La importancia de relatar la migración sin estereotipos
#FIL2022
Celebrado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y planteado como un diálogo sobre cómo se narra la migración desde la ficción y el periodismo, un panel de expertos incluyendo a periodistas, cineastas y a Dana Graber Ladek, la jefa de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para México, discutieron sobre cómo plasmar estas historias sin reproducir estereotipos violentos y discriminatorios.
Por Andrés de la Peña
En los círculos de estudio del fenómeno migratorio global, se ha llamado al siglo veintiuno “el siglo de las migraciones”. ¿Por qué? Sencillamente porque este siglo ha visto un aumento vertiginoso en el tamaño de las poblaciones que migran. Según el más reciente informe sobre las migraciones de la OIM, las y los migrantes componen el 3.6% de la población global y suman 281 millones (108 millones más que en el año 2000).
Igualmente, el número de refugiados ─personas que salen de su país debido a una amenaza directa o indirecta a su vida e integridad, que puede incluir desde la violencia hasta los desastres naturales─ pasó de 14 millones a 26.4 millones; el número de desplazados internos ─personas que migran por las mismas causas que las y los refugiados pero sin salir de su país─ pasaron de ser 21 millones a 51.
Dana Graber Ladek mencionó que, lamentablemente, las narrativas más dominantes en la región son aquellas que hablan de “invasión”, de “ilegales”, y de que las personas migrantes “están tomando nuestros trabajos”. Sobre esto mencionó que estas perspectivas por lo general son difíciles de transformar, no se basan en evidencia, y no reflejan la realidad.
Para Ginnette Riquelme, fotoperiodista independiente de Chile, el retrato de la migración es un trabajo muy delicado y que se suele hacer mal:
“Siempre se muestra la imagen del migrante sufrido, dejado, maltratado. Aunque la migración es dura, es pesada, creo que es importante mostrar que esa persona que migra tiene una historia atrás. Qué hace, a qué se dedica, qué hace en su tiempo libre Es importante mostrar, documentar, qué hace él o ella y no solo mostrar el sufrimiento que ahí está, que es latente”.
El panel también contó con Antonio Ortuño, novelista, quien explicó la responsabilidad que tienen quienes construyen narrativas en torno a la migración (tanto informativas como artísticas) de cuestionar las narrativas oficiales: “los eslóganes y las grandes palabras terminan maquillando u ocultando realidades espantosas”.
Además, recordó que son tan importantes los discursos estigmatizantes como la omisión en el discurso de los problemas reales que enfrentan las y los migrantes: “no sólo el discurso sino la ausencia de discurso. El absoluto vacío de discurso en torno al tema de la migración como si no importara y como si no existiera.”
Cuestionado sobre cómo generar más empatía hacia las poblaciones migrantes, mencionó:
“Yo creo que la memoria es algo muy importante. Recordar algo que mencionó hace rato Samuel: todos o casi todos procedemos de migraciones, así sea del abuelo o el padre que migró del campo a la ciudad (…) Es un buen ejercicio extender esa memoria a otros, y recordar, sobre todo, a las personas en los países receptores (…) que hace mucho los que migraban eran ellos y muchas veces también en circunstancias trágicas y terribles”.
Samuel Kishi Leopo, director de la película “Los Lobos” y embajador de buena voluntad de la misión de la OIM en México, dio un consejo para poder generar narrativas sobre migración que no estigmaticen a estas poblaciones y que, además, generen empatía.
“Entender que todo mundo migramos. No es ajeno: todo mundo buscamos una vida mejor, y migrar también es doloroso. Recuerdo mucho una frase de un migrante: “llegar nunca es definitivo, partir es morir un poco”. Hay una responsabilidad social de cómo contamos las cosas, y es importante como artistas no ponernos en el centro. Es importante bajarnos del ladrillo y contar las cosas con responsabilidad y con honestidad”.
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