Pablo Salazar, en busca de la “reivindicación plena”

“El poder económico –de Sabines- es amenazante y le puede servir todavía para muchas cosas”: Salazar

“El poder económico –de Sabines- es amenazante y le puede servir todavía para muchas cosas”: Salazar

Siete años de carrera política le sirvieron a Pablo Salazar Mendiguchía para llegar a ser gobernador de Chiapas en diciembre del 2000. Luego de sus seis años de mandato, al partir en diciembre del 2006 dijo que se retiraría de la política.

En enero del 2011 rompió su palabra y reinició actividades políticas, pero seis meses después, el 7 de junio, su sucesor Juan Sabines Guerrero lo capturó para llevarlo a prisión, acusado de los delitos Peculado, Ejercicio Indebido del Servicio Público, Abuso de Funciones Públicas, Abuso de Autoridad y Asociación Delictuosa.

Tras 526 días prisionero y con 11 procesos penales encima, Salazar Mendiguchía logró su libertad tras un “acuerdo político” con su principal carcelero, Sabines Guerrero.

En julio del 2012 nuevamente Salazar volvió a las andadas políticas, el ostracismo no era lo suyo. El 3 de agosto se afilió al PRD y sus principales cuestionamientos se han endurecido hacia ese sector magisterial que apoya el propio sol azteca.

Pasó sus vacaciones de verano en Chiapas, provocando un revuelo en la clases política local. Otros controlan los hilos del poder en el ámbito local, por lo que desde el centro del país habla para Chiapas PARALELO.

Cauteloso como siempre a las intervenciones de las llamadas de su principal verdugo en la Procuraduría de Chiapas, a mil kilómetros de distancia no accedió a la entrevista por teléfono. Antes ya había cancelado una entrevista personal. Aceptó sin embargo responder por escrito a algunas de los múltiples cuestionamientos que existen sobre sus acciones, y los impactos que éstas han tenido y tienen sobre la sociedad en Chiapas.

Tal cual se le deja al lector de Chiapas PARALELO la entrevista por escrito.

“El poder económico –de Sabines Guerrero- es amenazante y le puede servir todavía para muchas cosas”

-¿Cómo se define Pablo Salazar “en el territorio del no poder”?

-Como un ciudadano: sin poder pero con plenos derechos. Esa es la característica del territorio del no poder. No soy alcalde, diputado, senador. No ejerzo ninguna modalidad del poder público. Soy un ex gobernador más, de los muchos que hay vivos. Un amigo mío decía que en política el poder desgasta pero desgasta más el no poder.

 Entonces aquella promesa de esperar a su sucesor Juan Sabines Guerrero  “en el territorio del no poder”, los chiapanecos debemos dejarlo como una advertencia suya ya saldada?

– Los únicos que pueden sellar el destino de Sabines son los chiapanecos y las instituciones de justicia. Hoy, ambos estamos sin poder político. Tal como lo señalé, él llegó al territorio en que yo ya estaba. Aunque en su caso, su poder económico es amenazante y le puede servir todavía para muchas cosas.

Muy pocos han entendido el alcance de mi afirmación hecha desde la prisión. Mi verdugo emprendió en mi contra la cacería más brutal e inhumana que se recuerde en el México contemporáneo. Esa persecución incluyó a casi sesenta de mis colaboradores, a mi familia, a mis amigos, y por extensión a los familiares de todos mis compañeros.

Mi afirmación surgió después de la notificación del último de los once procesos amañados, prefabricados, que me instruyó. Entonces, con esa frase, le estaba enviando este mensaje: “has convertido el odio en razón de Estado, te recuerdo que el abusivo poder que hoy ejerces es temporal, tiene fecha de caducidad; ya te veré cuando no usufructúes el presupuesto público para linchar a tus enemigos, cuando ya no dispongas del aparato de justicia que usaste como dictador bananero, cuando tus mentiras se caigan una a una con un simple soplido, cuando ya no tengas a Calderón ni a la presidencia para que te protejan, cuando la prensa que te lisonjeaba escriba lo que realmente piensa de ti; en suma, cuando seas un simple mortal, como cualquiera, ahí voy a verte, en el territorio del no poder”.

