenas de desplazados en el municipio de Chenalhó.
Luego de ocho meses de permanecer refugiados en el paraje de Acteal, también en el municipio de Chenalhó, por fin las 17 familias, conformada por unas 80 personas, entre hombres, mujeres, niños y niñas, emprendieron este lunes una larga caminata por varios kilómetros hasta llegar al ejido Puebla de donde fueron echados por los evangélicos que controlan la comunidad.
Las 17 familias de la etnia tsotsil llegaron a sus casas, algunas de ellas habían sido ya saqueadas y quemadas por los evangélicos que los expulsaron del lugar tras culpar a tres miembros del grupo católico de envenenar el agua que toman los protestantes, situación que nunca pudo comprobarse.
Posteriormente, los católicos les habían arrebatado el predio donde los católicos esperaban construir un templo. Tras varias negociaciones, por fin el 23 de febrero recuperaron ese terreno.
“Nosotros retornamos, no porque los problemas en nuestra comunidad ya estén resueltos, ni porque las autoridades nos hayan ofrecido plenas garantías de que los problemas no se volverán a repetir, sino porque la vida en un campamento de desplazados es muy dura y porque queremos trabajar en nuestras milpas y en nuestros cafetales para poder sostener a nuestras familias”, dijeron los desplazados.
“Tememos que las agresiones puedan volver a repetirse, pero retornamos asumiendo ese riesgo y con nuestra fe puesta, no en las autoridades, sino en las personas y organizaciones solidarias que nos han apoyado y sobre todo con nuestra fe en Dios que nunca olvida a sus hijos”, agregó el líder del grupo Macario Arias Gómez.
Recordó que lo único que sí se ha resuelto es la posesión del predio para los católicos que ha sido reconocida por las autoridades ejidales ante la comunidad católica y ante las autoridades estatales y federales.
Señaló Arias Gómez que hace un mes pensaban retornar, pero unos días antes hubo dos nuevos actos de agresión: el intento de quemar el salón de catequistas y la quema total de su propia casa por parte de los evangélicos.
Dijo que hay dos denuncias penales ante la PGJE de Chiapas, una por la destrucción de la ermita (Averiguación Previa número 496/INTA-T1/2013 mesa 5) y otra por la privación ilegal de libertad del párroco el padre Manuel Pérez Gómez, (Averiguación Previa número 590/INTA-T1/2013, Mesa 6), pero que en ninguno de los casos ha habido investigaciones ni sanciones.
Rechazó que ellos hayan provocado al pueblo evangélico con un supuesto envenenamiento del manantial donde se abastecen de agua para su consumo.
“Aunque retornemos a nuestras casas el problema no está resuelto, que sigan atentos a lo que sucede en la colonia Puebla. La gran ausente en esta situación es la justicia. Si desde el principio las autoridades hubieran cumplido con su obligación de aplicar la ley no hubiera habido ningún problema. Hacemos responsables a las autoridades que deberían haber aplicado la ley y no lo han hecho de cualquier nueva agresión que pueda resultar a causa de sus omisiones”, dijo Macario Arias Gómez.
Al tomar las medidas de seguridad necesarias, es bueno ver que las personas de esa localidad finalmente pueden regresar con calma a su casa.