Juan Balboa, un periodista que con su pluma trascendió las fronteras

Corresponsal de Proceso en los ochentas, reportero co-fundador de La Jornada, corresponsal de Notimex en Cuba, perseguido, acosado y voz de los pueblos marginados de Chiapas y otros países latinoamericanos, así es recordado Juan Balboa Cuesta, quien a los 64 años, dejó de existir el miércoles pasado por la noche en Tuxtla Gutiérrez.

Amigos, colegas y compañeros de andanzas periodísticas recordaron a Balboa Cuesta, como un reportero solidario con miembros del gremio reporteril pero también como un periodista que visibilizó las luchas de los pueblos originarios, de la clases obrera, magisterial y organizaciones sociales y civiles.

Uno de los reportajes más emblemáticos de Juan Balboa lo escribió  para la revista Proceso en los ochentas y con el cual muchos los recuerdan por su titular: “Las transas de mi General”, donde desnudaba y exhibía la corrupción y los abusos del entonces gobernador de Chiapas, el General, Absalón Castellanos Domínguez, el mismo que tras el alzamiento armado zapatista fue hecho “prisionero de guerra” por varias semanas por miembros de ese grupo armado en su rancho de Las Margaritas.

Foto: Carlos Martínez

“Cuando siendo gobernador Absalón Castellanos Domínguez supo que en el número más reciente de la revista Proceso anunciaba en portada un reportaje de su corresponsal Juan Balboa, compró toda la edición que llegó a Chiapas”, recuerda el cartonista y periodista Enrique Alberto Alfaro Santos, amigo de muchas aventuras periodísticas de Balboa Cuesta.

Reseña que en aquella ocasión el parque central de Tuxtla estaba ocupado por un plantón de miles de docentes del magisterio afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“El rumor corrió como reguero de pólvora y el reportaje finalmente circuló masivamente por medio de fotocopias. Todos querían enterarse del contenido del texto prohibido donde se denunciaban propiedades del general que gobernaba Chiapas, uno de los últimos reductos de la cuota que el priísmo daba al ejército, junto con la gubernatura de Yucatán, que encabezó el también general Graciliano Alpuche Pinzón”

“Yo admiraba a Juan Balboa por su valentía y atrevimiento al publicar información que hacía temer por su integridad física y militaba en la izquierda como yo. Fue entonces que lo conocí y lo acompañé a todos sus proyectos editoriales. Se convirtió en mi hermano mayor y ya no nos separamos”, recuerda Alfaro Santos.

Recuerda Alfaro Santos que en las primeras horas de 1994, durante el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, uno de los primeros operativos fue detener al general Absalón Castellanos que se encontraba en su rancho, para luego ser trasladado a las instalaciones de la comandancia general zapatista en plena selva Lacandona.

Y que, luego de permanecer retenido por varios días, Absalón fue juzgado y entregado, sano y salvo, a su familia. Durante el juicio, un comandante del EZLN leyó íntegro el reportaje “Las transas de mi general” de Juan Balboa, que fue parte del texto de su condena.

Juan Balboa en Cuba

“Esa era la importancia del periodista que fue corresponsal de Proceso, fundador de La Jornada, de la revista y el semanario Ámbar, de hebdomadario Páginas. Por eso viví admirando a quién consideraba mi hermano mayor, quién le enseñó mi trabajo de caricaturista a Raymundo Rivapalacio, que luego me contrató para trabajar en el semanario Eje Central”, dice Alfaro Santos.

Para el corresponsal de La Jornada en Chiapas desde hace más de 25 años, Elio Henriquez Tovar, Juan Balboa Cuesta fue uno de los más importantes periodistas de Chiapas en las últimas décadas.

Indica que no sólo fue reportero y corresponsal de diversos medios de comunicación, sino que fundó varios, entre ellos, la revista Ambar, que en la década de 1980 se distribuía en el sureste del país. Su último semanario impreso fue Páginas. Era muy dado a emprender proyectos de ese tipo, en los que a varios que comenzábamos en el periodismo nos abrió espacio.

Dice que fue buen reportero, buen jefe de información, pero, sobre todo, un gran ser humano, Juan fue inspiración de varios amigos para seguir sus pasos.

“En mi caso fue fundamental para que me decidiera a emprender el maravilloso oficio del periodismo. Siempre que se me viene a la mente el nombre de Juan Balboa, recuerdo de inmediato aquel reportaje en la portada de Proceso en la década de 1980, titulado: “Las transas de mi general”, sobre diversas denuncias en contra del entonces gobernador de Chiapas, el general Absalón Castellanos Domínguez.