Y aquí lo estoy viendo. Hay diferencias sustanciales. Su gobierno montó una costosa manipulación de medios que significó cientos de millones de pesos para desprestigiarme y llenarme de lodo durante todo el sexenio. Pese a ello, el ánimo social hacia mi persona y gestión es positivo. En su caso, en su defenestración, no ha habido necesidad de eso. Sin que medie campaña y sin promoción oficial de rencores, en cada rincón de Chiapas no hay  gobierno más repudiado ni hombre más odiado que mi carcelero. A donde quiera que te pares, hasta en comunidades apartadas de nuestro estado, vas a advertir el repudio social; te van a decir que ese señor es el más grande saqueador que haya existido en Chiapas. Se multiplican las denuncias, se documenta el latrocinio más escandaloso que se haya cometido contra nuestro pueblo. Y, por cierto, quienes antes fueron beneficiarios de sus pillerías y por tanto, sus defensores oficiosos, hoy guardan sepulcral silencio.

Aquí lo esperé, pues, y con absoluta serenidad lo estoy viendo en toda su desnudez, en su desesperante soledad y aislamiento.  Y no he tenido que mover un solo dedo. No lo haré, ni falta que hace.

Al final de ese devastador gobierno, el peor de la historia, el daño sobrepasó a todos los que pudo mandar a la cárcel. A estas alturas ya alcanza a más de cuatro millones de chiapanecos.

“Me propuse –en la cárcel-, no darle el gusto a mi verdugo de verme humillado, abatido, derrotado o de rodillas”

“Me propuse –en la cárcel-, no darle el gusto a mi verdugo de verme humillado, abatido, derrotado o de rodillas”

“Me propuse –en la cárcel-, no darle el gusto a mi verdugo de verme humillado, abatido, derrotado o de rodillas”

 – Tras los 526 días de prisión, ¿Cuál la principal lección aprendida de Pablo Salazar tras lograr su libertad en noviembre pasado?

–  Muchas lecciones. Se agudizó mi sentido de solidaridad. Aprendí a valorar lo que realmente merece mi prioridad en la vida. Comprendí la importancia de estar conmigo mismo, con Dios, con mi familia, con mis hijos en particular; con mis afectos cercanos, con mis lecturas. A disfrutar a mis verdaderos amigos.

 Al salir alguien me preguntó si tenía más o menos amigos. Respondí que ni una ni otra cosa: me quedé con mis mejores amigos, les dije.

También pude vivir en carne propia la paradoja de estar encarcelado pero en libertad cuando hay tantos que viven fuera de una prisión pero atrapados en sus cárceles. Me apropié de las lecciones de Mandela durante sus largos veintisiete años de prisión, cuando afirmaba que su cuerpo estaba preso, pero su mente era tan libre como un halcón.

Me propuse no darle el gusto a mi verdugo de verme humillado, abatido, derrotado o de rodillas. Mantuve enhiestos mi dignidad y honor. Al final de la historia, los que me quisieron humillar, resultaron humillados. Quienes intentaron envilecerme se vieron viles y ruines.

Con frecuencia pensaba en la tragedia por la que estaba pasando Sabines al tenerme en una  cárcel pero sin poder disfrutar del placer de verme liquidado; mientras que él, en su aparente libertad, sufría  la cárcel de sus adicciones, de sus complejos, de sus vicios, de sus miedos, de su pequeñez y miseria.

 Al final, al obtener mi libertad, me propuse no vivir con el fantasma de esa injusta prisión, menos a la sombra de mi captor, y lo he logrado.

El mismo Madiva me dio una gran lección de  vida. En las memorias del presidente Bill Clinton narra cómo vio con sorpresa que en la toma de posesión de Nelson Mandela, primer presidente negro de la Sudáfrica democrática, estaban como invitados especiales en el recinto oficial, sus enemigos y hasta sus carceleros.

Clinton no lo podía creer y volvió a insistir en una pregunta que ya le había formulado antes, acerca de si de verdad, al obtener su libertad no había sentido odio hacia sus opresores. La respuesta de Mandela es de un ser superior. Le dijo, palabras más, palabras menos: “al salir de prisión me dije: estos ya me tuvieron prisionero durante veintisiete años de mi vida; si yo los sigo odiando, seguiré siendo su prisionero, y yo soy un hombre libre”.

Esa es mi filosofía. Por Sabines, hoy sólo siento compasión. Tal vez nunca vaya a una cárcel, no lo sé. Pero ya está viviendo la peor de las cárceles que cualquier ser humano pueda padecer: la propia.

“Ese esperpento –Sabines- cuélguenselo  a López Obrador, no a mí”

“Ese esperpento –Sabines- cuélguenselo  a López Obrador, no a mí”

“Ese esperpento –de Sabines- cuélguenselo a López Obrador, no a mí”

–  ¿Qué tanta responsabilidad pública y política asume por su cuenta por el hecho de haber contribuido al impulso de un sucesor como Sabines Guerrero que dejó al estado en bancarrota?

