El silencio priista: EPN ignora a migrantes centroamericanos mutilados
El grupo de 15 migrantes hondureños mutilados regresó hoy a su país, casi de manera sorpresiva, sin lograr ser escuchados por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los activistas, que vinieron en representación de los 452 migrantes mutilados por diversas causas en suelo mexicano -entre ellas, el tren conocido como La Bestia-, aseguraron que se retiran pues “no tuvimos una respuesta directa” de Peña para recibirlos.
Las mutilaciones que “dejan una vida truncada y sin acceso a los derechos sociales” son un problema que el gobierno mexicano debería atender sin dudarlo, pues de acuerdo con los testimonios de los migrantes “no sólo son por el paso de la Bestia, también [algunos migrantes] fueron mutilados por terceros y por las persecuciones hechas por agentes de migración y policías” en un intento por conseguir una vida digna.
A principios de abril de 2014, Enrique Peña Nieto prometió que se respetarían los derechos humanos de todos los migrantes, en especial de los hodureños, cuyo gobierno lleva una relación de convenios comerciales con México.
Sin emargo, el problema de la migración hacia Estados Unidos -con México como antesala- no se ha atacado ni resuelto por los gobiernos de Barack Obama ni de Peña Nieto. En los últimos años han sido públicas distintas denuncias en contra de personal del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano, así como contra las prácticas brutales de los agentes fronterizos estadounidenses y sus abusos contra la población civil mexicana y centro y sudamericana.
Los migrantes mutilados son una prueba de que las políticas de migración, así como las prácticas de los agentes del INM en México deben cambiar en pro de los derechos de los migrantes. No obstante, la indiferencia de Enrique Peña Nieto hacia los hondureños que ya han abandonado el país demuestra el poco interes en fomentar un cambio real.
“Queríamos expresarle desde nuestra discapacidad las consecuencias de la migración” al transitar por territorio mexicano, para evitar “más cuerpos mutilados, o más secuestros, extorsiones, violaciones sexuales, asesinatos y desapariciones”.
l grupo de 15 migrantes hondureños mutilados regresó hoy a su país, casi de manera sorpresiva, sin lograr ser escuchados por el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los activistas, que vinieron en representación de los 452 migrantes mutilados por diversas causas en suelo mexicano -entre ellas, el tren conocido como La Bestia-, aseguraron que se retiran pues “no tuvimos una respuesta directa” de Peña para recibirlos.
Las mutilaciones que “dejan una vida truncada y sin acceso a los derechos sociales” son un problema que el gobierno mexicano debería atender sin dudarlo, pues de acuerdo con los testimonios de los migrantes “no sólo son por el paso de la Bestia, también [algunos migrantes] fueron mutilados por terceros y por las persecuciones hechas por agentes de migración y policías” en un intento por conseguir una vida digna.
A principios de abril de 2014, Enrique Peña Nieto prometió que se respetarían los derechos humanos de todos los migrantes, en especial de los hodureños, cuyo gobierno lleva una relación de convenios comerciales con México.
Sin emargo, el problema de la migración hacia Estados Unidos -con México como antesala- no se ha atacado ni resuelto por los gobiernos de Barack Obama ni de Peña Nieto. En los últimos años han sido públicas distintas denuncias en contra de personal del Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano, así como contra las prácticas brutales de los agentes fronterizos estadounidenses y sus abusos contra la población civil mexicana y centro y sudamericana.
Los migrantes mutilados son una prueba de que las políticas de migración, así como las prácticas de los agentes del INM en México deben cambiar en pro de los derechos de los migrantes. No obstante, la indiferencia de Enrique Peña Nieto hacia los hondureños que ya han abandonado el país demuestra el poco interes en fomentar un cambio real.
“Queríamos expresarle desde nuestra discapacidad las consecuencias de la migración” al transitar por territorio mexicano, para evitar “más cuerpos mutilados, o más secuestros, extorsiones, violaciones sexuales, asesinatos y desapariciones”.
En pláticas con funcionarios del gobierno de Peña Nieto, a los migrantes les ofrecieron prótesis, “pero no se hizo, sólo fueron palabras, ni tan siquiera con unas prótesis pudo ayudarnos el gobierno mexicano, no hubo solidaridad”. Tampoco se preocuparon por sus alimentos. “Pero sí pudieron resolver que nos regresaran a nuestro país ahorita mismo; de inmediato pusieron a un chofer y a un autobús para que nos vayamos, ya, de México”.
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Que sea una noticia que no se tenga que repetir.