Activistas comunitarias presentan Diagnóstico sobre trabajos de cuidados: “Urge visibilizarlos y transformar las estructuras de las desigualdades”
*Esta nota fue realizada por Istmo Press, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Diana Manzo
Juchitán, Oax.- Visibilizar los trabajos de cuidados es elemental y básico para cambiar y modificar las estructuras de las desigualdades, esta es la conclusión de diagnóstico que trabajaron en el municipio de Juchitán y la población de Álvaro Obregón las activistas comunitarias zapotecas Jenny Natalia Santiago Santiago y Nadxielly Martha Zharelly López Pérez.
Este diagnóstico se presentó públicamente ante activistas y actores sociales con la intención de identificar los desafios relacionados con los trabajos de cuidados, sino también resaltó la necesidad urgente de transformar las estructuras que perpetúan estas desigualdades.
Pero también, reconoce y afirma que son las mujeres, muxes y Nguiu- como se les llama a las personas de la diversidad sexual en esta región de Oaxaca- son las principales donde recaen los cuidados, es decir ellas son las que cuidan a padres, hijos, y demás.
En palabras de Yoselin Vásquez, muxe zapoteca expresa: “A mí por ser muxe, por tradición me impusieron esos cuidados. La muxe como no se va a casar ni tener hijos, tiene que quedar al cuidado de los padres. Hay amigas muxes que han migrado y han hecho vida afuera para escapar de este destino».
En su adultez, las protagonistas de estas historias han hecho del cuidado su vida, pero sin obtener retribución alguna.
“Reconocer, redistribuir, reducir y dignificar los cuidados es un paso fundamental hacia una sociedad más justa, donde todas las personas puedan desarrollarse plenamente donde los
cuidados estén al centro y sean tareas de todes”, puntualizaron.
En comunidades como Juchitán y Álvaro Obregón, se observó que las prácticas culturales, como la tradición del «rapto», contribuyen a perpetuar estas dinámicas, al trasladar las cargas de cuidado de una familia a otra, sin cuestionar las desigualdades subyacentes.
“El diagnóstico evidenció que, desde edades tempranas, las niñas y adolescentes asumen responsabilidades de cuidado que limitan su desarrollo personal y perpetúan ciclos de desigualdad”, agregaron.
Pero, además señalan ambas activistas que en el tema de la salud mental y física de las cuidadoras no cuenta, a pesar de las jornadas extenuantes y la carga mental asociadas a los trabajos de cuidados.
Finalmente dijeron que este diagnóstico además de dar visibilidad al tema de que cuidar es una labor, es trabajo, debe ser tomado en cuenta como ley a través de políticas públicas, pudiendo ser retribuido económicamente para quienes lo ejercen.
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