EZLN a 20 años, construye un Estado paralelo

Letrero ubicado a la entrada de una comunidad en la Selva Lacandona, Foto: Ángeles Mariscal/Chiapas PARALELO

(Ocosingo, Chiapas) “Usted está en territorio zapatista, en rebeldía, aquí el pueblo manda y el gobierno obedece. Mpio Autónomo en Rebeldía Ricardo Flores Magón”, señala uno de los múltiples carteles puestos por integrantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a lo largo del territorio indígena de Chiapas.

La presencia del grupo armado que el 1 de enero de 1994 declaró la guerra al gobierno mexicano en demanda de «trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz»,  se observa también en cooperativas de transporte que circula en algunas regiones, tiendas de artesanías,  cooperativas de producción de productos agrícolas, casas de salud e incluso escuelas y centros de reunión donde despachan lo que llaman Juntas de Buen Gobierno.

Todas estas estructuras son identificadas bajo el sello formado por la siglas EZLN, o una estrella roja sobre un fondo negro, visibles a cualquier persona que transite por las zonas Altos, selva, sierra.

Las y los zapatistas cohabitan en comunidades mixtas, donde algunas familias se mantienen al margen del movimiento insurgente; y otras que forman parte de la estructura civil y militar del EZLN, viven su cotidianidad sin capuchas ni uniformes.

Cooperativa de transporte del EZLN en la Selva. Foto: Ángeles Mariscal/Chiapas PARALELO

De la vía armada a la construcción de autonomías

Jorge Santiago Santiago, especialista del desarrollo indígena chiapaneco y exseminarista que acompañó al obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Samuel Ruiz García,  sostienen que el grupo insurgente transitó de la vía armada a la construcción de formas de gobierno y métodos de desarrollo autónomos.

Detalla que la primera etapa del EZLN pasó por la vía armada, y terminó el mismo año que empezó (1994) cuando las movilizaciones de la sociedad civil obligaron al gobierno mexicano a hacer una declaración de amnistía a favor del grupo armado; y a éste a aceptar un proceso de diálogo.

El proceso de diálogo se rompió (1997) cuando el gobierno federal se negó a reconocer la Ley Sobre Derechos y Cultura Indígena, resultado de los llamados Acuerdos de San Andrés.

A partir de entonces, el EZLN inició una segunda etapa con la construcción de facto de gobiernos y sistemas de desarrollo autónomos, explicó Santiago Santiago, fundador de la organización DESMI (Desarrollo Económico Social de l@s Mexican@s Indígenas, A.C.).

El especialista identifica una tercer etapa a partir de 2003, cuando el grupo insurgente formalizó lo que podría considerarse un Estado paralelo, e instauró gobiernos civiles propios, conocidos como las Juntas de Buen Gobierno. Actualmente hay cinco conformadas con representantes de los municipios autodenominados zapatistas, ubicadas en las regiones de La Realidad (frontera México-Guatemala), La Garrucha (selva); Morelia (selva), Roberto Barrios (frontera Chiapas-Tabasco) y Oventic (región Altos).

Es a través de la mediación de estas autoridades nombradas por las comunidades zapatistas, que dirimen sus conflictos, y determinan sus actividades en diferentes áreas como salud, educación, desarrollo e impartición de justicia.

Nueva generación de zapatistas

Mercedes Olivera Bustamante, doctora en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien ha acompañado los procesos que han vivido principalmente las mujeres indígenas de Chiapas, considera que en los últimos 20 años el EZLN se ha mantenido en constante construcción y movimiento, la mayoría de las veces de manera silenciosa, y otra con manifestaciones públicas.

Por ejemplo el 23 de diciembre de 2012, en el marco del llamado cambio de era maya, cuando se creía que el EZLN prácticamente había desaparecido –derivado en parte del silencio por parte del Subcomandante Insurgente Marcos, líder político y militar del grupo armado- al menos 40 mil integrantes del EZLN realizaron una manifestación silenciosa en las cabeceras municipales de San Cristóbal, Ocosingo, Las Margaritas, Palenque y Altamirano, los mismos lugares que tomaron en enero de 1994.

En una perfecta sincronía y organización, salieron de distintas comunidades y entraron a las cabeceras municipales marchando. Instalaron templetes y cada uno de ellos pasaron sobre él, con el puño en alto, sin mencionar palabra alguna.

Pocas horas después el Subcomandante Marcos emitió un comunicado con las palabras “¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo?”.

En las dos décadas que han pasado desde su surgimiento público, el EZLN ha formado una nueva generación de zapatistas, cuya lucha ya no es solamente contra los gobiernos, sino para buscar cambiar el sistema económico trasnacional, que ha creado condiciones de desigualdad. “Se observa en las y los zapatistas una mayor conciencia, claridad y perspectiva”, explicó Mercedes Olivera.

En diciembre de 2011, cuando el EZLN cumplía la mayoría de edad -18 años del alzamiento armado-, el Subcomandante Marcos habló de sus jóvenes.

A través de un comunicado, dijo que una nueva generación de zapatistas estaba llegando a los cargos de dirección del grupo armado. “Jóvenes y jóvenas que nacieron después del alzamiento, que se formaron en la resistencia, y que se educaron en las escuelas autónomas, son ahora elegidos como autoridades autónomas y llegan a ser miembros de las Juntas de Buen Gobierno”.

Detalló que a partir de ese hecho, los “viejos zapatistas” acordaron apoyarlos, acompañarlos y “construir el puente de la historia entre los veteranos zapatistas y ellos”.

