Nuevo libro cuenta la continua lucha yaqui por el agua

Nuevo libro cuenta la continua lucha yaqui por el agua
Foto: Raíchali

*Esta nota fue realizada por Raíchali, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


La periodista Daliri Oropeza regresó al territorio yaqui con 400 copias de su libro “Yaquis: la resistencia imbatible”, el cual recopila reportajes y crónicas que escribió sobre la lucha de este pueblo indígena por el agua y la dignidad. En una gira de presentación por las comunidades la periodista devolvió las historias y vivencias que recolectó en visitas que iniciaron hace más de 10 años.

Por Raúl F. Pérez Lira.

Daliri llegó por primera vez al territorio yaqui en 2014 para cubrir la resistencia ante el Acueducto Independencia, el cual sustrae agua de su río para llevársela a Hermosillo, mientras que los pueblos de la tribu permanecían sin agua. La lucha había sido reprimida e incluso había presos políticos, como Mario Luna y Fernando Jiménez, pero la resistencia ante el acueducto continuaba.

“Mi intención de venir para acá, si bien claro era cubrir la cuestión del agua y del acueducto, también era desentrañar esta historia tan fuerte de resistencia de los yaqui, puesto que han sido un pueblo que incluso fue bombardeado por el Ejército Mexicano en la en la época de Porfirio Díaz”, dijo Daliri a Raíchali en entrevista.

La periodista presentó su libro con las autoridades de la Guardia Tradicional de Loma de Bácum. Foto: Cecilia Suárez.

Esa visita coincidió con los días de semana santa, las fechas más importantes de la espiritualidad yaqui. Además de aprender sobre la lucha de los yaqui por el agua, también aprendió de su profunda espiritualidad. Desde entonces ha regresado para continuar con su cobertura sobre el agua, el territorio y la soberanía de este pueblo.

“Quedé tan impactada que me dije: bueno, creo que esto es una lucha que que vale la pena porque además es identidad tan fuerte de los yaqui, esta fortaleza de incluso hasta en las adversidades más grandes como podía ser tener a sus compañeros presos, pues seguían adelante sus usos y costumbres”.

En estos viajes conoció a personas como Don Camilo Flores Jiménez, yaqui historiador de su propio pueblo, o Raquel Padilla, una antropóloga comprometida con el pueblo yaqui, ambas personas con quienes forjó una amistad entrañable. Fue Raquel quien invitó a Daliri a cubrir la recuperación de la danza del coyote, una danza guerrera que se estaba perdiendo entre la tribu en un momento clave de su lucha por el agua.

Aunque tomar fotografías o video en las ceremonias yaqui está estrictamente prohibido, en este caso la las autoridades tradicionales del pueblo decidieron hacer una excepción e invitar a Daliri a documentar la danza. Sin embargo, Raquel fue asesinada un mes antes de que se realizará el rescate en 2019, por lo que la ceremonia se transformó en un rito fúnebre en el que “sembraron” a la antropóloga en el Bacatete, tierra sagrada de los pueblos yaqui, junto al guerrero Tetabiate.

Daliri no acudió al territorio yaqui enesa ocasión, pero sí volvió al año siguiente invitada por las autoridades tradicionales. Como una danza guerrera, la ceremonia también fue una especie de premonición para lo que estaba por venir. En el libro, además, marca el inicio de una nueva cobertura, la del Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui propuesto por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Es una complicidad en donde me convocan para hacer esta documentación y en ese momento que yo regreso, y que hago este trabajo particular, estando aquí en territorio, me toca documentar también las reuniones que han habido respecto a lo del Plan de Justicia, o sea, todo el arranque del Plan de Justicia me tocó un poco sin querer”, comentó Daliri.

Presentación del libro en la Telesecundaria 146 en Loma de Bácum. Foto: Cecilia Suárez.

En ese año iniciaron los procesos en el territorio para llegar a un acuerdo entre las autoridades de los ocho pueblos yaqui y representantes del Gobierno Federal para implementar el plan, el cual pretendía resolver las demandas históricas de la Tribu Yaqui por su río y su tierra.

“Sin duda alguna el corazón de del libro es el agua. Porque para mí los yaqui son héroes. Héroes de toda la humanidad. Porque al preservar su territorio, al preservar su río, al preservar sus costumbres, están haciendo un aporte cultural, ambiental en medio de una crisis climática mundial. Entonces, son héroes básicamente de están salvando no solamente este pedazo del planeta, sino las venas de la Tierra. Y la exigencia de que haya agua pues es una de las más dignas porque al final ellos tienen una dotación de agua histórica que creo que no se ha cumplido”.

Sin embargo, a través de las crónicas y reportajes que Daliri reúne en este libro, queda claro que su enfoque no es replicar el discurso del gobierno federal, sino recopilar las múltiples voces alrededor de estas negociaciones: las de las autoridades tradicionales inconformes con el plan de justicia, las de la gente de a pie que batalla todos los días por el agua y, claro, las de las autoridades federales.

Como dice ella, fue una cobertura “codo a codo” con los pueblos.

La existencia de estos pueblos indígenas siempre ha sido un problema para la explotación del Río Yaqui por parte de los gobiernos criollos, mestizos o “yoris”. Daliri hace un recuento de las luchas e injusticias que han enfrentado, con la ayuda de las voces de Don Camilo y Raquel, como la guerra entre los pueblos yaquis y el gobierno de Porfirio Díaz, quien deportó a más de la mitad de la población para realizar trabajos forzados en las haciendas al sur del país, o el decreto de Lázaro Cárdenas que dotaba a la Tribu Yaqui de la mitad del agua en la presa la Angostura, derecho que nunca fue respetado.

