«Las estructuras institucionales del Estado todavía no están preparadas para escuchar a los pueblos indígenas»
En entrevista, la ministra de los Pueblos Indígenas de Brasil, Sônia Bone Guajajara, habla sobre los retos de éste cargo histórico en el país sudamericano
Texto y fotos: Adazahira Chávez y Natalia Ramírez / IPRI
BRASIL.- Sônia Bone Guajajara es la primera ministra de los Pueblos Indígenas de Brasil, un cargo que después de 135 es reconocido a nivel gubernamental.
¿Cuáles son los retos de esta enorme tarea? En entrevista durante la Conferencia Internacional Pueblos Indígenas y la Transición Justa, Sônia habla al respecto.
Esta entrevista se llevó a cabo en abril de 2024 en Nueva York, durante la Conferencia Internacional “Pueblos Indígenas y la Transición Justa”. Agregamos también extractos de su participación para dar mayor contexto.
«El mundo entero ve en Brasil hoy un gran avance al traer a los pueblos indígenas a este protagonismo»
–¿Cómo está actuando el Ministerio de los Pueblos Indígenas, el primero en la historia de Brasil?
–Es la primera vez que tenemos una representación máxima en el Poder Ejecutivo. Son 135 años de la República de Brasil y apenas ahora hemos logrado tener un Ministerio de los Pueblos Indígenas. Hay esperanza y hay una expectativa muy grande y activa de los pueblos indígenas en Brasil, de nuestros partidarios en todo el mundo, de que este Ministerio pueda resolver los problemas históricos que enfrentamos. El mundo entero ve en Brasil hoy un gran avance al traer a los pueblos indígenas a este protagonismo. Sin embargo, también es un momento de mucha tensión.
«Brasil ha dado esta oportunidad, pero las estructuras institucionales del Estado –y de cualquier otro Estado– todavía no están preparadas para escuchar a los pueblos indígenas formando parte de la toma de decisiones. Es un momento importante al que nos enfrentamos: influimos en las decisiones, pero no obtendremos resultados tan rápidos porque el Estado no estaba preparado. Y muchos todavía nos ven como incapaces, todavía nos ven como una cultura atrasada. Entonces también es parte del trabajo del ministerio llevar a las personas esa conciencia de que tenemos culturas diferentes y no atrasadas.
«En Brasil todavía enfrentamos grandes amenazas contra la democracia y hoy, con el ministerio y con nuestra presencia allí, reforzamos al Estado en este reconocimiento y garantía de la participación de la diversidad. Estamos junto al presidente Lula, reconstruyendo nuestro país, fortaleciendo la democracia y retomando estas agendas de garantías territoriales.
«El Ministerio de los Pueblos Indígenas ha sido crucial para llevar la agenda indígena al debate público, para hacer la discusión de forma transversal con el Ministerio del Medio Ambiente, de Derechos Humanos y de Cultura, en fin, con el conjunto de ministerios del Gobierno Federal, para que tengamos posicionamientos unificados.
«La agenda indígena está ligada a todos esos otros temas. Hoy estamos en la mesa de diálogo. Eso hace que nuestra gente no sea olvidada porque nos estamos posicionando y estamos trayendo ese protagonismo de los pueblos indígenas para la protección del medio ambiente, para la diversidad cultural y en los modos de vida que tenemos para conservar la biodiversidad. Son temas fundamentales para la humanidad, y eso hace que los pueblos indígenas estemos hoy en el centro del debate público».
Los retos
–¿Cómo han conectado las demandas de los pueblos indígenas con el actuar del Ministerio?
–El Ministerio de los Pueblos Indígenas es la voz institucional de los pueblos indígenas en Brasil, y fue creado precisamente para dar la mayor prioridad a las demandas que vienen desde las bases. Nosotros tenemos una relación directa por medio de varias organizaciones indígenas, pero también por medio de los propios pueblos y sus comunidades.
