“¿Cuántas veces nos han declarado muertos?”, pregunta el EZLN al declarar la vigencia de su movimiento

“Tenemos una causa que es la de la vida, y tenemos un nombre. Somos el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y cosas terribles y maravillosas habrán de brillar bajo ese nombre”, señalan.
A pocos días de empezar el año 31 desde que declararon la guerra al gobierno mexicano, la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hizo público, de viva voz, un ejercicio de análisis y autorreflexión sobre su movimiento. Reiteraron que su lucha anticapitalista y su objetivo es forjar un mejor futuro para las próximas generaciones.
En el centro de reunión y capacitación llamado CIDECI (Centro Integral de Desarrollo Comunitario Indígena), una de las sedes del EZLN, cientos de jóvenes zapatistas llegaron al “Encuentro de Resistencias y Rebeldías”. También llegaron viejos y nuevos integrantes de la Comandancia General del movimiento que el 1 de enero de 1994 salió a la luz pública para declarar la guerra al gobierno mexicano.
Al encuentro se dieron cita estudiosos de los movimientos sociales de México y el mundo, y personas que de manera individual o como parte de algún colectivo, ven en el EZLN un referente de las luchas para generar proyectos de vida que no sigan las dinámicas del modelo de desarrollo capitalista.
Durante la primera sesión del encuentro se habló de las múltiples crisis sociales que el modelo de desarrollo capitalista -basado en la explotación de los bienes naturales, la conquista de territorios y dominación de la población- ha ocasionado a los ecosistemas y a la humanidad; y del impacto diferenciado que está teniendo en los pueblos originarios, donde se concentran la mayor parte de los bienes naturales como el agua, los minerales y el oxígeno.
Especialistas como Jorge Alonso, John Holloway, Carlos Aguirre Rojas, Iván Prado, Carlos González, Jacobo Dayán, Bárbara Zamora, Inés Durán y Raúl Romero, hablaron de la estrategia del capitalismo: crear problemas urgentes para justificar la militarización de los territorios.
También explicaron que en esta estrategia un actor fundamental es el llamado crimen organizado. La abogada Barbara Zamora y Carlos González, del Congreso Nacional Indígena (CNI), dieron ejemplos concretos de cómo, para apropiarse de territorios y someter a la población, la industria minera y extractiva utiliza a estos grupos criminales y cárteles de la droga.
Detallaron que, en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, entre otros estados, estos grupos criminales han ganado espacios en las estructuras de gobierno de las comunidades y en cargos de elección popular en los tres niveles de gobierno.
Las y los zapatistas, y demás personas que se reunieron, escucharon durante dos días las experiencias y análisis de estos procesos; concluyeron que revertir esta tendencia, plantear nuevas formas de desarrollo que no sean capitalistas, llevará varias generaciones.
La alternativa zapatista al capitalismo
Integrantes del Comité Clandestino Revolucionario Indígena, la dirigencia del EZLN, explicaron el proceso al que llaman “el común”; un proceso que están ejerciendo en las comunidades donde tienen presencia. Se trata de una forma de trabajo comunitario y uso colectivo de los recursos.
Para explicar cómo nació esta propuesta, hicieron un análisis de su propia historia de 100 años atrás, desde cuando sus ancestros y ancestras vivieron en un sistema de explotación como peones en fincas de terratenientes.
Una de las comandantas, una mujer unos 30 años de origen tseltal, detalló que, como zapatistas, analizaron la forma en que sus abuelas y abuelas lograron escapar de las fincas en donde se les explotaba laboralmente, sin más salario que un poco de alimento; y donde las mujeres sufrían abuso sexual de los finqueros.
“Algunos querían salir corriendo, pero uno por uno, el capataz los alcanzaba y los mataba (…) empezaron a juntarse, a platicar; ellos decidieron salir en montón, en bola, para salir de la injusticia. Ya no pudo alcanzarlos el patrón, se vio la fuerza”, explicó.
Lo siguiente que hicieron sus ancestros y ancestras -dijo- fue sembrar la milpa en común, hacer nuestro frijolar en común, “para que así no nos venga a llevar otra vez el patrón. “En común, en montón como decimos nosotros, si tenemos esa fuerza. Así es como sacamos la idea de cómo en montón, en bola, si se puede hacer algo”.
El Comandante David, por su parte, explicó el proceso que posteriormente llevaron a cabo terratenientes y gobierno, para desestructurar esa comunalidad o forma de producción colectiva. Habló sobre la imposición para que los campesinos registrarán las tierras de producción, y las posteriores reformas a la ley y la Constitución para impulsar la desaparición de la propiedad colectiva e incentivar la propiedad privada, la venta de las tierras que ocupan, lo que llevó a un nuevo proceso de acaparamiento de la tierra en pocas manos, y la imposición de proyectos extractivos.
“Nos individualizó (…) Por eso, como organización, como zapatistas, estamos pensando qué será de la vida de las futuras generaciones, dónde van a vivir, dónde van a trabajar si la tierra y las riquezas naturales están saqueada”, dijo.
“Para nosotros la única forma para sobrevivir, para que las nuevas generaciones puedan vivir, es que las tierras vuelvan a ser comunes, para que sean para el beneficio de todos, para que no nos matemos por un pedazo de tierra. Por eso desde hace un año dijimos no a la propiedad, no al acaparamiento de tierra”, explicó.
