Patishtán, su familia y su salud son prioridad, por ahora.

. “En prisión el día se hace largo cuando no se hace nada, cuando se cae en el ocio, pero cuando uno tiene mucho trabajo, los días se hacen muy cortos”: Patishtán. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

A dos semanas del indulto presidencial, Alberto Patishtán Gómez, está entregado a su familia, a recuperar el tiempo perdido, dice, con hijo Héctor de 17 años y Gabriela de 23, quien ahora tiene una pequeña hija.

Entrevistado para Chiapas PARALELO, Alberto Patishtán Gómez se encuentra en la Ciudad de México desde el pasado 7 de octubre. Allá recibió la noticia del indulto presidencial. Se encuentra recibiendo radioterapias en el Instituto Nacional de Neurología Manuel Velasco Suárez por un tumor cerebral que padece y que como primera consecuencia amenaza con hacerle perder la vista.

Dice que ahora lo principal son salvar su vida y estar con su familia. Que ya tendrá tiempo para agradecer a las personas que lucharon por su libertad, sobre todo a los de su comunidad de origen en El Bosque, aquellos que al caer preso en junio del 2000 tomaron la presidencia municipal por un mes en señal de protesta.

Patishtán dice que no fue fácil la vida en prisión, pero pudo sobrelñlevarla manteniéndose siempre ocupado. “En prisión el día se hace largo cuando no se hace nada, cuando se cae en el ocio, pero cuando uno tiene mucho trabajo, los días se hacen muy cortos”.

Alberto Patishtán dijo que al caer en prisión, siempre ayudó a sus hermanos indígenas sin importar la etnia a la que estos pertenecieran, tampoco le importaba si eran de alguna filiación político partidista o ideológica, el ayudaba a todos por igual. “Allá adentro todos somos iguales, no hay diferencias”.

El maestro indígena bilingüe dijo que pasó los 13 años y cuatro meses en prisión siempre al lado de quienes más lo necesitaron. La hizo no sólo de maestro, también de sicólogo, consejero, artesano, médico y todos los oficios que pudo realizar para ayudar a otros y sobrevivir. “Hasta los custodios me iban a buscar para pedirme consejos de pareja”.

Dice que no guarda rencor contra nadie y no quiere demandar o contrademandar, que si acaso sus abogados tienen la intención de recurrir a alguna instancia internacional tampoco se opondrá, tienen su anuencia.

Leonel Rivero, abogado de Alberto Patishtán señala que si bien se dio su libertad por la vía del indulto presidencial, las vías internas jurídicas están agotadas, pero hay una disposición del Estado mexicano por resarcir el daño ocasionado a Patishtán.

Rivero insiste que el gobierno y la justicia mexicana deben indagar quienes fueron los asesinos de los siete policías chiapanecos muertos en una emboscada en junio del 2000 y por la cual fue acusado de forma injusta Alberto Patishtán.

Rivero recuerda que se debe sancionar a los que realizaron esa masacre en la que nunca se buscó quien lo hizo sino quien lo pagara.

Rivero recuerda ahora el tráfico de influencias del entonces diputado local del PRI, Ramiro Micelli Maza, para “hundir” en la prisión a Patishtán, sólo por ser un político disidente en el municipio de El Bosque donde gobernaba su amigo el alcalde priísta, Manuel Gómez Ruiz.

Dice que otros de los políticos chiapanecos que declaró contra Patishtán fue un candidato a senador del entonces Partido Social Demócrata (PSD), como Jorge Padilla Valdivia.

Señala que los policías muertos merecen justicia, pero que la justicia aplicada hasta ahora ha sido la peor en este caso.

Rivero dice que Patishtán tiene otras prioridades, pero que el gobierno mexicano no debe dejar ahí sólo en el indulto el caso de la masacre de los policías, porque entonces sería otro caso más en la impunidad.