¿De quién es la ciudad realmente?: Realizan acción contra criminalización de huertos urbanos en Guadalajara
*Esta nota fue realizada por Zona Docs, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
El Colectivo Huerto Rabia y Memoria convocó a una acción de resistencia tras la criminalización contra tres de sus integrantes el 14 de julio donde ocho policías municipales los intimidaron y detuvieron arbitrariamente, según les advirtieron, por dañar “estar dañando propiedad municipal”. Ante esta represión es que el domingo por la mañana convocaron a una reflexión sobre el control que mantiene el gobierno de los espacios públicos, esto mediante el arte y otras actividades.
La actividad se llevó a cabo en el mismo espacio donde se dio la represión, en Avenida Federalismo, así que durante la acción diferentes trabajadores de la Vía Recreactiva cuestionaron a las y los asistentes por un permiso para estar en este espacio ya que afirmaban no poder estar ahí. Finalmente alrededor de la 1:30 de la tarde llegaron más de cinco patrullas de policías municipales que intimidaron a las personas para que se retiraran.
A pesar de lo anterior, desde el colectivo lograron terminar de sembrar el maíz, pero saben que en cualquier momento las autoridades pueden llegar a destrozar el espacio sin ningún apuro, por lo que permanecen vigilantes.
Por Leslie Zepeda / @lesszep
¿De quién es la ciudad realmente? ¿es de las personas que poseen el mayor poder adquisitivo o de las personas que la transitan todos los días? fueron algunas de las preguntas que abrieron la conversación en la acción que convocó el Colectivo Huerto Rabia y Memoria este domingo a las 10 horas en el camellón de Av. Federalismo, entre Juan Manuel y San Felipe.
Y es que el Gobierno de Guadalajara criminalizó a tres de sus integrantes mientras reparaban su huerto urbano donde tenían más de 60 especies de maíz y frijol por los daños que ocasionó personal de la Dirección de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Guadalajara intentando destruirlo. Así, el 14 de julio por la noche se acercaron de tres a cuatro patrullas de la Policía de Guadalajara, donde hasta los acorralaron ocho elementos y dos comandantes. En el lugar les quitaron sus pertenencias y los retuvieron por dos horas en la Fiscalía de Derechos Humanos.
Lxs jóvenes recordaron el temor que sintieron en ese momento, que aunque no hubo agresiones físicas por parte de las autoridades, sí sintieron intimidación, sobre todo bajo el contexto de Jalisco donde la represión policial es la rutina, según comentaron:
“No nos trataron tan mal como nos puede tratar la policía ahora. Desde ese momento nos empezaron a intimidar diciendo que nos iban a poner una sentencia económica, trabajo comunitario, pasar tiempo retenidos. No nos íbamos a resistir porque era muy intimidante tener a cuatro policías adelante con armas largas”.
La movilización de las y los integrantes en las redes sociales creen que pudo ser una de las razones para que salieran en libertad tras dos horas de retención ya que les amenazaban con permanecer más tiempo. Las autoridades argumentaron su detención por daños al municipio por haber dañado una inversión, que fue el pasto.
“En algún momento nos sugirieron que nos retractáramos, que reconociéramos que estábamos haciendo mal, y que así sería menor la consecuencia. Nos dijeron que nos arrepintiéramos públicamente, que dijéramos que nuestra lucha por el territorio no vale y que de eso se encarga el Estado”, afirmaron lxs jóvenes que fueron detenidos.
Este acto de represión policial ha generado consecuencias en ellxs, ya que el temor que vivieron en aquel momento es permanente ya que les solicitaron sus datos personales durante su detención.
Por ello, es que desde el colectivo organizaron la Fiesta de la Siembra y la Dignidad, para reflexionar sobre el control de los espacios públicos que ha tomado el Gobierno de Guadalajara, en este caso. Mediante la gestión, la resistencia y el arte invitaron a las personas a conversar, a compartir sus ideas y emociones que esto les ha generado. Lo expresaron también mediante talleres de esténcil, dibujo y acuarela.
