4to. Aniversario de la Toma del INPI: Camino de lucha y resistencia por una vida digna
**Esta nota fue realizada por Zona Docs, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Se celebró el 4to. Aniversario de la Toma del INPI con el Festival de la Resistencia y Digna Rebeldía, en el marco también de los 532 años de Resistencia y Dignidad Indígena, así como los 28 años de la Fundación del CNI.
Texto y fotografías por Iván Ramírez/ @ivan.yairh / @Yair_R1H9 y Ximena Badillo/ @mena_cozca_pics / @Ximeme16
El 12 de octubre a las 13:00 horas, miembros de pueblos originarios, activistas, miembros de la Comunidad Indígena Otomí y demás participantes, celebraron el 4to. Aniversario de la Toma del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), ahora nombrado: Casa de los Pueblos y las Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”.
Este evento político, artístico y cultural, se llevó a cabo fuera de la Casa de los Pueblos, también en el marco de la conmemoración de los 532 años de Resistencia y Dignidad Indígena, así como de los 28 años de la Fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI).
La celebración del 4to Aniversario de la Toma del INPI contó con la participación de diversos activistas y colectivos como lo fueron algunos alumnos de la normal rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, madres y padres los 43 estudiantes, además de miembros de la comunidad Otomí de diversas edades.
Todos estos fueron partícipes de varias actividades a lo largo de la tarde a partir de las 13:00 horas, comenzando con un mensaje inicial sobre la historia de la lucha, con gritos y cánticos de¡Viva!.
Los contingentes y asistentes al evento dieron comienzo a una jornada de muchas emociones y una convivencia constante.
Acto siguiente se le brindó la palabra a diversos representantes de la lucha, tal como lo fue al activista Carlos González quien dejó mensajes como:
“La toma del INPI es la expresión política más significativa de la Ciudad de México frente a cualquier condición y cualquier mentira, una expresión viva de la resistencia a las políticas indigenistas del gobierno del Estado Mexicano y sus instituciones, particularmente el INPI”.
Al terminar las ponencias de algunos de los integrantes del presidio, comenzaron las presentaciones artísticas, iniciando con la obra de teatro musicalizada por parte de los infantes de la Comunidad Indígena Otomí, esto antes de dar paso a la comida la cual fue preparada y repartida en su mayoría por gente de la misma comunidad Otomí.
Argelia Guerrero, con una presentación a la altura del evento, representó una danza nombrada “De Palestina a Ayotzinapa” la cual conmovió y atrajó la atención de propios y extraños en el recinto.
A su vez, se le brindó espacio a un bazar de artesanías, grabados, comida y artículos alusivos al movimiento.
El acto de toma del INPI, la lucha y resistencia de los pueblos originarios y el festejo del 4to. aniversario de la Toma del INPI, fue una manera de demostrar que la lucha y la resistencia de los pueblos sigue buscando que se respete su autonomía, su dignidad indígena y sus derechos humanos.
Sigue el camino hacia la lucha por el reconocimiento de los pueblos originarios, como sujetos de derechos públicos con patrimonios y territorios propios: ¡Vivienda sí, desalojo no!
Contexto de la Toma del INPI
En el terremoto de 1985 en la Ciudad de México, algunas viviendas de Comunidades Indígenas Otomíes ubicadas en las colonias Roma y Juárez, fueron dañadas gravemente. Las personas pertenecientes a la Comunidad Otomí no recibieron respuesta del Gobierno para la reparación de las casas, dejándolas en una situación socioeconómica difícil.
En el 2017 hubo otro terremoto, el cual terminó por destruir las viviendas. En respuesta a esto, las personas de la comunidad decidieron dejar sus cosas dentro de las casas y vivir afuera de éstas, es decir, en la calle.
Las condiciones en las que vivían las personas Otomíes no eran las mejores, no contaban con agua o con luz para poder subsistir y menos porque seguían sin tener respuesta del Gobierno para ayudar a la reparación de las casas o a solventar sus necesidades.
Durante todos estos años la Comunidad Otomí exigía una vivienda digna, salud, justicia y el reconocimiento a su situación y a los pueblos originarios.
