¿Cómo enfrentar la violencia laboral contra las mujeres?

¿Cómo enfrentar la violencia laboral contra las mujeres?
Ilustración: Zona Docs

*Esta nota fue realizada por Zona Docs, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


HILA Igualdad Laboral en conjunto con Transparencia Mexicana están creando conversatorios y espacios valientes para hablar sobre la violencia laboral que sufren las mujeres. En estos comparten vivencias y brindan un acompañamiento interseccional, con perspectiva de género y de derechos humanos. 

Dentro de los encuentros se denuncian diferentes tipos de violencia, como la corrupción sexual, la cual, si bien no está tipificada, es necesario ponerle atención. Ésta se da en espacios laborales y se manifiesta en el abuso de poder, donde  la “moneda de cambio” es el cuerpo de la mujer. 

Por Karen García / @karen_gdlt 

La organización HILA Igualdad laboral, en conjunto con Transparencia Mexicana, busca incidir en espacios laborales para prevenir la violencia laboral hacia las mujeres.  Mediante el conversatorio “Mujeres y violencia laboral. Diálogo con trabajadoras y especialistas desde un enfoque interseccional”, en el marco del 8M, ofrecieron herramientas y mecanismos para que las mujeres puedan protegerse frente a estos escenarios, además de promover entornos laborales seguros y dignos para todxs.

En entrevista para ZonaDocs, Valeria McMillan, fundadora de HILA habló sobre la potencia de estos encuentros:

“Decidimos que fuera un diálogo colectivo en el que pudiéramos conocer, escuchar diferentes experiencias trabajadoras de contextos muy distintos. Al final el mundo del trabajo es amplísimo y si no nos detenemos, digamos, a un solo sector incluso sería este muy complejo.”, expresó Valeria, ejemplificando que en las industrias electrónicas son donde las mujeres sufren más violencias.

En Jalisco, específicamente, se enfrentan a riesgos de salud, a dificultades salariales, malos horarios y sin mencionar las violencias que llegan a vivir en sus hogares o en el tránsito a sus espacios laborales.

Valeria explicó que, si bien, algunas empresas tecnológicas tienen la disposición de trabajar con estos temas, actualmente, con las políticas de Estados Unidos, se “están bloqueando todo lo relacionado con la diversidad, la equidad y la inclusión”. Por lo tanto, el reto principal es cómo seguir trabajando estos temas que son fundamentales.”

HILA es una organización que nace con el propósito de promover entornos laborales seguros, libres de violencia, que impulsen la diversidad, la equidad y la inclusión en los centros de trabajo.

“Surge a partir de que quienes la fundamos, Paulette Guevara y yo, vivimos situaciones de violencia laboral, tanto relacionadas con la violencia sexual como con otros factores de riesgo psicosocial, que son poco denunciadas, poco visibilizadas.”, expresó Valeria. Y es que reconoce que cuando se experimenta una situación así “muy pocas veces se sabe cómo enfrentarla”.

Al tener justificadas muchas prácticas y dinámicas laborales violentas, las mujeres trabajadoras suelen dudar si su experiencia es una violencia laboral, incluso, en empresas en las que hay espacios y mecanismos para detectarla. Es por eso que HILA, mediante estos conversatorios y próximos proyectos, quieren ayudar a identificar cuáles son los factores de la violencia laboral y cómo salir de ella, a través de un acompañamiento psicológico y jurídico que tenga perspectiva de género y un enfoque en derechos humanos, además, donde se reconozca el sistema patriarcal y capitalista que reproduce estas concepciones.

“El otro mecanismo que encontramos, que es muy necesario, es crear redes de apoyo. Por un lado, es tener este acompañamiento especializado desde la salud mental, desde lo legal, pero también crear una red de apoyo personal o comunitaria que pueda sostener o que pueda resonar con esta vivencia.”, comentó. 

El panorama de la violencia laboral contra las mujeres no es favorecedor, puesto que, esta empieza desde las contrataciones. Sólo el 45% de la fuerza laboral corresponde a mujeres, en relación a los hombres en edad económicamente activa. En estos casos los “mandatos de género” condicionan la autonomía económica de la mujer, lo que puede conllevar a que sufran de violencia económica. 