Escuela Primaria del EZLN en la zona Altos de Chiapas. Foto: Ángeles Mariscal/Chiapas PARALELO

El desarrollo de comunidades zapatistas

La pregunta sobre el desarrollo que han tenido las y los integrantes del EZLN en áreas como salud, educación y otras, no ha sido respondida de forma expresa por el grupo insurgente, ni especialistas externos han tenido acceso para poder determinarlos.

En el marco del cumplimiento de los 20 años del su declaración de guerra al gobierno mexicano, el pasado 28 de diciembre, el Subcomandante Marcos respondió a esta cuestión que ha permeado en los medios de comunicación y periodistas que han llegado en los últimos días a sus regiones, intentando entrevistarlos.

“¿Qué ha hecho el EZLN por las comunidades indígenas? Nosotros estamos respondiendo con el testimonio directo de decenas de miles de nuestros compañeros y compañeras”, dijo a través de un comunicado.

Se refirió a la apretura que hacia sus comunidades han tenido unas 5 mil personas sociedad civil de diferentes partes de México y otros países, quienes llegaron a sus poblados en agosto pasado. Otro tanto actualmente se encuentran conviviendo con ellos, a través de la llamada “Escuelita Zapatista por la Libertad”.

Dijo que a través de este medio el EZLN está abriendo al exterior sus proceso de desarrollo, “para que la gente de abajo vea y conozca directamente, SIN INTERMEDIARIOS, lo que hay acá?”.

El grupo insurgente mostró a quienes llegaron a su territorio, su forma de organización política, los proyectos comunitarios que existen en su región y la forma en que administran los recursos y los utilizan.

Por ejemplo, a quienes asistieron a la Junta de Buen Gobierno Roberto Barrios, al norte de Chiapas, sus cooperativas de café y centros de acopio, cuyos dividendos se utilizan para “las necesidades que vamos teniendo”, señalaron a las y los asistentes.

En esa región también mostraron un hospital que ofrece los servicios de consulta externa, laboratorio, ultrasonido, hospitalización, servicio dental y de urgencias. Detallaron que a este lugar “médicos solidarios” llegan cada tres meses para realizar cirugías; y que en otras clínicas funcionan del mismo modo.

El grupo insurgente mostró en otras regiones el funcionamiento de sus proyectos de agroecología, transporte, carnicerías, tiendas cooperativas de artesanías, bloqueras, de fabricación de medicinas tradicionales, cocinas, tortillerías y tiendas comunitarias, además de una fábrica de calzado y productos de piel; y hasta medios de comunicación propios, con coberturas locales.

También las escuelas a donde asisten sus hijos e hijas, y donde reciben instrucción académica y política impartida por zapatistas capacitados como maestros.

Los zapatistas explicaron el funcionamiento de sus sistemas de justicia. Detallaron que la forma de aplicar la justicia es en primer lugar la conciliación, pero en delitos graves, se aplican sentencias dictadas por autoridades zapatistas, que consisten básicamente en la reparación del daño causado y la realización de trabajos comunitarios.

Sostuvieron que de manera formal y organizada, llevan más de una década de ejercer lo que llaman autonomía y autogestión, “sin el apoyo del mal gobierno”, explicaron refiriéndose así al gobierno constitucional.

Coperativa de artesanas del EZLN en Oventic. Foto: Ángeles Mariscal/Chiapas PARALELO

La respuesta del gobierno mexicano

El EZLN, a través de las Juntas de Buen Gobierno, denunció también que para detener sus proceso de desarrollo autónomo, el gobierno mexicano desarrollo grupo de choque como el que perpetró la masacre de Acteal en 1997.

Denunciaron que de manera paulatina estos grupos auspiciados también por partidos políticos y gobiernos locales y el de Chiapas, ha propiciado agresiones hacia sus militantes.

Las Juntas de Buen Gobierno hicieron un recuento de más de 200 de estos casos, algunos de los que han derivado en la muerte y el encarcelamiento de integrantes del EZLN. Un ejemplo de ello es el de Antonio Estrada Estrada, originario del ejido San Sebastián Bachajón, municipio de Chilón, quien fue detenido en el marco de la disputa de tierras en su región, por parte de zapatistas y no zapatistas. Antonio Estrada fue liberado el pasado 24 de diciembre, luego de pasar dos años el prisión.

Una nueva iniciativa para pueblos indígenas 

Durante una visita que el 26 de diciembre pasado hizo a Chiapas el comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México, Jaime Martínez Veloz, adelantó que por parte del gobierno federal se plantea una “una iniciativa de gran calado” que recogerá los acuerdos de San Andrés, e incorporará la nueva normatividad nacional e internacional en materia indígena.

En entrevista, dijo que con esta acción pretende dar respuesta a la demanda de autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas.

El ex integrante de la primera Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), quien participó en la firma de los acuerdos de San Andrés, suscritos por el gobierno mexicano y el Ejército Zapatista de Liberación (EZLN) el 16 de febrero de 1996, reconoció que “por ninguna circunstancia” la iniciativa que está en proceso de elaboración “podría eludir los compromisos que el gobierno Esta mexicano firmó con el EZLN, llamados Acuerdos de San Andrés.

Se prevé que esta nueva iniciativa de ley sea presentada en febrero de 2014, en el marco del aniversario de la firma de los acuerdos entre el EZLN y el gobierno federal.