30 años de aciertos y errores
Las y los zapatistas explicaron que este proceso que emprendieron al cumplir los 30 años desde el alzamiento armado de 1994 también pasa por una nueva forma de autogobernarse que iniciaron apenas este 2024; propuesta a la que se llegó tras una autocrítica a su propia trayectoria a lo largo de las tres décadas pasadas.
Transitaron de tener una estructura de gobierno piramidal y jerárquica en cuya cúspide estaban las Juntas de Buen Gobierno con unas pocas personas en el cargo, a establecer gobiernos locales con representaciones colectivas, y una gran asamblea representativa, en la que se toman las decisiones, detalló el subcomandante Moisés.
Una de las comandantas narró que la forma de gobierno piramidal les impidió la formación de jóvenes para renovar las dirigencias y capacitarlos en el trabajo colectivo; impidió que se tomaran acuerdos con la participación de todas las personas, provocó desequilibrio en la distribución de los recursos.
En contraparte, en el recuento de los 30 años pasados, los zapatistas reconocieron que han tenido muchos aciertos. “Gracias a la sangre de nuestros compañeros y compañeras caídos en la guerra de 1994 descubrimos y conquistamos la libertad de gobernar autónomamente, después de 500 años, descubrimos de cómo debe ser un buen gobierno del pueblo”, refirió otro de los comandantes del EZLN.
Habló de sus logros en materia de justicia, democracia, en la participación colectiva, la equidad entre hombres y mujeres, la economía solidaria y la capacidad para corregir errores.
“Vimos cuáles son los males y cuáles son los buenos (…) gracias a eso esos 30 años de la práctica de nuestro de nuestra autonomía descubrimos otra forma de gobernar otro camino otra forma de vida donde decimos, hay más vida”.
El Capitán se conmueve
El antes Subcomandante Marcos, quien un tiempo se hizo llamar Galeano en honor a un dirigente zapatista asesinado, el hoy autonombrado Capitán Marcos, coordinó las conversaciones y análisis; en estos dos días del Encuentro se dio tiempo para tomarse “selfies” con integrantes de la sociedad civil y con jóvenes zapatistas quienes también le pidieron tener una fotografía con él.
Al Capitán Marcos le tocó hacer el recuento de las tres décadas que han pasado desde el alzamiento de 1994, una remembranza que lo llevó a conmoverse hasta quebrarsele la voz.
Contó que lo que en este encuentro narra sobre el movimiento zapatista, lo escribió un año antes, la víspera de cumplir los 30 años del alzamiento. Pero -dijo- no lo había hecho público hasta esperar que desertores del zapatismo y otras personas que dicen ser especialistas conocedores del movimiento, hicieran declaraciones sobre el zapatismo “como si fuéramos incapaces de contar nuestra propia historia”, usurpando la palabra y la historia.
Recordó que, contra toda probabilidad de éxito, antes de 1994 las comunidades zapatistas decidieron iniciar la lucha armada, apostándole sobre todo a que el gobierno mexicano no creía que un grupo de indígenas fueran capaces de hacer una ofensiva militar por el desprecio que les tenían y, por tanto, a pesar de que en la selva ya se hablaba de la guerra, el alzamiento sería para ellos una sorpresa.
“Por eso, la sorpresa les paralizó, no sólo por los movimientos y ataques que implicaron también, sobre todo por constatar quiénes eran los protagonistas”, dijo el Capitán.
“Reinaba la noche, la muerte, el olvido, el abandono; mal armados, mal comidos, mal equipados, pero con una mezcla de rabia y desesperación, salimos a arrancarle a la noche, un pedacito de luz, algo, aunque poco, que alumbrara la noche”.
“La desesperación tiene razones que la razón desconoce y sí, la desesperación fue la que nos llevó a hacer lo que hicimos, pero fue una desesperación organizada”, dijo casi bromeando.
Luego, narró que los años pasaron, el gobierno quiso olvidarlos, los periodistas que llegaron se fueron, muchas de las personas y organizaciones solidarias también se fueron, pero su movimiento siguió.
“¿Cuántas veces nos han declarado muertos?”, se preguntó
“La generación del 94, varios hombres y mujeres de esa generación, la que se alzó en armas hace 31 años, está aquí presente hoy, es la misma que en resistencias puso las bases de la autonomía”.
El Capitán Marcos explicó que las y los zapatistas no sólo persisten, sino que extendieron sus relaciones y su movimiento en otros países, a donde también viajaron para conocer otros movimientos de personas como ellos.
“Y bueno, aquí estamos, en un pequeño rincón de una geografía apartada, pero con familiares en todo el mundo de todos los colores, de todas las lenguas, de todas las razas, de todos los tamaños, de todos los géneros y de todos los modos”.
“Nosotros, los pueblos zapatistas, nosotros, los más pequeños, tenemos historia, cultura, lengua y luz propia. Tenemos claro para quién son nuestros oídos y para quien nuestras palabras, para quien nuestro corazón y para quién el mañana”. “Tenemos una causa que es la de la vida y tenemos un nombre. Somos el ejército Zapatista de Liberación Nacional y cosas terribles y maravillosas habrán de brillar bajo ese nombre”, sentenció.
El 1 de enero de 2025 el EZLN cumplirá 31 años desde el alzamiento armado, y para la celebración convocó a reunirse en la comunidad Oventic.

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