Cambiaron la pesca por el turismo, y les funcionó: El Madresal
El poeta Joaquín Vásquez Aguilar “Quincho”, seguramente, conoció este lugar: El Madresal, ubicado en Tonalá, en el mismo municipio en el que nació el escritor. Aquí, por un lado se pueden ver las olas del mar, y por el otro, un enorme estero y sus manglares.
El Madresal, es un centroecoturistico, que empezó a funcionar en el 2008. La pesca dejó de darles a los habitantes de Ponte duro -Manuel Ávila Camacho-, Tonalá, lo de antes, e intentaron con el cultivo del camarón, pero tampoco les resultó.
“En la desesperación un compañero de la cooperativa nos dijo que levantáramos una palapa del otro lado del estero y así empezamos el 01 de enero del 2008” cuenta Tomás, quien ahora le tocó manejar una de las lanchas, que transporta a los visitantes al centro ecoturistico.
De alguna manera, los habitantes de Ponte duro, sabían que el mar les seguiría dando de comer y así fue. Le intentaron de una y otra forma, hasta que la encontraron.
La cooperativa El Madresal, conformada por 44 personas, 20 mujeres y 24 hombres, opera el centro ecoturistico del mismo nombre. Hacen de todo: limpian las cabañas, cocinan, hacen promociones, son guías, recepcionistas, lavan las sobrecamas. Cambiaron la pesca por el turismo, y les funcionó.
Del centro ecoturistico no sólo viven las 44 personas, sino más pobladores de la comunidad, que se emplean de forma directa o indirecta en el sitio.
Las y los socios de la cooperativa que manejan «El madresal» no han cedido a las presiones de que el centro sea de particulares. «Nos han propuesto que nos dividamos las palapas, las cabañas y sea como Puerto Arista, que cada quien tenga lo suyo, pero sabemos que así no va a funcionar» dice uno de los guías del lugar.
Se han acostumbrado a trabajar en colectivo. Así ha sido siempre y les resulta. Jamás han leído nada que tenga que ver con el socialismo, pero las y los socios tienen tan arraigado el trabajo comunitario, que cualquiera pensaría que son discipulos de Marx.
Las personas que visiten El Madresal deben de estar conscientes de que es un sitio diferente: no está permitida la música, la energía eléctrica es por medio de celdas solares. Las personas que atienden no tienen mucha experiencia en el turismo, pero tratan a cualquiera que visita el centroecoturistico como alguien muy querido. Con ese acento costeño le dicen «Bienvenido» como quien recibe en su casa a un familiar.
El servicio de cocina, aunque lento, se deja querer muy bien. Se puede probar pescado en diferentes presentaciones. Camarones -los camarones a la coco son altamente recomendables- y diferentes tipos de bebidas. «Yo no sabía ni cómo se llamaba todo esto hasta que nos vinieron a dar un curso» explica el encargado de la barra de bebidas, que ahora sólo toma la lancha para salir del centroecoturistico. La mayoría de los alimentos que se ofrecen son de la región: pescado, camarón, pan, queso de sal, platanos y mangos. Con esto se ven beneficiados los productores de la zona.
El calor por la noche puede impedirle el sueño a varios, pero para eso está disponible una «hamaca cinco estrellas»; el ruido de las olas del mar que resulta arrullador y la imagen de un cielo, totalmente, estrellado, eso recompensa el calor y los mosquitos.
Para tener más información de Madresal puede visitar la página: www.elmadresal.com
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