La portada del libro es una fotografía de la danza del coyote, una danza guerrera que fue recuperada recientemente por el pueblo yaqui. Foto: Cecilia Suárez.

Pero el nuevo plan de justicia tampoco resolvió el problema de fondo que enfrenta el pueblo yaqui, que es su derecho al río y sus tierras. La periodista explica que el Acueducto Yaqui que se acordó, por ejemplo, no está completo ni tiene agua para llevar a los pueblos; el Distrito de Riego 18, propuesto por el plan para abastecer su agricultura, limita la cantidad de agua disponible y cambia su propiedad del río como pueblo indígena por una “concesión” del gobierno; las tierras que les fueron restituidas no fueron las más fértiles de entre las que reclaman, sino las desérticas.

“Aunque esté la infraestructura del acueducto, aunque esté la infraestructura del distrito de riego, ¿con qué llenas esa infraestructura?, ¿qué va a transportar esa infraestructura? Antes nada más eran los que resisten. Ahorita creo que ya es un reclamo generalizado de la tribu. Obviamente no de todos, porque compraron a la mitad del pueblo, pero sí ya es algo que está más en la conciencia de la gente”, dice la periodista, “de que les devuelvan la fuente de agua desde arriba del río y no nada más la de [la presa] Oviachic. Y por otro lado, están indignados, indignadísimos porque pues, como es su río, pues vas, tomas el agua del río y la llevas a tu casa. Ahora les quieren poner una concesión a través de la cual van a pagar por el servicio de agua. Según dicen que no es por el servicio, es para pagarles las obras que están haciendo para tener el agua. ¿No?”

Pero para el pueblo yaqui no se trata sólo de reclamar su derecho a tomar agua del río cuando quieran y sin pagar, sino que es una cuestión de balance, de equilibrio natural. Actualmente el río está seco y los álamos en la ribera están muriendo. Su caudal lo detienen presas como la Angostura, el Novillo y Oviachic, lo desvían acueductos como el independencia y lo usan para la agroindustria intensiva. Además, existe la creciente amenaza de la explotación del litio en la región, la cual requeriría enormes cantidades de agua.

“Ellos lo que buscan es que su ecosistema vuelva, no nada más es un asunto de que quieren agua para tomar, es un ‘queremos seguir viviendo con nuestros usos y costumbres, con nuestros ritmos, y eso solo se puede si tenemos nuestro sistema ecológico en equilibrio’”, explica la periodista, “por ejemplo, un grupo de mujeres está acampando cerca y está organizando eventos cerca del río para generar conciencia en las nuevas generaciones, que no les tocó ver un río, de que ahí hay un río. Me ha tocado ver que hay recorridos sobre el río para las nuevas generaciones que sepan cuál es la huella”.

El libro recoge el sentir de la población – o como se llaman, “la tropa” – hacia las negociaciones del plan de justicia y explica el contexto en el cual estas se llevaron a cabo, una historia que se extiende desde los tiempos del porfiriato hasta el gobierno de la 4T. Son estas palabras y sentires los que ahora devuelve a las comunidades Yaqui, como antes les ha entregado los reportajes o las fotografías.

Actualmente hay seis amparos interpuestos por autoridades tradicionales y miembros de la tropa contra las resoluciones tomadas en el Plan de Justicia. Sin embargo, hay un precedente poco alentador: un amparo concedido al pueblo yaqui en contra del acueducto que acarrea agua del río hacia la ciudad de Hermosillo nunca ha sido respetado. Los tiempos han cambiado y la tropa yaqui está cada vez más consciente y organizada ante este despojo, dice la periodista.

Presentación del libro en la Secundaria Técnica 23 de Pótam. Foto: Cecilia Suárez.

“Yo creo que todos los yaquis de alguna u otra manera son conscientes de la historia de esclavitud, de la historia de exilio que vivieron. Creo que también son conscientes de la historia de cuando Lázaro Cárdenas les dotó de agua. Hay una impronta fuerte dentro de los yaquis de esta memoria de lucha, que este es un episodio y que yo esperaría que este libro abonara para sostener las luchas que vienen, para que no se olvide que incluso dentro del gobierno más progresista que ha tenido México recientemente, progresista entre comillas, obvio, pero que incluso dentro de ese contexto mexicano de supuesta transformación, pues no hubo transformación y los yaquis pueden seguir luchando y tienen que seguir luchando. Entonces este libro para mí es un sueño que fuera ese punto de unión en donde dijeran, ¿vale la pena que nosotros hagamos como siempre ha sido las cosas para la tribu? ¿Con o sin el gobierno?. Pero para mí lo más importante era presentarle y devolverle a los yaquis la palabra que me compartieron.

En su gira de presentaciones por el territorio yaqui la periodista realizó presentaciones con las Autoridades de la Guardia Tradicional de Loma de Bácum en la Telesecundaria 146 en Loma de Bácum; con las Autoridades de la Primera Santa Iglesia del pueblo de Huirivis; con la Tropa de Loma de Guamúchil; con las Autoridades de la Guardia de los pueblos de Vícam vía Guaytana, Belén Pitahaya y Pótam; con estudiantes, familiares y maestras de la Secundaria técnica 23 de Pótam; y en Cajeme, Ciudad Obregón. El libro fue repartido de manera gratuita. Después de estas, también estará disponible en las librerías y lo presentará en la Ciudad de México el día 13 de marzo de 2025 en la Fundación Rosa Luxemburgo.

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