Durante el círculo de reflexión retomaron diversas ideas importantes, entre ellas que desde el análisis precio que han construido desde el colectivo, han identificado que el Gobierno de Guadalajara y el Gobierno de Jalisco llevan al menos 10 de los últimos años “blanqueando” la ciudad, es decir desplazando a sus habitantes, permitiendo que los negocios inmobiliarios construyan viviendas inaccesibles para la mayoría de la población y construyendo una infraestructura más “estética”.
“Desde los últimos 10 años tenemos un montón de proyectos de infraestructura público, la Línea 3 del tren ligero, las bicicletas públicas, la renovación de parque como el Parque Morelos, Ciudad Creativa Digital, o el Mercado Corona que remodelaron tras un supuesto incendio entonces toda esta inversión que no había en los años anteriores, ahora la tenemos de manera muy abultada comenzaron con estas políticas que llamamos blanqueamiento por despojo porque el efecto es que han desplazado a mucha gente que vivía y trabajaba aquí en el centro y que en realidad todos estos nuevos equipamientos son para servir a estos negocios inmobiliarios”.
Por ello, aluden esta problemática al plan de repoblamiento del Centro de Guadalajara encabezado por el actual alcalde, Pablo Lemus. Para ellas y ellos este plan se traduce en un “blanqueamiento por despojo” donde la prioridad es el embellecimiento de los espacios para ofrecerlo a las personas con mayor poder adquisitivo mientras las personas que lo habitaban tienen que desplazarse. Esto haciéndolo en complicidad con las empresas inmobiliarias que construyen viviendas se 36 m2 a costos exorbitantes.
“Obviamente una milpa no es algo que quede bonito desde la lógica de los edificios, es a lo que llamamos también blanqueamiento por despojo. esta higienización que en sus extremos más graves ha sido expulsar a las personas que viven y trabajan en la calle. La idea es platicar sobre qué relación hay entre estas políticas de blanqueamiento por despojo que promueve el gobierno para beneficiar a los inmobiliarios y eso qué tiene que ver con la criminalización de las cosas que hacemos nosotros en ese supuesto espacio público. Como lo que pasó hace dos semanas a los compañeros que estaban sembrando justo aquí.
Aunado a esto, el colectivo señaló que en junio pasado la diputada por Movimiento Ciudadano, Alejandra Margarita Giadans Valenzuela presentó una iniciativa llamada, Ley de Huertos Urbanos, Escolares y de los Jardines Polinizadores para el Estado de Jalisco ante el Congreso de Jalisco, lo que consideran, significa el control, institucionalización y sobre todo control de los huertos urbanos, y que al pertenecer al partido que hoy ocupa el poder en Jalisco, podría aprobarse rápidamente. Y lo que también forma parte de esta estrategia de blanqueamiento, según advirtieron.
“Lo que quieren decir es que van a regular los huertos urbanos y claramente dice que van a poder reprenderlo, esto es importante en este momento porque creemos que lo de regular lo dicen eufemísticamente para no decir prohibir pero es en realidad lo que van a hacer No significa más que reprimir y controlar los proyectos autónomos que buscan generar relaciones en búsqueda de un mayor desarrollo desde la convivencia con la naturaleza. La razón porque nosotros sembramos en espacios públicos es porque no tenemos un espacio en nuestra casa donde cultivar, porque la ciudad nos ha arrebatado lo más elemental para la vida, la conexión con la tierra”.
Después de horas en la que desarrollaron la acción, alrededor de la 1:30, más de cinco patrullas de la Policía de Guadalajara llegaron una vez más hasta este punto intimidando a las y los asistentes, aunque no hubo mayores acciones en su contra, éstos ocasionaron que se retiraran. También esta ocasión afirmaron que estaban dañando propiedad municipal. Uno de los jóvenes detenidos el 14 de julio estaba presente y afirmó que no se portaron de la misma manera, pues había mucho más personas:
“Estamos en tiempo de elecciones y cualquier tipo de represión como la que se vivió hace dos semanas sería una muy mala carta para quienes aspiran a tener el poder en nuestra ciudad. Yo creo que eso fue lo que les hizo comportarse de una manera menos agresiva. Pero es seguro que si no hubiera tantas personas, hubiera sido diferente. Pudimos terminar con las actividades con las que empezamos, pudimos sembrar. Sin embargo, tememos en que en los próximos días este espacio sea intervenido, destrozado por el Estado”.
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