La ministra que rompió el techo de cristal y otros paradigmas
*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Ni el ministro favorito del llamado bloque conservador ni la ministra apoyada por Andrés Manuel López Obrador fueron elegidos para la presidencia de la Suprema Corte; en una muestra de fortaleza institucional, dicen los especialistas. Norma Piña, primera mujer en presidir el máximo tribunal, ha apoyado temas como el aborto y la legalización de la marihuana, y se ha opuesto a proyectos presidenciales
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: Alexis Rojas
CIUDAD DE MÉXICO.- “Demostramos que sí podemos”, dijo la primera mujer en presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación inmediatamente después de su nombramiento, el cual, como dijo, rompe un inaccesible techo de cristal no conquistado por las mujeres, pero más allá de eso, la ministra Norma Lucía Piña Hernández podría ser la voz de la despolarización en una sociedad profundamente dividida.
“Agradezco a las que siempre han creído, a las que no se han cansado de intentar cambios que poco a poco arrinconan nuestra cultura patriarcal. Honro en este momento a las que ya no están. Trabajaremos, nos esforzaremos todos los días por una sociedad más justa, mas igualitaria, sin violencia contra las mujeres”, dijo poco después de aceptar la máxima responsabilidad a la que ella misma podía aspirar como abogada y jurista.
La ministra Piña es, sin duda, la que ha tenido un mayor apego a los nuevos principios de derecho internacional y derechos humanos, comenta en entrevista para Pie de Página David Peña, abogado especialista en Derechos Humanos, quien espera que la ministra pueda dar un aire nuevo a la palestra pública Mexicana.
“Creo que despolitizar el acceso a la justicia está bien. (El Judicial) es un poder que debería privilegiar la parte técnica y no dejarse llevar por esta vorágine en la que todo es político, en la que no hay nada que no pueda verse desde fuera de este este matiz”.
Precisamente esa vorágine politizadora fue la que centró la sucesión de la presidencia de la Suprema Corte en la ministra Yasmin Esquivel, inmersa en un escándalo por el presunto plagio de su tesis de licenciatura y el que fuera abanderado como el ministro de la oposición,
“Cuanto hace a su trayectoria, lo primero es que hay que reconocer que se ha formado desde el Poder Judicial, con una muy larga carrera –de 34 años–. Eso es una señal positiva para quienes integran el servicio de carrera del Poder Judicial, les da una nueva aspiración”, añade al balance Ana Lorena Delgadillo, directora de la Fundación Para la Justicia, una Organización no Gubernamental dedicada al litigio estratégico en Derechos Humanos.
Según ambos abogados consultados, la ministra Piña no está ni en un bando ni con otro, ni con la 4T ni del lado de empresas o de la oposición, por lo que su nombramiento es una buena noticia en términos del avance de los Derechos Humanos al interior de la Corte.
“Yo creo que en esta ocasión vimos a una Corte que afortunadamente estuvo a la altura de lo que requiere el país. Es una ministra que no fue propuesta por el presidente, algo que históricamente buscan, que quien quede sea afín a su proyecto. Es una buena señal que no se haya impuesto una candidata como Yasmín Esquivel, es una señal de esperanza”.
Destaca Ana Lorena Delgadillo.
El 21 de diciembre, en la recta final de la elección de la presidencia de la Suprema Corte, la ministra Yasmín Esquivel fue acusada en una publicación de Latinus de haber plagiado su tesis de licenciatura, lo que la invalidaría no solo para ocupar la presidencia, sino también para ejercer su cargo de ministra.
Sin embargo, la ministra Esquivel se desvivió en asegurar que la publicación es una farsa, parte de un ataque coordinado desde la oposición. Incluso, esa misma mañana, el diario El Universal publicó una nota en la que informaba que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México había determinado que no existía dicho plagio. La información se difundió en redes sociales y chats, como una filtración. La información no fue difundida por el vocero de la Fiscalía ni formó parte de los comunicados de prensa de la dependencia de ese día.
