Ley General Alimentación Adecuada y Sostenible busca avanzar hacia la sostenibilidad alimentaria
*Esta nota fue realizada por Zona Docs, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Para garantizar una alimentación sostenible, suficiente, nutritiva y de calidad para todas las personas, fue aprobada por el Senado la primera Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible en México, el cumplimiento de la nueva legislación sumaría a mitigar los efectos del cambio climático.
Esta ley ha sido posible gracias al trabajo de Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C. e Igualdad Animal México, quienes en 2021 presentaron dicha iniciativa.
Por Vanessa Briseño | @nevervb_
El Estado mexicano se ha comprometido a avanzar hacia la sostenibilidad alimentaria, luego de la aprobación de la primera Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible en México . Su implementación es de carácter fundamental para el cumplimento de los objetivos de la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
Esta legislación se remonta a finales del 2021, cuando la Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C. una asociación sin fines de lucro encaminada a generar estrategias alimentarias sostenibles, en conjunto con la organización internacional Igualdad Animal México enfocada en la protección animal, presentaron dicha iniciativa ante el Senado de la República.
Esta es la primera legislación en el país que tiene como objetivo garantizar una alimentación sostenible, suficiente, nutritiva y de calidad para cada persona habitante del territorio mexicano, explicó la organización Alianza Alimentaria y Acción Climática A.C. en su comunicado. La iniciativa de ley fue también la primera en reconocer el papel de la alimentación como un pilar central en la disminución del cambio climático y sus efectos. Desde una perspectiva de corte integral sostenible que toma en cuenta el bienestar de las personas, el medio ambiente y los animales de manera equitativa.
Las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sostiene que la seguridad alimentaria se logra cuando “todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana”.
En ese sentido, México se encuentra en medio de un desafío crucial para asegurar la sostenibilidad alimentaria para sus habitantes. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) más reciente, el 22.6% de los hogares existe inseguridad alimentaria de moderada a severa, mientras que, en el 32.9% se registró inseguridad leve.
La iniciativa de ley aprobada reforma el artículo 73 constitucional y faculta al Congreso de la Unión para expedir la legislación correspondiente en esta materia. En ese sentido, insta a los tres órdenes de gobierno: legislativo, ejecutivo y judicial a que lleven a cabo las acciones conducentes para garantizar su cumplimiento. Con ello, se busca que el país cuente con un marco jurídico nacional apropiado que promueva esta nueva política alimentaria y que, en palabras de Alianza Alimentaria, tome en consideración “desde los aspectos nutricionales, ambientales hasta los económicos y socioculturales”.
Como parte de dicha transformación, la iniciativa de ley reconoce la capacidad de acción de la sociedad civil, las entidades federativas, los municipios y la Federación para el diseño, la planeación y la implementación de estrategias adecuadas, que promuevan una alimentación nutritiva y digna desde una mirada sostenible para las personas habitantes de cada región.
De esta manera, si bien, los gobiernos estatales podrán crear sus propias leyes de alimentación adecuada y sostenible, la sociedad civil podrá incidir para que el marco legal local responda a las necesidades medioambientales actuales, a través de dietas culturalmente aceptadas, más compasivas con los animales y que consideren la reducción de las emisiones de sustancias nocivas para el planeta. Se prevé que estas acciones sumen a la reducción del índice de pobreza, la mejora de la salud de las personas, así como a la disminución de la contaminación y el uso desmesurado del agua potable.
“Una alimentación sostenible debe ser culturalmente aceptable, económicamente justa, accesible y nutricionalmente adecuada, al tiempo que protege la biodiversidad y los ecosistemas” concluyó la organización Alianza Alimentaria y Acción Climática.
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