Comunidad zapoteca de Unión Hidalgo reforesta “El Palmar” con 5 mil árboles: “Es un logro ante el Interoceánico”

Comunidad zapoteca de Unión Hidalgo reforesta “El Palmar” con 5 mil árboles: “Es un logro ante el Interoceánico”
Foto: Istmo Press

*Esta nota fue realizada por Istmo Press, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


#UniónHIdalgo  (#Istmopress) – Puntuales, a las 06:00 de la mañana llegaron a la cita. Las mujeres, hombres, niñas y niños trajeron palas y muchas ganas. Sembraron 500 árboles para cumplir la meta de reforestar 5 mil plantas en la reserva comunitaria en El Palmar, que ha sufrido incendios, sequía por el cambio climático y, por si fuera poco, tala inmoderada de especies nativas por la rehabilitación de la línea ferroviaria K del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).

“Es un logro colectivo esta reforestación para la lucha comunitaria que ha dado batalla a un megaproyecto de nación, y que nos ha ocasionado un tremendo ecocidio en este espacio natural de vida”, reconocen Edgar Martín y Óscar Marín, activista zapoteca y representante de los Bienes Comunales de Unión Hidalgo.

Ambos junto con las y los comuneros zapotecas de Unión Hidalgo denunciaron públicamente y a través de dos amparos, el grave daño ambiental que provocó la rehabilitación de esta línea férrea de parte del estado mexicano.

Más de 11 mil árboles fueron derribados en el derecho de vía y su zona contigua, sin contar con las graves afectaciones a los caminos y la desaparición de cuerpos de agua del Palmar, y, desafortunadamente, para las autoridades y encargadas del proyecto, como lo es la Secretaría de Marina, significaron poco o nada.

Pero, Edgar como activista ambiental junto con la comunidad agraria no desistieron y además de sus denuncias, solicitaron una reunión con el encargado de la obra, el vicealmirante y los responsables de la empresa , quienes después de diversos encuentros aceptaron reponer las plantas y acordaron que los comuneros y el pueblo se encargaran de la siembra y distribución.

“Ayer 12 personas sembramos los últimos 500 arbolitos de roble, primavera, tepeguaje, tamarindo y otras especies en el Palmar, cerca del arroyo”, expuso el activista.

Para Anel Martín y su amiga Ana Laura sembrar en el Palmar es una satisfacción, es devolverle a esta tierra su vida, para que siga siendo un espacio sano y que contribuya a un bienestar colectivo.

“Pocos somos los sembradores y más los taladores” dijo Ana Suárez, una joven mujer que se unió al llamado de la reforestación y junto con su hermana y un joven estudiante de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca ( UACO) sembraron 130 árboles de tepeguaje…

“Sembrar es vida”, reflexiona Carolina Marín Pérez del colectivo Zumbidxi, quien celebra este tipo de iniciativas porque contribuyen a mejorar el entorno.

“Los árboles son como los papás, dan cobijo y seguridad, y por eso me gusta”, expresó José Martín de 7 años de edad.

Reincorporar los árboles talados a su nicho, a su espacio es devolverle un poco de lo que se le quitado reconoce Carlos Manzo, hijo de comunero y quien lamenta que sea el ser humano el más dañino para el medio ambiente.

**La afectación **

En el municipio zapoteca de Unión Hidalgo, las obras de rehabilitación de la línea K del Tren Interoceánico han resultado en la destrucción y quema de más de once mil árboles endémicos, abarcando una extensión de 130 hectáreas.

La transformación es una consecuencia directa de la rehabilitación de la Línea K del ferrocarril, parte integral del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) que abarca otras dos líneas que, además de Oaxaca, cruzan por los estados de Chiapas, Veracruz y Tabasco. Impulsado por el gobierno de México, este ambicioso proyecto busca conectar dos mares -el Golfo de México y el océano Pacífico -a través de una moderna vía férrea que atraviesa el corazón del Istmo.

El Palmar es considerado una «farmacia milenaria» de 829 hectáreas, cuyo origen se remonta a los Binniguenda «gente con el don de la acción» quienes le dieron forma al espacio para satisfacer las necesidades de vivienda y vida sana de la población, cuenta Martín Correa Arce, historiador de la Universidad Veracruzana.

Justamente, en la parte sur de este bosque comunal, se ubica el primero de los siete campamentos de trabajo para restablecer la línea K ferroviaria en este municipio, establecidos por la Semar y GFS (Grupo Ferrocarrilero del Sureste).

En el padrón recabado por los unidalguenses, cada árbol está descrito y nombrado en lengua zapoteca:
bara bacana’ (trovador), basaa (guasamando), biaachi
(ciruelita iguanera), biibi (jaboncillo), bila’ (guaje),
bilumbu’ (cachimbo), bioongo’ (pochote), biquiiche (huamúchil), se lee en el inventario.
Llamar a los árboles en zapoteco va más allá de un acto de catalogación; es una reivindicación de las raíces de los habitantes de Unión Hidalgo, para quienes sitios como el Bosque Comunal El Palmar – afectado por las obras – les da no solo el sustento, también la salud.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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