Adela Gómez, maestra y presa política de Chiapas. Mujeres piden su libertad

Adela Gómez fue reconocida entre las 10 mujeres líderes de Chiapas, porel Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Granada, España. Foto: Archivo de la familia Gómez

Activistas, pastoras, religiosas y académicas, coinciden: Adela Gómez Martínez es una maestra y presa política de Chiapas, detenida y criminalizada por participar en manifestaciones a favor de los derechos de mujeres y campesinos.

La historia de lucha de Adela Gómez no es nueva ni reciente. En el libro “10 historias de Mujeres Líderes de Chiapas” -un proyecto financiado por el Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Granada, España- quedó registrada su biografía.

“A los 11 años, el primer libro que yo leo es Macario, y era muy similar a nuestra vida. Luego leí La rebelión de los colgados, y empecé a entender que había una gran injusticia en nuestro  pueblo”, narra en la publicación.

En el recuento que hace de su propia vida, Adela cuenta que su primer batalla la hizo para sobrevivir a su pobreza, luego al enfrentarse al abuso y los estigmas que le obstaculizaban convertirse en maestra de educación básica.

Más tarde, cuenta que su primer gran impacto lo tuvo al ir a reconocer a un campesino masacrado. En la publicación Adela reflexiona sobre los derechos de las mujeres, y lo que ha tenido que hacer para buscar la equidad de derechos entre hombres y mujeres.

“Otra cosa que creo que fue producto de toda mi historia, es que quiero defender todo, y si no  lo hago, dentro de mí está el remordimiento”, explica sobre si misma.

Adela Gómez participó el pasado 8 de agosto en las marchas y manifestaciones que campesinos llevaron a cabo en la capital de Chiapas. Pedían proyectos productivos y regularización de tierras, entre otras demandas.

Una semana después, al salir de una reunión con el Secretario de Gobierno de Chiapas, Eduardo Ramírez, a la que acudió para acompañar a los campesinos que esperaban del funcionario una respuesta positiva a sus demandas, Adela y su compañero, Noé Hernández Caballero, fueron detenidos en un operativo violento en el que participaron unos 40 policías, según narraron testigos.

La Procuraduría de Justicia de Chiapas argumentó que concretó una orden de aprehensión girada por el juez Tercero Penal, por “delitos graves” presuntamente cometidos por ambos maestros, como realizar bloqueos carreteros en varios puntos del estado. Por estas acciones, les fincó el delito de extorsión y motín, que enfrenta desde el centro penitenciario El Amate.

En una carta pública que este día dieron a conocer activistas, defensoras de los derechos humanos, académicas, pastoras y religiosas, consideran que la detención de Adela es parte de la “criminalización del movimiento social”; y constituye “una señal negativa, para que las mujeres puedan participar en la solución de sus demandas y exigencia de derechos”.

“Nos preguntamos: ¿Son las mujeres quienes hoy están bajo sospecha  por defender  sus derechos y los derechos de otros y otras? ¿Existe incongruencia entre el discurso oficial del avance de los derechos humanos con  encarcelamientos de las mujeres en diversos puntos del país? ¿Son las luchadoras sociales más  proclives a  ser recluidas y privadas de su libertad?  ¿Estamos ante un posible fenómeno de  incremento de violencia institucional en un clima de violencia de género, que ya de por sí golpea a las mujeres en Chiapas y en México?”.

Las mujeres –muchas de las cuales han trabajado con Adela en diferentes proyectos-, piden al gobierno de Manuel Velasco la revisión de su estatus legal, emocional y físico de Adela.

Añaden que no existen elementos suficientes para mantenerla en prisión, por lo que exigen su libertad.

“La trayectoria de Adela Gómez como activista y luchadora social por los derechos de los más pobres, pero especialmente por los derechos de las mujeres en Chiapas, hace que diferentes organizaciones civiles y redes de mujeres nos pronunciemos a favor de su liberación”, señalaron.