Zarpó de Chiapas en diciembre del 2012 y naufragó hasta las Islas Marshall hasta en enero del 2014
Con los cabellos y la barba hirsuta a lo Robinson Crusoe, un náufrago que afirma haber pasado más de un año a la deriva en el Pacífico ha vuelto este lunes a la civilización en Majuro, la capital de las islas Marshall.
Con la asistencia de un enfermero, el hombre ha avanzado lentamente sobre la pasarela de la patrullera policial que se desplazó para trasladarle desde el aislado atolón de Ebon donde llegó el pasado jueves con su barco de 7 metros.
Miles de curiosos se agolparon en el puerto de Majuro para ver al milagro. Él saludó tímidamente, sonriendo, antes de ser conducido al hospital local para examinarle.
El náufrago contó al embajador americano Thomas Armbruster ser natural de El Salvador peroresidir en México desde hace 15 años.
«Dice ser un pescador de camarones y tiburones», ha explicado Armbruster que ha servido de traductor con las autoridades de arshall. «Parece estar mejor de lo que uno podría pensar», añadió.
El hombre, que no habla inglés, indicó a los agentes del ministerio de Asuntos Exteriores de las islas Marshall que se llama José Salvador Albarengo, que tiene 37 años y vive en Tapachula, en el estado de Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala.
Empleado de una sociedad pesquera llamada «Camaronera de la Costa», afirma haber abandonado México el 24 de diciembre de 2012 para pescar tiburones con otro pescador cuando los fuertes vientos les alejaron de la costa y perdieron sus puntos de referencia.
Su compañero de infortunio, un joven de estre 15 y 18 años llamadoXiquel, habría muerto de hambre al cabo de algunas semanas antes de poder comer aves crudas.
Familiares en El Salvador y EE.UU.
Aunque las circunstancias de su epopeya en aguas hostiles del Pacífico aún son misteriosas, las autoridades comienzan a tener una idea de su estado civil, según el jefe de los servicios de inmigración de las islas Marshall.
«Hemos obtenido información de miembros de su familia en El Salvador y en Estados Unidos», que podrían acelerar su repatriación, explicó Damien Jacklick.
El pescador solo llevaba ropa interior usada cuando fue rescatado por habitantes de Ebon. Habría sobrevivido comiendo tortugas, aves y pescado y bebiendo sangre de tortuga cuando no llovía.
No se ha encontrado material de pesca a bordo del barco y se cree que debía atrapar a sus presas con las manos. Tenía una tortuga en la embarcación cuando llegó al atolón.
Fuente: http://www.abc.es/
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