– La pregunta, que en realidad son dos,  parte de una premisa falsa: que yo impulsé a Sabines. Eso no lo acepto. Lamentablemente, como guardé prudente silencio durante los cinco primeros años del sabinato, se han construido leyendas urbanas que periodísticamente se han asumido como verdades absolutas.

 Esta historia ya la conté y no tengo inconveniente en volver a hacerlo.

Era la víspera de mi sucesión. Los partidos políticos habían arrancado ya sus procesos internos. Muy pocos lo recuerdan, pero Rubén Velázquez –que era miembro del PRD- ya había ganado una convención perredista para ser nominado candidato a gobernador con más del 90% de los votos electivos del Consejo.

Por esos días me pidió verlo en la ciudad de México el presidente del PRD, Leonel Cota Montaño, para darme -en sus modos toscos y poco comedidos- un mensaje de Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato del PRD a la Presidencia de la República. El contenido era éste: que a pesar de los resultados del Consejo, Rubén no sería el candidato del PRD. Que la estrategia del entonces aspirante presidencial era nutrir su campaña con los desprendimientos del PRI; y que para el tabasqueño, en Chiapas no había más que dos opciones: Aguilar Bodegas o Sabines. Y que para ese caso ya habían hablado con ambos y habían aceptado. Si Aguilar perdía, sería el candidato de AMLO y si el perdedor era Sabines, como a la postre lo fue, sería el candidato del dedazo pejista.

Estos son hechos reales, no trascendidos. Hay muchos testigos que pueden corroborarlo, entre ellos el propio Rubén quien recibió confirmación de todo lo anterior, por boca del mismísimo Andrés Manuel.

Mienten por tanto al decir que hice cabildeo previo por Sabines a través de César Chávez. La suerte ya estaba echada, y Nueva Izquierda se plegó al peje. Nada hizo por defender la candidatura de Rubén, a pesar de que era miembro de su corriente.

Es falso que con mi apoyo Sabines fue diputado local, como también es inexistente la supuesta anécdota de que el día que ganó la alcaldía muchos colaboradores míos escucharon la expresión “ese triunfo es mío y para mí”.  Eso no es más que  surrealismo político. Jamás existió el hecho ni el atribuido regocijo. Eso es lo que el ex presidente Carlos Salinas llama política ficción.

Respecto de los supuestos apoyos, pongo por testigos a mis colaboradores, con quienes tenía reuniones de gabinete todos los lunes. Desde el primer día de gobierno y hasta el final, la instrucción fue, no gastar un solo peso del presupuesto y de los programas a ninguna campaña electoral ni darle ningún otro destino que no fueran las acciones de gobierno.

Si mi administración, que para entonces gozaba de una muy alta aceptación, hubiera usado el presupuesto o los programas a favor de Sabines, no habría ganado de la manera tan lastimosa y estrecha como ganó.  Desde ahí viene su enojo.

En resumen, durante mi gobierno cometí errores, como todos, pero ese esperpento cuélguenselo  a López Obrador, no a mí.

Pablo Salazar-Mendiguchía

«Sabines legó una grave disfuncionalidad en las instituciones gubernamentales»

La otra pregunta es si Sabines dejó al estado en bancarrota, y la respuesta es obvia. No se trata sólo de la hacienda pública a la que dejó hipotecada por treinta años, es que Sabines legó una grave disfuncionalidad en las instituciones gubernamentales. Trabajadores que tenían que llevar su agua, su papel higiénico, poner los viáticos de su bolsa, cooperar para pagar la renta de oficinas de gobierno, pedir al contribuyente que llevara su papelería porque ni para eso tenían las oficinas, y la lista es larga. No sólo están quebradas las finanzas del estado, Sabines dejó dinamitadas las instituciones. Reconstruirlas, hacerlas funcionales, ponerlas de pie, no va a ser una tarea fácil de la actual administración.  Y el reto mayúsculo, en mi opinión,  será levantar el ánimo de la sociedad, porque de pilón, nos ha heredado una dolorosa desmoralización social.

– ¿Se siente traicionado por Sabines Guerrero?

– Digo lo mismo que Trotsky cuando le preguntaron acerca de Stalin: “No tuve la capacidad de advertir que un hombre con aquella mirada de reptil era altamente peligroso”.

Más allá de mi persona y de mis méritos, soy parte de una generación que ganó el primer gobierno de alternancia; que consumó la transición democrática en Chiapas y alcanzó en seis años, logros extraordinarios que están a la vista de todos, y que ni siquiera una o diez campañas de mentiras han podido ocultar. Esa generación, guste o no,  le pertenece a la historia, y es a ella a la que traicionó ese personaje.

 – El “pacto” para lograr su libertad a cambio de no proceder contra su sucesor “en el territorio del no poder” cómo considera que deja a las instituciones de justicia en Chiapas? ¿La justicia en Chiapas es negociable?

