Mejorar la “calidad de la educación”, la falacia de Peña Nieto
Los argumentos por con los que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, intenta justificar el proyecto oficial de “Reforma Educativa”, no pasan la prueba.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación (UNESCO), especialistas, académicos, maestros, padres de familia y hasta instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), no pueden estar equivocados.
Para todos ellos, mejorar la educación en México –y en cualquier país- pasa primero por abatir las condiciones de pobreza de las niñas, niños y sus familias; pasa por incrementar el presupuesto destinado a la educación, por adecuar y mejorar los programas de estudio, y por mejorar la infraestructura educativa.
La “Reforma Educativa” de Peña Nieto, transita antes, y casi exclusivamente, por el acotamiento al sector magisterial y su sindicato, el que independiente de sus vicios internos, no deja de ser el más importante de Latinoamérica, y uno de los pocos contrapesos ciudadanos que tiene el Estado.
En Chiapas Paralelo nos dimos a la tarea de sacar algunos indicadores sobre la educación en México y en nuestro estado.
El presupuesto
En el informe “Educación para todos”, la UNESCO señala que los países que más distan de alcanzar la educación de calidad para sus habitantes, son los que menos presupuesto destinan a esta área.
La organización Transparencia Mexicana dio a conocer “Cuánto gastamos en educación en México”. Señala que para este 2013, la Secretaría de Educación Pública (SEP) tiene un presupuesto de 250 mmdp, lo que representa el 1.6% del PIB (15 billones, 503 mil millones de pesos).
Otros países como Finlandia, gastan en educación el equivalente al 6.8% de su PIB; y Cuba el 13%. El análisis añade que aún considerando otras partidas encaminadas a la educación, “México ocupa el último lugar de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en el gasto anual por alumno de instituciones públicas”.
La pobreza
La UNESCO señala que “los niños de medios sociales desfavorecidos son los que más corren el riesgo de ser excluidos de la atención y educación de la primera infancia”.
Chiapas, con respecto de las 32 entidades del país, ha ocupado históricamente -y ocupa en la actualidad- los mayores índices de pobreza. De acuerdo al informe más reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2012, del total de la población que habitaba en el estado, 74%. por ciento se encontraba en situación de pobreza “extrema” o “media”.
Esto se traduce en los hechos en 1 de cada 4 niños (24.7%) no tiene una alimentación ni suficiente ni nutritiva; tampoco servicios de salud (24.9%); y sólo 2 de cada 10 (83.3%) tienen seguridad social. En los hechos, estas carencias relacionadas repercuten en que 1 de cada 3 niños padece “rezago educativo”.
A una solicitud de información -dirigidas a las secretarias de Infraestructura, Educación, y el Instituto de la Infraestructura Física y Educativa del Estado de Chiapas- sobre el número, condiciones y equipamiento de las escuelas de la entidad, la respuesta fue que no tienen “la información organizada” .
Las cifras oficiales que de manera general proporcionan, indican que hay poco más de 84 mil escuelas, y un maestro por cada 23 alumnos. No mencionan que en la zona rural donde vive el 51% de la población de Chiapas –e incluso en zona urbanas como Tuxtla Gutiérrez- la mayor parte de las aulas son semi-provisionales, construidas con madera, algunas con piso de tierra, sin baños o letrinas; un gran número no tienen servicio de energía eléctrica.
La realidad
Sein Ovando Pérez (maestro)
“Del rezago educativo, a los maestros nos toca un porcentaje de responsabilidad. Pero el Estado no asume su propia responsabilidad que tiene que ver con la mala alimentación de los niños, el poco apoyo en las escuelas, la desintegración familiar, la migración, y otros factores muy profundos que ocasionan las deficiencias en la educación” .
Manuel Mendoza Reyes (maestro de Frontera Comalapa)
“La solución no está en cambiar un maestro por otro, sino se tiene que hacer una revisión y ver cómo está la educación en las zona indígenas, en las zonas rurales. Que el gobierno mande a sus pedagogos para que vean en que condiciones reciben las clases los hijos de campesinos, donde el niño tiene que caminar dos o tres horas para llegar a las escuelas (…) ellos son políticos y no saben que pasa en las aulas”.
