Vivir en zona de riesgo, los fraccionamientos de Tuxtla que se derrumban
Hace 12 meses llego a vivir a las casas del Fraccionamiento «La Cueva del Jaguar», a sus 70 años la señora Altagracia; dice que la necesidad es más grande que su zozobra al costarse a dormir y saber si el día de mañana pueda morir con el techo y las paredes sepultándola.
– ¿Es preferible morir así con el riesgo que a pagar renta?
-Así toda la vida
-¿Prefiere vivir así?
-Así porque peor ahorita a como está el tiempo.
Altagracia es una de las habitantes de la Cueva del Jaguar. Este fraccionamiento es uno de los ocho centros poblacionales que inexplicablemente fueron construidos con los permisos de las autoridades, en la zona de amortiguamiento de la reserva federal de El Zapotal, en la zona sur oriente de la capital de Chiapas.
El Fraccionamiento fue construido hace 13 anos y los deslizamientos de la zona ocurrieron hace 7. Y aunque muchas de los derechohabientes fueron indemnizados, algunos regresaron y otras viviendas fueron invadidas. Todos viven en riesgo inminente, sin que la autoridad logre dar una solución.
“Vale la pena correr el riego aquí porque la verdad porque necesitamos esta propiedad; no pedimos nosotros que el gobierno nos traiga dinero, que nos dé la posición, que nos lo regale o que nos lo venda pero en facilidades de pago”, señala otra de las habitantes de la zona.
Aquí al menos 200 viviendas se encuentran en las mismas condiciones, mientras que a la par en la colonia «6 de Julio», otro centenar fueron consideradas afectadas y alcanzaron a ser beneficiadas con recurso del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN).
A pesar de estas condiciones, los habitantes se niegan a ir a otro lugar. Viven en las viviendas familias enteras, hombres, mujeres y niños.
“Vino personal de Protección Civil, pero nada más se quería llevar a los niños, estaba aquí feo pero la verdad no tenemos a donde irnos», explica Romelia.
Para Raúl González Herrera, geólogo especialista de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), las laderas Sur y Norte tienen vulnerabilidad muy importante; además de sufrir deslizamientos de tierra por las lluvias, también se podría generar por sismos.
En un mapa de la ciudad, el especialista indica las partes más vulnerables a sufrir afectaciones; a simple vista se puede ver que prácticamente es un 80 por ciento de las faldas del cerro Mactumactzá y otro tanto en la parte Norte.
“Si hablamos de riesgo, vemos que es un riesgo muy alto. Entendemos que los procesos de remoción en masas detonados por sismos y por lluvias intensas, son críticas para la ciudad”, explicó el funcionario.
Mientras se determina si hubo o no responsabilidad en la construcción de las calles, más de doscientas familias esperan una respuesta para saber qué pasará con el futuro de sus viviendas.
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