Lo único que hizo el Gobierno fue que en el 2018, decidió desalojar con granaderos a las personas de la Comunidad Otomí, que se encontraban viviendo en la calle, violando sus derechos a una vivienda digna.
Fue el 12 de octubre de 2020 cuando la Comunidad Otomí decidió tomar las instalaciones del INPI, porque nunca fueron escuchadas y reconocidas sus peticiones por el Gobierno de la Ciudad de México, ya que solo habían recibido violencia, represión y discriminación.
Volvieron a nombrar el edificio que antes albergaba al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), para llamarse ahora La Casa de los Pueblos y las Comunidades Indígenas “Samir Flores Soberanes”.
Este nombre fue en memoria de Samir Flores Soberanes, quien fue un profesor, activista y defensor del medio ambiente mexicano, conocido por su oposición a megaproyectos en el estado de Morelos, que tenían impactos ambientales y sociales como la contaminación del agua, el aire y los efectos sobre la agricultura y las comunidades indígenas de la región.
Samir Flores formaba parte del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua y a través de su trabajo en la radio comunitaria Amiltzinko, informaba a las comunidades locales sobre los riesgos del proyecto y promovía la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y campesinos.
El 20 de febrero de 2019 Samir Flores Soberanes fue víctima de un cobarde ataque armado frente a su domicilio en Amilcingo, Morelos, en el que con dos disparos le fue arrebatada la vida.
También el 12 de octubre pero de 1996 surgió el Congreso Nacional Indígena (CNI), por un llamado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que buscaba crear espacios seguros donde todos los pueblos, comunidades, tribus y barrios indígenas, pudieran ser vistos y escuchados, así como compartir sus pensamientos, sus esperanzas, sus objetivos y su lucha en colectivo.
Derecho a una vivienda digna
En una sociedad donde está presente la violencia, la pobreza, el desempleo, la discriminación, el racismo y el clasismo, los pueblos originarios, así como la Comunidad Indígena Otomí sigue resistiendo y luchando por una vivienda digna, por una vida llena de salud y donde se respeten los derechos humanos de cada persona.
El Artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.”
Esto quiere decir que el gobierno debe dar las herramientas necesarias para que cada persona, familia o comunidad pueda contar con una vivienda digna. La situación con los pueblos originarios es totalmente distinta, porque no son respetados y reconocidos por el gobierno.
Isabel Valencia de la Comunidad Otomí
“Como comunidad, no tenemos derecho a la ciudad; nos obligaron a tomar las instalaciones del en su momento INPI, hoy la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes”, fue lo descrito por Isabel Valencia Hernández, miembro de la comunidad Otomí durante el 4to Festival de Resistencia y Dignidad, donde en una entrevista para Somos el Medio, compartió una exahustiva resistencia al mantener una visibilización viva y digna.
Isabel Valencia mencionó que desde hace más de 30 años la consigna y la petición es la misma “una vivienda digna”. Ella junto con la comunidad pensaban que con la toma de las instalaciones, el gobierno los tomó en cuenta, pero no, la indiferencia sigue persistiendo hasta estos días.
“Se les olvida que todo este territorio que ahora ellos llaman suyo, es de los pueblos originarios” externó Isabel Valencia. La consigna es clara, buscar el derecho a la ciudad, a la educación, a la salud, a la alimentación, sin olvidar la justicia.
Para Isabel y toda la comunidad hoy, 12 de octubre es una “fiesta de lucha y resistencia” hoy se cumplen 4 años de lucha, cuando los gobernantes apostaban e intentaron de muchas formas desalojarlos de la que ahora es la Casa de los Pueblos.
Finalmente Isabel mencionó a la presidenta actual Claudia Sheinbaum Pardo para mandarle un mensaje claro:
“No llegamos todas y todos, ella tampoco nos representa a pesar de que haya recibido el bastón de mando. Porque no llegamos las que estamos en estas instalaciones, no llegaron las madres buscadoras, no llegaron los padres de Ayotzinapa. Claudia dijo que llegamos todas las mujeres que luchamos y no”.
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