Juventino Méndez Arreola (maestro de Secundaria Técnica)
“Lo que viven los alumnos son la carencia en infraestructura, en la falta de personal docente. Los muchachos no tienen las condiciones necesarias para recibir los conocimientos. Con la Reforma Educativa dicen que vana invertir más en las escuelas, pero reformas ha habido y el gobierno nunca cumple lo que promete”.
Raymundo Betanzos Flores (maestro)
“Hoy van contra el magisterio, luego van a ir contra los otros sectores”.
José Luis Cruz Gutiérrez (maestro en Chilón)
“En donde trabajo son escuelistas comunitarias, donde los maestros atendemos de primero a sexto grado, a niños que llegan en condiciones de pobreza extrema. Hoy los padres de familia tienen que pagar cuotas para que puedan funcionar las escuelas, la educación ya no es tan gratuita como dicen”.
Joaquín Zebadúa Romero (maestro de Escuela Normal)
“La responsabilidad para superar el rezago educativo debe estar tanto en el Estado como en la sociedad”.
Doris Arrazate Mazariegos (maestra, asesora académica de la UPN)
“Nuestro trabajo es un trabajo noble (…) no estoy luchando por mi, estoy luchando por la sociedad, por los que vienen por delante”.
Isabel Márquez Castellanos (maestra de San Fernando)
“Una reforma educativa debe ser tripartita: maestros, Estado, sociedad y maestros. Si quiere una reforma, el gobierno debe empezar por construir escuelas del Siglo XXI, no como ahora, que tenemos que dar clase en situaciones de pobreza extrema. Aún así los padres dan cooperaciones para tratar de mejorar la educación de sus hijos (…) Los libros de texto traen múltiples errores, no traen congruencia, nos dan a los maestros y a los alumnos una herramienta que no sirve”.
Chiara (maestra de Educación Física)
“Yo veo que el gobierno dice que las escuelas están bien equipadas, con material. Pero la realidad en las comunidades es que no hay ni una cancha para trabajar, lo que hay en mi escuela es un patio que se inunda cuando llueve. No se puede hablar de la calidad educativa cuando no nos dan las herramientas necesarias para trabajar. Eso sin contra que por ejemplo, en mi caso tengo que viajar cada semana siete horas para llegar a la escuela que me toca”.
José Palacios Urbina (maestro de Educación Física)
“No nos negamos a la evaluación, sino porque nos esta violando los derechos humanos de toda la población, porque la de Peña Nieto no es una reforma educativa, sino una reforma laboral”.
Jerónima Guzmán Pérez (maestra de Bachajón)
“En el lugar donde estamos no hay escuelas, no hay mesa bancos, no hay sillas; no hay agua, no hay luz, no hay carretera. Los niños tienen que caminar para llegar. En el lugar de los hechos los niños se sientan en el suelo, bajo del árbol. ¿Cómo pueden hablar de la calidad educativa en estas condiciones?”.
Rosalía Martínez Gutiérrez (maestra en Tila)
“Las instituciones nos dicen que los maestros no respondemos. Nos dicen que los maestros llevemos las nuevas tecnologías a la educación, herramientas digitales; pero realmente en las comunidades no hay ni luz (…) Si nos van a diagnosticar, empecemos por el pez gordo, empecemos por el Presidente y vayámonos diagnosticando todos”.
Me gustaría comentar con ustedes el tema relacionado a Escuelas sin Aulas; tengo proyectos para construir Escuelas bien hechas, no chozas forradas de lámina; resido en Guadalajara Jal, pero esamos planeando ofrecer nuestros servicios a (por orden alfabetico) Chiapas, Guerrero y Oaxaca, utilizando mano de obra de un 95 a 98 % de la misma localidad donde se construirra el nuevo plantel.
Les kinteresa el tema?Gracias