«Estamos hoy avanzando con la reanudación de la demarcación de tierras indígenas, que es una prioridad, incluso para aquellos que ya tienen su territorio demarcado y llevan a cabo una gran lucha por la protección de estos territorios, por las condiciones para administrarlos, por la seguridad de los indígenas en ellos.
«En diez años se habían demarcado once territorios indígenas en Brasil. El año pasado (2023) logramos demarcar ocho, y este año nos estamos preparando para demarcar seis más en el mes de abril. Siempre hemos puesto esto como una de las medidas eficaces para lograr las metas globales de evitar que superemos las temperaturas en un grado y medio, porque está dentro de las metas del presidente Lula detener la deforestación ilegal. Por lo tanto, es primordial este reinicio de la demarcación de tierras indígenas en Brasil.
«Estamos en el ministerio llevando estas agendas al gobierno federal para que la gente pueda demarcar esos territorios, elaborar los planes de gestión e implementar los planes ya elaborados. Este año implementaremos 25 planes en todas las seis regiones de Brasil. De esa forma, la gente se mantiene conectada con políticas que ya están siendo llevadas a cabo en los territorios».
Transicionar a otros mundos posibles
–¿Cómo el resto del mundo puede trabajar en conjunto para garantizar que la Amazonia continúe preservándose?
–La participación indígena ha crecido en varios espacios e instancias internacionales, y esto es fundamental para el reconocimiento del importante papel de los pueblos indígenas y de los territorios indígenas protegidos en la contención de la crisis climática. Hoy ya tenemos acuerdos internacionales que garantizan esa participación, como el Acuerdo de París, la declaración de Nueva York sobre los Bosques y la plataforma de pueblos indígenas y comunidades locales en el ámbito de la Conferencia del Clima. Claro que es necesario aumentarla, ya que somos diversos y estamos en todas las partes del mundo. Es necesario escuchar siempre esa voz.
«En este momento, las Naciones Unidas han reconocido ya que la mayor parte de la biodiversidad se encuentra en territorios indígenas. Este reconocimiento debe transformarse en acción eficaz para proteger los modos de vida y las culturas de los pueblos indígenas, de modo que esta biodiversidad pueda seguir viviendo. Por eso es muy importante que los pueblos indígenas seamos capaces de articularnos cada vez más, de poder acordar posicionamientos comunes para poder plantar cara a la crisis climática, a las empresas mineras y a todas las formas de imposición y despojo de nuestros territorios.
«Estamos consiguiendo aumentar la participación y la visibilidad y así garantizar el reconocimiento de los derechos».
–¿Cómo están pensando la Transición Justa desde los pueblos indígenas de Brasil?
–Hablamos de una transición, pero ¿hasta qué punto esta transición también se está discutiendo con nosotros los indígenas? En Brasil tenemos una asociación importante con el Ministerio de Medio Ambiente y hacemos un debate directo con el Ministerio de Minas y Energía, para tratar de conciliar. Pero en muchos países no hay este diálogo. La transición justa no es solo generar nuevas formas de energía, sino garantizar también el respeto a los derechos de los pueblos indígenas.
«Y para eso es importante garantizar el derecho a la consulta. Es importante que utilicemos este mecanismo para que el derecho al consentimiento libre, previo e informado sea considerado en la práctica. Brasil está realizando sus propios protocolos de consulta, ya tenemos más de 50 protocolos listos, y nosotros como Ministerio estamos trabajando para que haya una normativa propia para reconocer y respetar esos protocolos hechos por las comunidades indígenas de acuerdo con su realidad y su lengua porque no hay una única solución para todos. Tenemos el reto de asegurar que este reconocimiento se produzca realmente.
«Ahora se habla mucho de energías renovables y de que estamos en un momento de transición, y la consulta es exactamente para evitar que haya más violaciones, para que no haya desplazamientos forzados de los pueblos indígenas de sus territorios. Para eso es importante la garantía de que esos territorios demarcados estén en las manos de los pueblos indígenas».
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