– Lo que ocurrió es algo mucho peor que una justicia negociable. Durante los seis años del sabinato tuvimos en Chiapas una justicia inexistente. Las instituciones de justicia quedan  muy mal paradas, pero eso no me lo reclamen a mí. Repróchenselo a quien usó el aparato de justicia para prefabricar delitos, para manchar a inocentes, para exhibir a presuntos culpables, para hacer y deshacer expedientes, para perseguir, eliminar y descargar su ira contra sus adversarios, para culpar y exculpar; para tratar a los jueces y magistrados como sus lacayos.

Mis compañeros de causa y yo fuimos presos políticos del sabinato. Lo dije en su momento desde mi injusta prisión y lo sostengo. Y vuelvo a repetir: los procesos emblemáticos del perseguidor, el supuesto peculado y el de los niños de Comitán, se los gané por mis propios méritos, por la brillante defensa de mis abogados César Cerisola y Alfredo Domínguez. La justicia federal me exoneró a mi y a mis ex colaboradores. En eso no le debo nada a él ni a nadie; y así está escrito tanto en la carta personal que le hice, como en mi comunicado final.

Fue en los demás expedientes de paja que radicó para asegurarse que no obtuviera mi libertad antes de las elecciones, en los que su gobierno retiró los cargos. Respecto de esos, que también en cuestión de tiempo los iba a ganar, decidió precipitar un final, que acepté para evitar más sufrimiento a mis compañeros, a su familia, y por supuesto que a la propia también. Todo, a cambio de no demandarlo.

No hay ningún desdoro en ello; esos procesos se extinguieron mediante la figura del sobreseimiento porque se retiraron los falsos cargos.

No deja de llamarme la atención que algunos se rasgan las vestiduras ante mi revelación en una reacción hipócrita: exigen una solución esencialmente judicial a un problema que todo México sabe, era esencialmente político.

 – ¿Se arrepiente de estas palabras?: En diciembre del 2006, en el marco del sexto informe de gobierno, así solicitó ayuda los chiapanecos para su sucesor: “El que está por llegar a la más alta responsabilidad política de Chiapas, vástago de una extirpe noble y recia, es un hombre joven y dinámico, preparado y con instinto de poder.

Tiene los atributos suficientes para sobreponerse a las acechanzas e invertir su tiempo, su vasto caudal de energía y sus ilusiones en la excepcional tarea que las chiapanecas y los chiapanecos le han dado. Le deseo le vaya muy bien para que muy bien le vaya a nuestro pueblo.

!Ayúdenle, denle fuerza sin regateos, hágalo su líder hasta que logren, al final de la jornada, que Juan Sabines Guerrero se convierta en el mejor gobernador de Chiapas!”.

– El discurso es uno de los principales activos de todo político; es parte fundamental de su patrimonio. Pasado el tiempo, vuelve a favor o en contra de nosotros.  Puedes arrepentirte por haberlo dicho, de cómo lo dijiste, incluso, respecto de quien lo dijiste. De lo que jamás me voy a arrepentir es de haberle pedido a un pueblo que creyó en mí, que le otorgó a mi administración su confianza y altas calificaciones al final de mi gobierno, que también creyera en la persona que llegaba, que la apoyaran, que la hicieran su líder hasta convertirla en el mejor gobernador. Quise que le fuera bien, para que Chiapas tuviera su mismo éxito. Hay en esa expresión no sólo un acto de solidaridad sino de generosidad que jamás apreció el aludido.

Si echáramos el reloj del tiempo para atrás, lo volvería a hacer, sin duda.  En todo caso el que se equivocó rotundamente fue mi sucesor quien escogió, lamentablemente y en perjuicio de nuestro pueblo, ser un pésimo gobernador: el peor de todos. De ello, quien seguramente tendrá que arrepentirse toda la vida, es él,  y con certeza, el pueblo de Chiapas.

 – ¿Qué tan fortalecido o mermado políticamente sale Pablo Salazar de prisión?

Hoy, soy un hombre más fuerte que antes del 7 de junio del 2011. El juicio de la historia, el de los ciudadanos sencillos, de a  pie, de los que fueron mis gobernados durante seis años, me ha favorecido. Soy un hombre reivindicado y restaurado moral y políticamente en mucho menos tiempo del que hubiera pensado.

Y a contrapelo, el crecimiento de mi imagen contrasta con el repudio social generalizado que en Chiapas se expresa contra mi perseguidor.

– ¿Se considera mejor exgobernador que gobernador?