“Esto  lleva a que las mujeres se encuentren ocupadas casi el triple del tiempo que los hombres en tareas del cuidado que no son remuneradas.”, explica la fundadora de HILA, lo que termina por reproducir los estereotipos de género. 

Cuando las mujeres logran incorporarse en el espacio laboral, solo una de cada 10 logra estar en un puesto directivo, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), lo que crea un ambiente de competencia entre mujeres -debido a los pocos espacios y pocas oportunidades que hay para ocupar-.

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), solo tres de cada 10 mujeres denuncian haber sufrido violencia laboral. Es importante tomar en cuenta que, sólo el 8% de las mujeres que han sufrido este tipo de violencia denuncia, situación que deja un vacío sobre las estadísticas exactas. 

“De esas tres mujeres, de ese 30% de la población total que manifiesta vivir violencias laborales, más del 70% de esas violencias son violencias sexuales. Es acoso sexual, hostigamiento sexual, o sea, ya sea por pares o por superiores jerárquicos.”, explicó Valeria. 

Al respecto, cuando los superiores jerárquicos son los principales agresores, las trabajadoras no denuncian por miedo a las represalias y afectaciones que pueda haber en sus dinámicas y condiciones laborales, ya que, contrario a lo pensado, son a ellas a las que las mueven de sus puestos, al tener cargos “menores”.

¿Por qué no denuncian? Explica Valeria, “pues porque al final no pasa nada”, es decir, hay impunidad y nula reparación para las trabajadoras: “por un lado, va a haber mayor afectación o no habrá un beneficio para la persona que está viviendo esta situación de violencia, una reparación, más que un beneficio, una reparación o justicia.”.

Aunado a ello, el proceso de denuncia demanda un desgaste emocional que idealmente debería ir acompañado de un tratamiento de salud mental y acompañamiento jurídico, lo que afecta a la economía, la dinámica y la rutina de las mujeres trabajadoras.

Esto sin olvidar la revictimización en los procesos de justicia, pues estas instancias no cuentan con perspectiva de género y no son generadores de espacios seguros para expresar la situación vivida, ni en los espacios de justicia ni en el área laboral, por lo que se convierte en un “chisme de pasillo”.

Para HILA  uno de los primeros pasos como organización, es avanzar en el discurso y no llamar a las trabajadoras “víctimas” para no restarles el poder que tienen las mujeres, sin que esto menosprecie o silencie el daño cometido.

Pero, ¿a qué se enfrenta una mujer que sufre violencia laboral? ¿Cómo puedo identificarlo?

Algunas de las violencias laborales que se manifiestan son: descrédito,  insultos, humillaciones,

 inferencia, restricción de funciones de su puesto, negativa ilegal de contratación, obstrucción al periodo de lactancia, hostigamiento, acoso sexual y corrupción sexual. En ese sentido, Valeria McMillan denunció una grave falta de conciencia por parte de las empresas con el tema de la lactancia, pues en su mayoría no cuentan con la infraestructura para ofrecer espacios seguros para las mujeres lactantes. 

La violencia laboral tiene diversas manifestaciones en quienes la viven, entre ellas: existe un cambio en la rutina y el ánimo de la persona, sus hábitos alimenticios también suelen cambiar, ya sea comiendo menos o más de lo habitual; mientras que, la rutina de sueño se ve alterada, los padecimientos gastrointestinales también suelen surgir. En tanto, dentro del espacio laboral suelen perder autonomía para participar en actividades que requieran del trabajo en equipo, afectando el salario y las dinámicas personales.

“Empieza a afectar también en la manera en la que es vista (la mujer trabajadora) y en la que es tomada en cuenta dentro del centro de trabajo. Entonces empieza a traer afectaciones a la salud; por otro lado, tambien ven mermada su participación en el trabajo.”. En cuanto a las interacciones sociales, suelen retirarse de las amistades, no disfrutan del espacio familiar y se desatienden cuestiones del hogar, lo cual conlleva a cuadros de ansiedad, depresión y la estigmatización. Incluyendo casos de suicidio.

