‘Flor de Caña’, la comunidad agroecológica en Oaxaca que enfrenta el cambio climático
*Esta nota fue realizada por El Muro Mx, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
- La degradación de los recursos naturales, repercusiones a la salud y altas temperaturas con sensaciones térmicas de 50 grados llevaron a la comunidad de Rodeo Arroyo Pepesca en Tuxtepec, Oaxaca, adoptar un esquema de transición agroecológica para producir alimentos sanos con cero glifosato y bioinsumos a partir de lixiviados de lombrices.
Texto y fotos: Karla Arrazola/ El MuroMx
Tuxtepec, Oaxaca.- El verde intenso de los árboles de fruta y caña resaltan en los campos de la comunidad de Rodeo Arroyo Pepesca, en medio del estiaje, la crisis del campo, como un espejismo, las plantas tienen vida pese a la falta de agua y altas temperaturas que se registran en una de los lugares más calurosos de México.
La degradación de los recursos naturales, repercusiones a la salud y altas temperaturas con sensaciones térmicas de 50 grados llevaron a la comunidad de Rodeo Arroyo Pepesca en Tuxtepec, Oaxaca, adoptar un esquema de transición agroecológica para producir alimentos sanos con cero glifosato y convertirse en la primera comunidad agroecológica en la Cuenca del Papaloapan, región limítrofe con el estado de Veracruz.
Rodeo Arroyo Pepesca se localiza a 25 minutos de la ciudad de Tuxtepec, uno de los principales municipios con alta producción de caña de azúcar, más de 4 mil 500 productores y diversos cítricos como el limón, dos de los cultivos que forman parte de la actividad económica de la comunidad junto con el maíz.
En los últimos años, la temperatura promedio registrada en Tuxtepec en los meses de abril y mayo superó los 45 grados de acuerdo con protección civil municipal. La sequía impactó en la pérdida de hectáreas sembradas de diversos cultivos, este año 3 mil plantas de limón se perdieron en la comunidad de Bethania, colindante con Rodeo Arroyo Pepesca.
El reconocimiento de la problemática llevó a un grupo de productores de la comunidad a participar en los esquemas de transición ecológica diseñados por la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a partir de las Estrategias de Acompañamiento Técnico (EAT), que los capacita en la elaboración de lixiviados de lombrices rojas californianas, bioinsumos para liberar de químicos a los cultivos y ayudar al ambiente.
Flor de Caña, Escuela de Campo
La escuela de campo Flor de Caña se creó en el 2023 con la participación de 12 productores de caña, limón y maíz, hombres y mujeres asesorados por un técnico de la estrategia de acompañamiento, que en ese momento enfrentaban el alza en el precio de los fertilizantes, con un costo en el mercado superior a mil pesos.
Francisca Pulido Rojas, joven integrante de la escuela de campo, platicó que 200 de los mil pobladores en Rodeo Arroyo Pepesca se dedican a cultivar caña, el resto limón y maíz, el campo es el principal ingreso económico para la comunidad que solo cuentan con una calle pavimentada y está rodeada de caña de azúcar.
Hace un año, aseveró, el panorama de los productores no era alentador, no lograron fertilizar los campos ante la falta de recurso económico para adquirir los insumos agrícolas, un bulto de 50 kilogramos de fertilizante en el mercado tenía un valor de mil pesos.
La falta de accesibilidad a los fertilizantes se sumó a la crisis que enfrenta el campo por la sequía abrasadora en la región derivado de las altas temperaturas, momento en el cual, los productores conocieron sobre los insumos y la agroecología, una forma diferente de fertilizar la tierra, no causar daño al ambiente, aprovechar la materia disponible de los campos para crear bioinsumos a bajo costo.
Proyecto Biofábrica de lixiviados
En el municipio de Tuxtepec se localizan 20 escuelas de campo, solo la escuela Flor de Caña trabaja en convertirse en una comunidad cien por ciento agroecológica. El proyecto de elaboración de lixiviados de la lombriz californiana inició a partir de la capacitación que recibieron los productores y el apoyo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que brindó las geomembranas.
Para la construcción de la biofábrica utilizaron elementos de la naturaleza como el bambú o caña de otate, material reutilizable. En un año lograron ampliar el espacio para tener una capacidad de producción de 25 mil litros mensuales, la única biofábrica en Tuxtepec con esta capacidad.