 – Creo que ambas cosas las he realizado considerablemente bien. Para contribuir a la estabilidad del gobierno de mi sucesor, aguanté en silencio durante cinco años, la andanada mediática, persistente, grosera, costosa y perseverante en mi contra, hasta que llegada la hora de defenderme y romper el silencio. Enfrenté las consecuencias por todos conocidas.

Como gobernador, ahí están las evidencias que hablan por sí solas de los frutos fecundos, abundantes, de una buena administración.  Ni mis peores adversarios las pueden negar.

– ¿Qué tan sensible y tolerante a la crítica es o sigue siendo Pablo Salazar?

 – Pues dime tú qué tan sensible y tolerante crees que soy. He tenido a la prensa local en mi contra durante seis años como senador y candidato, otros seis como gobernador; seis más del sabinato, y algunos se han seguido de largo hasta ahora. Mi tolerancia ya cumplió mayoría de edad. Llevo diecinueve años escuchando y leyendo lo mismo, idénticos adjetivos, repeticiones “ad nauseam” como dice Vargas Llosa. Sólo le cambian la fecha.

¿Se aprecia de su parte mucho desdén a los medios y periodistas chiapanecos o locales y prefiere apuntalarse en los medios del centro del país?

Desdén significa indiferencia. Imagínate que yo no fuera indiferente a cierta prensa local, y que me la tomara a pecho o que viviera replicándola. Ya no tendría hígado.

La verdad es que resulta muy difícil tomar en serio y respetar a una prensa que no se respeta a sí misma. Ustedes conocen mis definiciones políticas en lo que debe ser la relación de un gobierno con los medios. Cuando era senador, igual que hace poco, se pagaban horas en radio, televisión y toneladas de papel para querer eliminarme de la contienda. Me acusaron desde el poder, hasta de haber vendido Chimalapas, en aquellos lejanos años de los noventas.

Sin embargo, a pesar de haber tenido a toda la prensa local en contra, gané una elección. Entonces concluí que nuestra prensa no hace opinión y por lo tanto no entendía ni entiendo porqué gobiernos anteriores al mío –y después con Sabines alcanzaron la gloria-,  gastaron cientos y miles de millones en una prensa que no formaba opinión. Fue gracias a esta realidad, que tomé la decisión de modificar los términos de la relación prensa-gobierno.  Así fue como decidí no dilapidar el dinero del pueblo para comprar incienso, que además, dicho sea de paso, en nuestro terruño la mayoría cobra muy caro por una sintaxis muy barata.

Los resultados fueron dos: por un lado nos ahorramos muchísimo dinero que sirvió para construir escuelas, caminos, centros de salud, y un largo etcétera; y por otro, logré que en mi administración la prensa chiapaneca viviera su edad de oro. Nunca en la historia de Chiapas ha habido una prensa tan libre, tan democrática como la hubo conmigo. Los columnistas y reporteros dijeron con absoluta libertad, lo que nunca antes se habían atrevido a decir de ningún gobernador.

Todo esto me confirma en una convicción que fortalecí con mi experiencia: No hay mordaza más eficaz ni más lesiva para la democracia,  que el chayote.

Si quieres ver a una prensa verdaderamente amordazada, ponle un chayote y la verás servil, gacetillera y  laudatoria.

Por cierto, he leído lo que han escrito sobre los gastos en prensa del gobierno anterior, y se han quedado muy cortos. Los treinta y cinco millones anuales con los que comenzó su ejercicio, corresponde a  lo que nosotros gastábamos, porque el presupuesto 2007 se elaboró en mi gobierno, y dejamos el presupuesto irreductible de comunicación social.  Pero en el 2012, Sabines gastó en prensa la cantidad de ¡un mil doscientos millones de pesos!, de los cuales, por cierto, cien millones, sólo en ese año, se llevó un exitoso empresario de la radiodifusión en Chiapas.

Ya desde la época de la dictadura, don Porfirio tenía una paráfrasis que frecuentemente repetía respecto de algunos de sus críticos: ¨perro con hueso en la boca, ni ladra ni muerde”.

Mantengo la ilusión de que la nueva generación, los nuevos periodistas, el nuevo periodismo, las redes sociales con toda su fuerza huracanada y a veces desbordada, desplacen a la mala prensa. Debo reconocer con tristeza que los genuinos periodistas en Chiapas, no alcanzan a cubrir los dedos de una mano.

– ¿Será un político activo en el ámbito de Chiapas o se circunscribirá a una actividad política en el centro del país.

No limites mi radio de acción. ¿Por qué solo el centro del país?. Mi agenda está llena de actividades políticas en el plano nacional. Como ya lo he afirmado con anterioridad,  voy a caminar con Carlos Sotelo, con mi expresión Democracia Social y el bloque Patria Digna, para dar la batalla dentro del PRD en la búsqueda de un partido más social, más democrático y más unido interiormente. En esas faenas quiero estar.

