En medio de la incertidumbre, migrantes mantienen «sueño americano»

El grupo Beta, y elementos de la Agencia estatal de investigaciones y policía estatal resguardan su arribo y descenso de vagones. Foto: Martha Izquierdo

• Más de mil 500 migrantes arribaron en el lomo de la bestia, hombres, mujeres niños bajo los inclementes rayos del sol.
• El grupo Beta, y elementos de la Agencia estatal de investigaciones y policía estatal resguardan su arribo y descenso de vagones.

Ciudad Ixtepec, Oaxaca.-Son las 14:01 horas, el termómetro marca 34 grados centígrados, la sensación térmica es mayor, el calor se siente sofocante, el hastío provocado por el sol que quema se interrumpe con el silbido que anuncia el arribo de la bestia.

En su lomo, la bestia trae a cientos de migrantes, que en medio de la incertidumbre de la inseguridad mantienen vigente el sueño americano.

Al menos 1,500 migrantes, hombres, mujeres, niños y niñas, llegaron este viernes a Ixtepec. Foto: Martha Izquierdo

Ahí vienen ellos, los hombres, mujeres, jóvenes y niños, algunos atados con cuerdas, otros protegiéndose con pañuelos la cabeza, otros con gorras y sombreros, y los que no tienen como hacerlo toman cartones para cubrirse del sol.

Los hombres de naranja ya están apostados en las vías del tren, son los del grupo Beta del Instituto Nacional de Migración que alistan botellas de agua y alimentos (galletas y atún) para obsequiar a los migrantes que se acerquen.

La bestia camina lento, recorre todo el patio de maniobras hasta llegar frente al albergue de migrantes “hermanos en el camino”, los elementos de la agencia estatal de investigaciones adscritos a la fiscalía de atención a delitos contra migrantes se apostan cerca de las vías y a través de un auto parlante les piden mantenerse sentados hasta que el tren pare.

“No se paren, tengan cuidado con los cables, no se vayan a caer, quédense sentados por favor hasta que la maquina ya no tenga movimientos” es el exhorto.

Después de varios días, este jueves la bestia vino cargada, tras los últimos acontecimientos que pusieron en evidencia el viacrucis que viven en este viaje expuestos a los grupos de la delincuencia organizada que se disputan a los migrantes como la mejor mercancía.

El coordinador del grupo Beta Martin Rojas, y los demás elementos del INM que se identifican por el color naranja de sus uniformes también se apuestan cerca de las vías una vez que el tren se detiene.

Son varias unidades, que llaman a los migrantes para darles agua y alimentos a cambio de sus nombres para tener un registro, desde la salida del tren en Arriaga han estado pendientes del desarrollo de viaje, y aunque el arribo del tren estaba programado para las 13:00 horas, algunos retrasos hicieron que llegara un minuto después de las dos de la tarde.

“Estamos pendientes para brindar como siempre el apoyo necesario a los migrantes, tenemos agua, galletas saladas y atún, para mitigar en algo su hambre”, dijo.

Las vías de la estación ferroviaria se llenan de movimiento, más de mil quinientas personas empiezan a descender del tren, apoyados con cuerdas, tanto hombres, como mujeres, jóvenes y niños lo hacen con cuidado, el sol  no tiene clemencia, pareciera que intenta detener su camino con la temperatura sofocante, pero los migrantes centroamericanos no desisten, aun con el cansancio a cuestas descienden, acomodan los cartones bajo sus brazos y caminan.

Cerca de las vías también médicos sin fronteras están a la expectativa para ayudar ante la posibilidad de que alguien presente un golpe de calor, un caso de deshidratación o alguna afectación por el calor, un poco más alejados pero sin dejar la vigilancia también una patrulla con elementos de la policía estatal se asoma para resguardarlos.

Los recientes asaltos y secuestros a migrantes ha sensibilizado a la población que mira expectante la hermandad que a bordo de la bestia se observa, ya no son guatemaltecos, salvadoreños, hondureños o nicaragüenses, ahora solo se ven a los migrantes centroamericanos que huyen de la pobreza de sus países, que buscan mejores condiciones de vida, algunos viajan hasta con sus hijos, y a pesar de toda la violencia que viven en su paso por México, mantienen vigente la idea de alcanzar la frontera norte.

Hoy la bestia no fue testigo de asaltos en su lomo, hoy  se cuentan miles de historias de pobreza que  forman una sola, y tienen un mismo destino llegar a los Estados Unidos.