El proceso para generar el bioinsumos implica que la lombriz deteriore la materia orgánica; estiércol de vaca, rastrojo de maíz, estiércol de borrego, la materia prima se obtiene de la comunidad o se adquieren en comunidades aledañas.
El grupo, en un terreno destinado por uno de los integrantes, estableció dos estanques con una bomba de agua que direcciona el líquido donde se encuentra la materia orgánica y se regresa por la tubería en un ciclo constante durante 28 días.
Durante el proceso, los integrantes tienen horarios para bombear el agua y revisar que las lombrices cuenten con alimento para poder obtener el lixiviado. El producto final se canaliza a contenedores de mil litros y cada productor se lleva lo que corresponde para autoconsumo en las parcelas y otra parte se comercializa.
El valor asignado de un litro de lixiviado tiene un costo de cuatro pesos, el grupo comercializa de forma conjunta para generar ingresos y cumplir con el objetivo de construir una biofábrica más grande con mejor equipo.
Sin embargo, los productores se enfrentan a un comercio desigual, los pequeños y medianos negocios que se dedican a la venta de fertilizantes en Tuxtepec adquieren el lixiviado a bajo costo pero lo venden a un precio elevado, hasta en mil 500 pesos, solo por colocar una marca, de la que carecen los integrantes de la escuela de campo.
Unión de generaciones, impulsan parcelas saludables
Marciano Martínez Martínez de 67 años y Cristofer Venancio González de 33 años, forman parte de la escuela Flor de Caña, aseguraron que la crisis climática los llevó a integrarse en el proyecto porque cada vez hace más calor y la sequía se prolonga más.
Los integrantes, hombres y la mayoría mujeres, que se quedaron a cargo de la parcela, son de diferentes edades, la juventud se unió a la experiencia con el propósito de crear un cambio en la comunidad y que las nuevas generaciones aprendan a cuidar del medio ambiente a través de parcelas saludables.
El productor Cristofer Venancio externó, “en la comunidad se tiene un registro de 120 productores, casi el 50% ya trabaja con el lixiviado, primero tenemos que empezar el cambio nosotros para que la comunidad pueda apreciar los beneficios en el campo y en la salud”.
La transición ecológica, dijo es necesaria, obtienen un producto de menor costo y afectan menos al ecosistema y lo pueden visibilizar en el color de las plantas, la tierra se regenera a partir de las prácticas agrícolas sanas.
Marciano Martínez, explicó que el rendimiento del campo es superior con el lixiviado que con el fertilizante comercial, en cinco hectáreas de caña obtuvo 161 toneladas tras aplicar 50 litros en el cultivo.
Los resultados que en doce meses han logrado generó que más productores se inclinen por los lixiviados orgánicos y dejen el uso de fertilizantes y el glifosato, que su uso está prohibido en México desde el 1 de abril, aunque su uso puede continuar hasta encontrar otras opciones para el control de la maleza.
El lixiviado de lombrices de Rodeo Arroyo Pepesca se aplica en los campos de Tuxtepec, Loma Bonita y Playa Vicente, Veracruz, la meta de la escuela de campo Flor de Caña, es lograr que el 50% de los productores restantes de la comunidad implementen su uso para convertirse en la primera comunidad agroecológica de la Cuencas del Papaloapan.
Transición agroecológica en comunidades de la Cuenca del Papaloapan
La Sader mediante la conformación de equipos territoriales a través de las Estrategias de Acompañamiento Técnico (EAT) promueve esquemas de transición agroecológica en las comunidades para producir alimentos sanos, producción con cero glifosato y cuidado del ambiente.
Hugo Ávila Yáñez, coordinador territorial en la Cuenca del Papaloapan de la EAT de Producción para el Bienestar, aseveró que el impulso a la producción de bioinsumos nace a partir del reconocimiento sobre la problemática desencadena en los modelos de producción convencional.
El coordinador explicó que los bioinsumos no son contaminantes para el medio ambiente, no implica un riesgo en su aplicación para los productores, se elaborar de recursos naturales que se degradan, con la producción local disminuyen costos y el principal beneficio es la producción de alimentos sanos libre de tóxicos.
Las escuelas de campo se establecen en bienes comunales, ejidales, propiedad privada, el requisito principal es que exista el interés de parte de los productores para establecer la escuela y mejorar la situación de los cultivos.
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