 – En algunos temas nacionales respecto de los que me sienta capacitado o con suficiente experiencia y autoridad para opinar, lo haré, como ya lo he estado haciendo.

«No tengo ningún privilegio como exgobernador»

 – ¿De qué privilegios  gozan los exgobernadores de Chiapas de por vida con cargo al erario? Es decir, ¿Se le paga alguna pensión permanente o tienen choferes y guardaespaldas pagado con presupuesto público?

 – Voy a hablar por mí, solamente. En la administración anterior, se expidió un decreto para proporcionar seguridad a los ex gobernadores hasta por diez años después de expirado su mandato,  que incluye elementos policiacos, apoyo logístico,  y un conjunto más de privilegios. En mi caso, sólo he aceptado dos personas de apoyo que le cuestan a la administración de Chiapas seis mil pesos mensuales cada uno. No gozo de ninguna pensión, por supuesto; tampoco he aceptado el apoyo completo de seguridad, no disfruto de vehículos ni de vales de gasolina. No tengo ningún privilegio.

 – ¿De qué vive ahora Pablo Salazar? ¿Cuál es su principal ingreso económico? ¿Es ejecutivo de alguna empresa, tiene alguna consultoría de asesoría política?

 – No soy ni he sido ejecutivo de ninguna empresa. Desde que concluí mi gobierno, he mantenido en la ciudad de México un despacho de consultoría política y gubernamental que ofrece servicios a los tres órdenes de gobierno. Ocasionalmente, doy asesorías y conferencias a ciertas empresas y a estudiantes universitarios, por las que me pagan. Vivo de eso, y ahora combino mis actividades profesionales con mis ocupaciones familiares y políticas. Estoy bastante entretenido, para decirlo con franqueza.

 – ¿Porqué afiliarse al PRD después de más de 12 años sin militancia partidista? ¿Cree que los partidos son la principal opción de cambio político y social en el país, cuando incluso ya se habla de candidaturas independientes?

 – En realidad, me mantuve sin militancia durante catorce años. Me afilié al PRD porque me considero un hombre de izquierda, porque quiero militar en la izquierda, y porque creo que en un país con tantos millones de pobres se necesita una izquierda moderna y constructiva. México no será un país con equilibrios en el que se escuchen todas las voces, si no cuenta con una izquierda fuerte. Y yo quiero estar para ese momento, en ese preciso lugar.

Me agrada la participación independiente de los ciudadanos. Habrá que esperar que madure esa experiencia. Yo me veo más participando en un colectivo, que como lobo solitario. Aún así saludo y celebro este logro de la ciudadanía.  Ya veremos qué resulta.

 “Pido a los chiapanecos que le tengamos paciencia –a Velasco Coello-. No es nada fácil la situación que ha heredado”

 – ¿Cuál o como es su relación con el actual gobernador de Chiapas, quien inició su carrera política en los primeros años de su gobierno?

 – Mi relación con  el gobernador Manuel Velasco Coello es muy respetuosa pero distante como debe ser la vinculación de todo ex gobernador con el poder público vigente.

Quiero que le vaya muy bien a él, porque quiero que le vaya muy bien a Chiapas. Estoy esperanzado de que su capacidad política le ayudará a sacar a nuestro estado del profundo abismo en el que dejó su antecesor no solamente las finanzas públicas, sino la administración en general.

Pido a los chiapanecos que le tengamos paciencia. No es nada fácil la situación que ha heredado. Pero vamos a salir.

 – ¿Qué opina de esta nueva generación de políticos, hijos de exgobernadores, exlegisladores o ex líderes políticos ya retirados? Están cambiando el arte de hacer política o son políticos jóvenes con viejas prácticas?

Es muy injusto hacer una generalización para juzgar a todos los políticos jóvenes. Yo mismo tengo un hijo que al día de hoy no ha definido si su futuro está en la política, aunque le sobra talento para ella. Pero creo que las virtudes políticas no tienen nada que ver con la edad, como tampoco creo en la genética política. De un buen ex gobernador puede salir un heredero muy malo, pero al revés también.

Mi sucesor es un claro ejemplo de que el relevo generacional nada tiene que ver con la edad biológica sino más bien con la preparación, con la inteligencia, con la madurez mental. En ese sentido, se puede ser un viejo con visión de futuro. Perdón en la reiteración, pero Mandela es un ejemplo de ello. Llegó a la presidencia a los 73 años y se le recuerda como uno de los grandes transformadores de la historia, como uno de los irremplazables estadistas de la humanidad.