Postura ante proyectos presidenciales
Si bien la controversia de la Tesis deberá ser dirimida por la Universidad Nacional Autónoma de México, bastó para frenar las aspiraciones de Esquivel. Con ella fuera del camino, la prensa y los rumores políticos abrazaron la candidatura del ministro Gutiérrez Ortiz-Mena, mismo al que el presidente López Obrador había señalado por sus nexos con los poderes empresariales, a quienes ayudó a evadir impuestos en sexenios anteriores, según el mandatario.
“Yo podría decir, con todo respeto, que el Poder Judicial está secuestrado, como estaba secuestrado el Poder Ejecutivo. Entonces, va a ser labor hacia adelante liberar el Poder Judicial”, sentenció por la mañana del lunes el presidente López Obrador, apenas unas horas antes, cuando aún no sorprendía la elección de la ministra Piña. Desde meses anteriores el presidente había insistido en lo necesario que es una reforma del Poder Judicial, sin embargo, su proyecto político no ha contado con las herramientas para llevar a cabo semejante tarea.
El perfil de la ministra Piña, que pareciera pregonar la independencia de la Suprema Corte, más bien parece detentar una de las más férreas resistencias a la voluntad presidencial. En ocasiones anteriores la ministra se había manifestado en contra de proyectos centrales para el gobierno de López Obrador, como la legalidad de la reforma Eléctrica, la posibilidad de enjuiciar a expresidentes o la revocación de mandato.
Pasado el mediodía del lunes, las puertas del palacio judicial de Pino Suárez 2 están cerradas; pareciera que los ministros prefieren una sesión tranquila, lejos de la grilla política del momento. Ningún medio informativo pudo presenciar la Sesión Pública Solemne en la que se llevó a cabo la votación para presidenta.
La primera ronda de votaciones fue apretada. Ninguno de los postulantes logró obtener los seis votos que necesitaba para asegurar la presidencia. Dos para Esquivel, dos para Ortíz-Mena y la sorpresa: tres para Piña Hernández. Caballo que alcanza, gana, dicen.
En una segunda vuelta de la votación, la ministra Esquivel obtuvo solo un voto y quedó fuera; Piña conservó tres y Ortiz Mena sumó cuatro, lo que obligó a una tercera ronda de votación. Uno a uno, los votos caían a la par, uno para Piña, otro para Ortíz-Mena. Cinco a cinco, hasta que el último voto dio la victoria inesperada a quien hace 48 años inició su instrucción como profesora de educación básica y hoy ocupa el asiento más alto de la justicia del país.
“La incertidumbre es un presupuesto de la igualdad”, dijo la flamante presidenta en su mensaje de toma de protesta. “Como sucede cuando presentamos un proyecto de sentencia, en esa decisión hay reservas derivadas de la pluralidad que representa sin duda una de las grandes riquezas de este órgano colegiado y como sucede en la labor la decisión no remite a una concepción personal sino a un proyecto del Poder Judicial que habremos de construir todos juntos”.
Precisamente esa será una de las tareas más difíciles que enfrentará Norma Piña, según el análisis de Ana Lorena Delgadillo, de la Fundación para la Justicia.
“Creemos que en este momento es muy importante su nombramiento como presidenta, como mujer. Pero no es menos importante la actuación en conjunto de la Suprema Corte, que se vuelva un órgano garantista y progresista, que solo va a existir cuando sus integrantes cumplan con ser un órgano colegiado y que las decisiones que se tomen sean posturas más colectivas, consensuadas y que no sean personalistas”.
Los proyectos de sentencia de la ministra piña en temas como el aborto y la legalización de la marihuana han ayudado al resto de la corte a decidir asuntos con una mayor visión de fondo, enfocada en los derechos humanos, coinciden los especialistas consultados, sin embargo, esto por sí mismo no significa que la ministra Piña sea el liderazgo que la Suprema Corte esperaba, pues sus votos siempre han acompañado a los de la mayoría.
Uno de los temas más próximos y de especial importancia que tocará la Suprema Corte de Justicia será la constitucionalidad de la incorporación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública, un tema que la ministra apoyó en ocasiones anteriores y que podría tomar un nuevo cauce en los meses venideros. También temas coyunturales, como la misma reforma Eléctrica o la Electoral.
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