“Aunque México ratificó el convenio 190 de erradicación de la violencia de género en el trabajo, en el 2022, todavía hace falta y la OIT (Organización Internacional del Trabajo) le ha dicho al Estado mexicano hace falta que tipifique la violencia laboral. Porque hasta ahora la Ley Federal del Trabajo lo que nombra es el hostigamiento y el acoso sexual, pero no la violencia laboral y por tanto todas las maneras en las que se presenta esta violencia, psicológica, eh física, económica, sexual, o sea, es multifacética.”, explicó Valeria.

La corrupción sexual, una violencia laboral ignorada

Lucía Petersen de Justicia Mexicana, en entrevista para ZonaDocs, explicó que la corrupción sexual consiste en el abuso de autoridad para exigir, sugerir o aceptar interacciones sexuales a cambio de bienes, servicios o ventajas donde la moneda de cambio es el cuerpo. Si bien, este no es el único espacio donde se da, el principal es el espacio laboral.  Este tipo de violencia aún no está tipificado como delito. 

“La corrupción sexual no es una forma nueva de corrupción, pero sí ha sido una forma silenciosa y normalizada. Esta forma de corrupción impide generar espacios de trabajo dignos y libres de violencia.”, expresó Lucía de Transparencia Mexicana. 

Es por eso que, en colaboración, estas dos organizaciones están creando espacios para entender las formas de corrupción sexual que afectan de manera diferenciada según el género, pues reconocen que esto permitirá entender y enfrentar el problema desde otras perspectivas.

“Específicamente para casos de corrupción sexual, no solo es necesario, sino urgente hablar de ella. Las afectaciones posteriores son más graves que las de cualquier otro tipo de corrupción, son enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, segregación social y otras afecciones postraumáticas.”, comentó Lucía. 

La corrupción sexual en entornos laborales es el resultado del abuso de poder, ya que, aunque existan mecanismos de denuncia, reglamentos o políticas de igualdad, esta forma de violencia sigue siendo tolerada culturalmente.

Si estoy sufriendo de violencia laboral ¿Cómo puedo acudir a HILA? 

HILA continuará con los conversatorios para crear “espacios valientes”, como ellas les llaman, en los que el entorno sea de confianza para compartir vivencias sin prejuicios y de la mano de especialistas. 

La reciente organización cuenta con un programa de prevención de la violencia laboral con perspectiva de género, el cual consiste en 5 módulos, donde abordan temas como: la igualdad y no discriminación en el sistema sexo género; reproducción de las violencias de género en el espacio laboral; y recomendaciones y estrategias para prevenirla y atenderla.

“Entre ellos el contar con un protocolo de prevención de acoso sexual y discriminación dentro del trabajo y el contar con un comité que implemente este protocolo y que también tenga un plan de igualdad para ir reforzando con acciones transversales, culturales, normativas, estructurales de inclusión a lo largo de la historia de la organización.”, expuso Valeria. 

Uno de sus objetivos finales es atender las necesidades de estas mujeres a través de mecanismos de justicia restaurativa.

Actualmente están realizando un diagnóstico en conjunto con la Red en Contra de la Violencia Laboral hacia las Mujeres, en las que instituciones públicas, empresas, académicas, activistas, entre otras, identifican las afectaciones de las violencias laborales desde enfoques interseccionales. “Sabiendo que hay una red organizada en este tema, no nos sintamos solas”, expresó.

Finalmente, Valeria recomienda a quien esté atravesando por una situación de estas que se informe, acompañe y documente todos los eventos que sufra, ya sea guardando mensajes de WhatsApp, grabando en audio o video la violencia verbal, tomando fotografías, tomando captura de correos electrónicos, entre otras.

“Si no se cuenta con estas evidencias, es muy difícil que puedan ser favorables para la persona que está viviendo la violencia. Busca asesoría legal y psicológica con enfoque de género y derechos humanos y acercarte o formar una red de apoyo segura y estratégica.”, concluyó.

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Consulta sus conversatorios y ponte en contacto si estás sufriendo esta violencia en su red social @hilaigualdadlaboral y a Transparencia Mexicana

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