No hay condiciones para retorno, sostienen desplazados de Chenalhó
El grupo de indígenas desplazados del Ejido Puebla de Chenalhó, que abandonaron el viernes sus hogares para refugiarse en San Cristóbal de Las Casas, se trasladaron este sábado a la comunidad de Yabteclum, al considerar que no existen condiciones para el retorno a su lugar de origen.
Antes de partir hacia Yabteclum -comunidad también del municipio de Chenalhó, ubicada a unos 20 minutos del ejido Puebla-, los 80 desplazados denunciaron que temen que los evangélicos cumplan las amenazas de agredirlos físicamente, ya que desde abril pasado el clima de hostilidad hacia los católicos, que son minoría en ese lugar, se recrudeció con la disputa por el terreno del templo.
Aseguraron que debido al desplazamiento que ocurrió ayer viernes, y el traslado a Yabteclum, las familias afectadas no han podido consultar la propuesta de convenio que surgió de la reunión con el Secretario de Gobierno Eduardo Ramírez Aguilar, el grupo de evangélicos, y representantes de los católicos encabezados por el obispo Enrique Díaz Díaz.
Agregaron que en la comunidad persiste la impunidad porque las autoridades protegen a los agresores: “nos empezaron a amenazar con palabras, muchas cosas que nos han dicho, nos tiran piedras en nuestras casas, acudimos con el agente municipal, no nos hizo caso, ellos están actuando y nadie les dice nada”.
Luego de pasar una noche en la comunidad de las religiosas de Nueva Primavera, en el sur poniente de San Cristóbal de Las Casas, los hombres, mujeres y niños desplazados recogieron sus pertenencias y anunciaron que se irían a Yabteclum, “porque todavía no tienen lugar donde quedarse.
Los indígenas explicaron que decidieron abandonar sus hogares “por las amenazas, porque quemaron casas; son muy agresivos (el grupo de evangélicos), no aguantamos estar allá, salimos con mucho miedo, con mucho dolor, nos quieren matar, y el gobierno no hace nada”.
Para que puedan regresar a sus viviendas, demandaron que haya justicia por las agresiones que han sufrido y los daños que han provocado a los católicos. Consideraron que persiste un clima de inseguridad, y temen por la integridad de familias católicas que se quedaron; inseguridad que alcanza a pobladores que aunque son evangélicos, no están de acuerdo con la violencia.
Activistas del Centro de Derechos Humanos “Fray Bartolomé de Las Casas”, el párroco de Chenalhó, Manuel Pérez Gómez; e integrantes de organismos observadores de derechos humanos, acompañaron a la caravana de vehículos en los que se trasladaron a Yabteclum, donde se refugiarán de manera temporal con familias católicas de esa comunidad.
“Vamos por buen camino”: Secretario de Gobierno
Aun cuando no se ha llegado a la solución del conflicto social entre católicos y evangélicos por la disputa del terreno del templo en la comunidad de Puebla en Chenalhó, “las negociaciones con ambos grupos y las autoridades avanzaron”, aseguró el secretario general de gobierno Eduardo Ramírez Aguilar.
A nombre del gobierno de Manuel Velasco, la dependencia a su cargo intenta que los desplazados regresen al poblado este domingo, con la única promesa de que, esta vez sí, los evangélicos respeten el “convenio de civilidad” firmado por las parte el pasado 8 de agosto. Este acuerdo fue quebrantado cuando los evangélicos impidieron el retorno de las personas que habían sido expulsadas previamente; y se secuestraron al párroco de Chenalhó.
El pasado viernes, representantes del gobierno de Chiapas encabezados por Eduardo Ramírez, se reunieron con los evangélicos acusados de las expulsiones, amenazas y agresiones; con organizaciones defensoras de los derechos humanos, y con el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Enrique Díaz.
Lo “nuevo” que se desprendió de esa reunión es la “ratificación del convenio de civilidad, distención y respeto mutuo”, donde se establece que sea la Secretaría de Gobernación y la Secretaria de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, quien determine la posesión del predio en disputa.
El gobierno de Chiapas incluyó una cláusula donde señala que “si alguna de las partes viola lo establecido en este documento, se entenderá que el diálogo ha culminado y se aplicará la ley con todo rigor a quien lo haya violado”.
Pidieron también los representantes del gobierno que las partes no hagan “pronunciamientos ante los medios de comunicación, respecto a la problemática, con el fin de no entorpecer la buena fe que en este convenio se acuerda y para no perturbar el proceso de diálogo que la comisión interinstitucional brinda a la problemática”.
Nota relacionada:
Por parte de los católicos expulsados, estos dijeron que no consideran existen condiciones para el retorno, ni tampoco certeza de que con la firma del “convenio de civilidad” los evangélicos respeten sus vidas.
«Que no hagan pronunciamiento a los medios de comunicación, respecto a la problemática para no entorpecer la buena fe»… que estupidez por parte del gobierno. A toda costa pretenden presumir que en Chiapas no hay ningún problema. De ningún tipo. Todo es miel sobre hojuelas. ¡Vaya!