Y descendiendo desde el cielo hasta el suelo, mi sucesor es un joven viejo con las peores prácticas, con aborrecibles mañas y defecciones democráticas que, estoy seguro, ni un viejo las hubiera cometido en nuestro estado.

 – Se le ha visto muy activo en el ámbito mediático a Pablo Salazar. ¿A qué aspira? ¿Cuáles son sus metas u objetivos  a corto o largo plazo en la política de Chiapas o nacional?

 – Estoy haciendo política nacional y participando con opiniones en aquellos temas en los que creo que puedo aportar.

 – Sin duda que le ha gustado siempre estar inserto en la coyuntura política nacional opinando sobre el acontecer vigente. Siendo sus padres maestros, se le ha escuchado y leído una crítica muy severa al magisterio inconforme. ¿Porqué?

 – De los dirigentes de la CNTE no he dicho nada que no haya expresado cuando fui gobernador. Respeto y admiro mucho a los maestros que, mayoritariamente, en Chiapas y en el país, desempeñan la más trascendente de las tareas humanas: educar a nuestros hijos.

Pero respecto de las demandas y métodos que han empleado algunos maestros afiliados a la Coordinadora en su reciente estancia en el Distrito Federal, no puedo, ni siquiera ahora como miembro del PRD, saludar con un mínimo de respeto.

Yo insisto que estos grupos radicales han metido en un brete a la izquierda mexicana. Por un lado, condenarlos, es arrojarlos al foso de los leones, a un linchamiento que no es deseable; pero por otro lado es muy difícil apoyarlos. Sus métodos y reclamos son indefendibles. En verdad, no se dejan ayudar.

Sobre ese tema no he hablado extemporáneamente. Los conocemos. Los hemos padecido por treinta y cuatro años en Chiapas, le han hecho un daño irreversible a los niños de la entidad. Espero que lleguen a un arreglo con el gobierno federal, pero mucho me temo que la reforma educativa es, hoy, solamente un nuevo pretexto. Lo que subyace realmente bajo sus públicas demandas, su agenda escondida, tiene que ver con privilegios que en mi gobierno creíamos haber  desterrado de Chiapas: la demanda de plazas automáticas que no tiene que ver con otra cosa que no sea el negocio de la venta de ellas, y el reclamo de  comisiones sindicales con goce de sueldo, que busca proteger otros intereses de los que al final, se benefician tanto el SNTE como la CNTE.

Antes de partir, Salazar hizo tres columnas para clasificar a sus colaboradores: 1.- Los que podrían defeccionar, 2.- Los que estaban en la incertidumbre si le podía o no fallar, y 3.- Los que estaban blindados, los que siempre le serían leales.

 – ¿Cómo es su relación con sus excolaboradores que se vieron involucrados en el proceso que se le iniciaron?

 – Con los que estuvieron presos en mis causas y los perseguidos, que son casi todos, es muy afectuosa, cordial, y bajo el amparo de la adversidad, más sólida que antes.

 ¿Se siente traicionado por algunos de sus colaboradores? Por ejemplo, Horacio Schroeder, Herrán Salvatti u otros.

 – No. Sólo traicionan los amigos. Ninguno de esos dos lo era. A ambos los conocí en mi búsqueda de colaboradores eficientes, pero los traté solamente en el gobierno como subalternos, y por lo tanto no pude conocerlos plenamente.

Sufres innecesariamente si no entiendes desde el principio, que en política no se hacen amigos, o al menos, no amistades duraderas. Son casos excepcionales los que confirman esa regla. En realidad, en política las relaciones son de conveniencia.

Días antes de entregar el gobierno hice un ejercicio personalísimo muy interesante: elaboré tres columnas y les puse nombres. La lista de los que estaban en la primera era la de aquellos que indudablemente yo sabía iban a defeccionar tan pronto concluyera el gobierno. Ahí estaban los melosos, los zalameros, los que escondían su verdadero plumaje detrás de las falsas cortesías.

En la segunda columna puse otros nombres de personas respecto de las cuales no tenía certidumbres. Como podían fallar, podían no hacerlo.

Y, finalmente, en la tercera columna, estaban los nombres de aquéllos a los que yo tenía blindados; éstos, dije, nunca me van a fallar.  La defección de los integrantes en las primeras dos columnas no producirían ningún quebranto en mis sentimientos. Ah, pero si me traicionaban los de la última columna, me iba a doler mucho.

Felizmente, no me equivoqué. Hoy conservo a mis buenos amigos, y no me equivoqué en mis juicios sobre los demás. Me ahorré ese sufrimiento. Recomiendo en política, este ejercicio.

