Al cierre de la nota, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no ha emitido ninguna comunicación respecto a los hechos que fueron atestiguados por habitantes del municipio tamaulipeco y registrados por medios de comunicación.
Desde hace 14 años, Nuevo Laredo es la localidad de Tamaulipas que concentra mayor cantidad de personas muertas o heridas por personal de las Fuerzas Armadas, elementos de la Guardia Nacional y policías estatales.
De las decenas de casos impunes, dos son una muestra del problema en el uso correcto de la fuerza. El 31 de agosto de 2022, soldados dispararon contra la familia Pérez Rodríguez que circulaba en un automóvil; dentro murió Heidi Mariana, de 4 años. Seis meses después el domingo 26 de febrero, soldados asesinaron a 5 jóvenes que volvían a sus casas después de una noche de fiesta.
La enfermera
El homicidio de la enfermera Yuricie sucedió por la noche del viernes. De acuerdo con el relato de su esposo Víctor Manuel Carrillo Martínez, él, su esposa y su hijo de 9 años se dirigían a una cena a bordo de una camioneta Chevrolet Equinox 2015.
Circulaban, de norte a sur, por la avenida Eva Sámano, cuando los soldados cerraron el paso del tráfico en la esquina con Villagrán. El conductor redujo la marcha e inmediatamente escuchó disparos. Víctor Carrillo orilló el vehículo y allí se dio cuenta que su esposa estaba herida, por lo que pidió ayuda a los militares y estos no respondieron. Las personas que circulaban en otros automóviles se detuvieron.
Víctor Manuel Carrillo bajó de la camioneta a su hijo de 9 años para protegerlo.
Yuricie Rivera Elizalde era enfermera del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), trabajo que tenía desde 2017, de acuerdo con informes de la dependencia publicados en la Plataforma Nacional de Transparencia.
La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de Tamaulipas levantó las pruebas periciales del asesinato.
La niña Iris
Al día siguiente del homicidio de la enfermera Yuricie, elementos de la Guardia Nacional dispararon contra la señora Lidia Galván y la niña de 8 años, Iris “Y”, en la colonia Palmares.
Abuela y nieta a bordo de un vehículo Cobalt avanzaban hacia la esquina de las calles Chiapas y Río Bravo, cuando una camioneta de la Guardia Nacional las impactó y después se escucharon disparos. La señora vio a la menor herida.
La abuela pidió ayuda a los guardias, quienes las trasladaron al hospital general de Nuevo Laredo. Iris Yajaira falleció a causa del disparo en la cabeza.
En la recepción de la clínica, Lidia Galván contó: “Cuando vi a la niña desangrándose, le grité ‘muévete Iris, muévete’. Ella me contestó, pero estaba perdiendo mucha sangre. Pedí ayuda a los soldados, pero al principio no me ayudaban, parecía que no querían acercarse”.
Posteriormente, la mujer de 60 años relató que salió por una ventana del auto, le gritó a los soldados y a los de la Guardia Nacional que le había herido a una niña.
“Ustedes me chocaron, y me hirieron a la niña. Y ya nomás se miraban el uno al otro. Ya me ayudaron a sacarla rápido, pero ya había tirado mucha sangre. Mucha sangre”, dijo.
En Nuevo Laredo, las infancias han sido víctimas de la mala actuación de las Fuerzas de seguridad. En 2010, soldados dispararon y arrojaron granadas de fragmentación contra una camioneta en la que viajaban dos familias rumbo a Matamoros. En el hecho fallecieron Martín y Bryan Almanza Salazar, de 9 y 5 años de edad, respectivamente.
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