Encuentran cuerpo en enero; avisan a su familia 10 meses después
*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Julio César Cervantes Cabaña desapareció en septiembre de 2021 cuando salió a la tienda. Tenía discapacidad mental. Después de tres años de búsqueda su madre recibió la notificación de que el cuerpo su había estado en el Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses desde enero de este año y que los restos de habrían donado para estudios a la Escuela de Medicina del IPN
Texto y fotos: isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- “Les pido que me den a mi hijo, vengo por mi hijo Julio César”, exige una madre afuera de las instalaciones del Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses.
Se trata de la señora Laura Cabañas, madre de Julio César Cervantes Cabañas, desaparecido el 20 septiembre de 2021 en la alcaldía Álvaro Obregón.
Junto con ella, madres del colectivo Una Luz en el Camino CDMX piden disculpas por cerrar con cintas amarillas las vialidades de Niños Héroes y Doctor Liceaga, mientras piden justicia para Julio César Cervantes.
Es la primera semana de noviembre de 2024. La señora Cabañas exige la entrega inmediata del cuerpo de su hijo, que lleva más de 10 meses en la dependencia, y denuncia la manera inhumana, cruel y negligente en la que fue notificada del hallazgo.
La desaparición
Julio César desapareció el 20 septiembre de 2021 en la alcaldía Álvaro Obregón. Tenía 49 años pero vivía con discapacidad mental (un accidente a los 18 años lo regresó a una edad mental de 10).
El día que desapareció, salió a la tienda y ya no regresó. Su madre tiene la certeza de que la desaparición fue provocada por una venganza.
Julio César era el mayor de sus tres hijos y nació con muchas complicaciones en el parto.
La búsqueda
Al día siguiente de la desaparición de Julio César, su madre puso una denuncia en el Ministerio Público. Desde entonces, advirtió que podría tratarse de una amenaza. Pero la agente del MP que lleva el caso no investigó. Y de hecho, comenzó a aceptar todas las declaraciones de la principal sospechosa.
Durante más de tres años, Laura Cabañas buscó a su hijo por todos lados. Se sumó al colectivo “Una luz en el camino» y participó, como miles de madres buscadoras, en todo tipo de diligencias y búsquedas, de su hijo y otros.
El hallazgo
El 1 de noviembre, dos policías tocaron a su puerta para notificarle, sin ningún protocolo de por medio, que el cuerpo de su hijo había estado en el Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses desde enero, cuando fue hallado en un camellón. También le dijeron que, debido a un acuerdo, se habrían donado los restos de Julio César a la Escuela de Medicina del IPN.
Ella no entendía nada. Sin la más mínima empatía, le dijeron a la madre buscadora que tendría que esperar 5 días más para conocer el paradero exacto del cuerpo de Julio César.
“¿Cómo decirle eso a una madre que llevaba esperando 3 años el regreso de su hijo?”, reclama la agobiada madre.
Esa misma tarde y debido a la presión del colectivo, Laura fue recibida en las oficinas del Instituto de Ciencias Forenses por representantes de la Fiscalía, la comisión de búsqueda y atención a víctimas. Reconoció el cuerpo de Juilio César en las fotografías y entonces le notificaron que su hijo había muerto en enero de 2024. Y desde entonces su cuerpo estaba en el Instituto de Ciencias Forenses.
Las investigaciones
Los investigadores de las agencias del Estado le dijeron que a su hijo lo encontraron vendado en un camellón. Por eso lo clasificaron como persona en situación de calle. Laura no cree en esa versión porque en las fotos la ropa estaba demasiado limpia.
Pero no pudo saber mucho más. Las autoridades le informaron que, por un convenio, el cuerpo se había donado al Instituto Politécnico Nacional. «De gracias a Dios que se fue al Poli, porque si no hubiera terminado en una fosa común», le dijo a su madre un diligente funcionario.
Las protestas
Jaqueline Palmeros, representante del colectivo “Una luz en el camino» y madre de Jael Montserrat Uribe Palmeros denunció la omisión de las autoridades ante la crisis forense que se vive en el país.
“Nos venden la firme idea de que nuestros datos están en un sistema, pero si eso fuera cierto si hubieran dado cuenta de qué Julio César tenía abierta una carpeta de investigación por desaparición y no hubiera sido donado su cuerpo”, señala Palmeros.
Palmeros, también denunció que el caso de Julio César no es el único sino que existen más casos similares, lo que Jacqueline denunció como una doble desaparición por parte del INCIFO.
Jaqueline también señaló que ningún estado de la República mexicana tiene el debido resguardo en ningún sistema de los perfiles genéticos lo que complica aún más la localización de sus seres queridos, pues al no contar con un sistema donde se confronten las muestras genéticas, muchos cuerpos son enviados a fosas comunes.
“Ya lo encontré, pero vieras en qué situación. Dios me escuchó y me lo devolvió, muerto pero ya me lo devolvió”, le dijo la señora Cabañas a otra madre buscadora que se acercó a darle un abrazo.
Al bloqueo, llegó el titular de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas de CDMX Enrique Camargo Suárez, quien al ser cuestionado sobre las fallas que dieron como resultado la grave negligencia cometida con el cuerpo de Julio César Cervantes, respondió que lo importante era dar atención a la madre.
Una comisión del colectivo de madres buscadoras entró al edificio del Poder Judicial para sostener una reunión en donde esperan tener más respuestas.
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