 De forma extraoficial se dice que usted y Herrán Salvatti ya sostuvieron un encuentro. ¿De qué hablaron? ¿En qué términos quedaron? ¿Amigos o también es otro vínculo roto?

 – Otra leyenda urbana de las muchas que cuentan ustedes los periodistas. Surrealismo político.  No he visto a Mariano Herrán. Tampoco me apetece encontrarlo. Por lo tanto: de nada hemos hablado, ni quedamos en nada. Y como sólo fuimos compañeros de trabajo más no amigos, tampoco ha habido ningún vínculo que se haya roto. La única relación que nos unía, la de colaboradores, concluyó el 8  de diciembre de 2006.

 –  Su reaparición pública en San Cristóbal de Las Casas no cree que fue contraproducente para apoyar a su amigo Carlos Sotelo o fue una acción prevista de que podría opacarle su evento?

 – Como político, Carlos Sotelo es íntegro, comprometido y congruente. Como ser humano, es muy generoso. Carlos fue la persona que más insistió en que participara en el evento de San Cristóbal, lo cual siempre habré de agradecerle.

 – No existe la menor duda de que el evento del 3 de agosto, en Chiapas, ha sido benéfico para el movimiento y para nuestro líder. Ha habido un entusiasmo contagioso que se ha extendido a otros estados. En Tabasco, Veracruz y Guanajuato, por mencionar algunos, Sotelo ha tenido recepciones inesperadas por representativas y algunas hasta multitudinarias como ocurrió  en Guanajuato.

 – ¿Si le ofrecieran un cargo en el gobierno de Peña Nieto usted aceptaría?

 – Si buscara trabajo en el gobierno del presidente Peña Nieto, me hubiera afiliado al PRI. En su última asamblea el tricolor modificó sus estatutos para abrir la puerta a todos los que en algún momento decidieron abandonar sus filas. No faltó alguno de los muchos amigos que me lo llegó a ofrecer y se los agradecí.

No estoy en el PRD por un cálculo laboral. Sería una pirueta muy barroca lanzarme de una pista con el fin de caer en otra. Una manchicuepa diríamos en Chiapas. Impensable.

Mi determinación fue un acto consciente y consecuente.

 – En el 2006, al rendir su último informe de gobierno, dijo textualmente: “me separo de la política”, ¿Qué lo hizo regresar a ella a mitad del sexenio de Sabines?  ¿Y qué lo hace regresar ahora?

 – Dos razones: una de vocación y otra cronológica.  Me gusta la política, y a mis escasos cincuenta y nueve años, creo que puedo ser útil en ella. Obviamente me anima el deseo de reivindicación plena, de restauración política, lo cual ya está ocurriendo en muy poco tiempo.

 – ¿Tiene planes de regresar a vivir a Chiapas de forma permanente?

 ¡Por supuesto! Algún día, no ahora, aspiro a vivir ahí donde están mis vivos y reposan mis muertos.

 —Chiapas PARALELO—

7 Responses to “Pablo Salazar, en busca de la “reivindicación plena””

  1. belisario alvarado clemente
    13 octubre, 2015 at 13:52 #

    Cuando se hable de uno de los mejores gobernadores en la historia del estado de Chiapas, sin lugar a dudas se mencionará el nombre del Lic. Pablo Salazar Mendiguchía.

  2. Lulu
    9 septiembre, 2013 at 15:30 #

    Si considerando al Lic. Pablo Salazar un hombre muy inteligente, un excelente orador y un buen Gobernador para Chiapas.

  3. baltazar zanabria sol
    3 septiembre, 2013 at 8:35 #

    Estupenda entrevista «Chaino», tiene puntos muy rescatables, aunque ese «baño de pureza» que se da el ex gobernador es natural en los gobernantes. Me recuerda cuando salinas hizo lo mismo y despotricaba contra Zedillo. en lo que tiene razon y siempre lo respaldaré es cuando habla de la mala prensa que se la pasa atacandolo y sobre todo aquella que vive del «embute»… -alguien dijo cuarto poder- y tambien en que durante su sexenio las finanzas no estaban tan miserables como ahora. No es el peor gobernador que hemos tenido aunque tampoco el mejor-. Felicidades y sigan como van.

  4. FRANCISCO JAVIER RUIZ VERA
    3 septiembre, 2013 at 8:30 #

    Excelente trabajo periodístico de mi Amigo y Gran Comunicador-Isain Mandujano-Saludos desde Comitán-

  5. pozolero
    2 septiembre, 2013 at 23:58 #

    Será el sereno, pero lo que si le reconozco es la excelente capacidad para responder con guante blanco las preguntas formuladas.

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