Fue uno de los fundadores y reportero de La Jornada. Fue corresponsal de la agencia Notimex en Cuba y laboró en otros medios. Juan Balboa, que ya estaba retirado de los medios de comunicación, nació en Arriaga, Chiapas y residía en Tuxtla Gutiérrez.

“Tuve la suerte de conocerlo desde mediados de la década de 1980, y siempre mantuvimos comunicación, aunque no fuera tan frecuentemente. Tenía varios años de no verlo y sentía ganas de verlo. El 28 de octubre me mandó un mensaje para decirme que estaba en San Cristóbal y quería que tomáramos un café. Justo en ese momento yo estaba aterrizando en El Salvador. Lamenté tanto no poder asistir. Ahora entiendo que quería despedirse”, dice Elio Henriquez.

El periodista Sergio Stahl Espinosa, contemporáneo de Balboa Cuesta, recuerda qe fue él quien lo llevó a colaborar para el semanario Ambar y por él se inició en el diarismo, luego de ayudarle para que ingresara a la agencia Notimex como corresponsal en Chiapas.

Stahl y Balboa

“Juan Balboa Cuesta fue un gran periodista y también un creador de publicaciones en cuyas páginas varios  comunicadores  tuvimos la oportunidad de hacer nuestras primeras armas en el diarismo.

El periodismo está de luto y Chiapas ha  perdido a uno de los mejores periodistas de los últimos tiempos”, apunta Stahl Espinosa.

Manuel Lemus Kourchenko, amigo de Juan Balboa, Director del Instituto para el Desarrollo Humano Espacios y Conectividad Samuel Ruíz, con trabajos en la Selva Lacandona, refiere que Balboa Cuesta fue un periodista que buscó “más que la nota del momento, contribuir al cambio de la sociedad chiapaneca”.

Comparó a Balboa Cuesta con chiapanecos con escritores, políticos y luchadores sociales como Eraclio Zepeda, Andulio Galvez, Agustín Rubio y Nelly Márquez, Sebastian Pérez Nuñez, Gilberto Gómez Maza y Bernardo Hernadez Tovar, entre otros personajes la izquierda contemporánea en Chiapas.

A Balboa Cuesta le sobreviven, además de su madre, su hermana Rita, Manuel y Francisco Balboa Cuesta, originarios todos de Arriaga, un pueblo de la Costa colindando con el itsmo oaxaqueño.

Destaca Lemus Kourcheno, quien tiene una experiencia de más de treinta años de participación política, en partidos de la izquierda mexicana, construyendo ciudadania y procesos democráticos, que las aportaciones de Juan Balboa al periodismo y a la cultura trascendió las fronteras y dejó un legado, que se tiene que valorar y continuar.

El medico e investgador social del Colegio de la Frontera Sur, (Ecosur), Gerardo Gonzalez Figueroa, dice que desde hace 40 años qe llegó a Chiapas conoció a Balboa Cuesta y eran los setentas y los ochentas, años intensos de la la lucha por la tierra, la organización política y la libertad de expresión.

“Con Juan Balboa, eran los tiempos de Uno más Uno, el diaro Uno de Tuxtla, y tiempo después periódicos como Ámbar… más allá de nombres de periódicos, el papel de las y los periodistas fue y sigue siendo muy importante para los pocos o muchos espacios que hoy tenemos en la sociedad. Uno de esos que lo hicieron, luchando, fue sin duda Juan Balboa”.

Dice que con su partida, “no sólo pierde la familia, o el periodismo, es una pérdida para la sociedad chiapaneca. No hay lucha que pueda entenderse sin el periodismo comprometido de Juan Balboa”.

El escritor, poeta, editor, promotor del arte y la cultura en Chiapas, Roberto Chanona recuerda cuando conoció a Balboa Cuesta como director del Semanario Ambar, donde coincidían personajes como el antropólogo, Andrés Fábregas Puig, la fotógrafa Elian Cassorla, los periodistas Leticia Hernández Montoya, Enrique García Cuellar, el caricaturista Enrique Alfaro y la ambientalista, Beky Álvarez del Toro.

Recuerda Chanona que Juan Balboa le contó que el entonces gobernador chiapaneco Patrocinio González Garrido les propuso hacer el salto de un semanario, a un diario. Y que, por la cuestión del dinero, no se preocuparan porque él iba ser el socio capitalista.

“Entonces Juan Balboa se negó por principios éticos y entonces estalló la bomba”. Señala que tanto la revista como el semanario Ámbar, ya traían problemas económicos y era cuestión de tiempo para que cerraran sus puertas.

“Por experiencia propia sabemos que es muy difícil sobrevivir sin el apoyo gubernamental. Y si aceptas el apoyo, entonces se acaba la libertad de expresión”, dice Chanona.

Sobre este mismo dilema que abordaba al periodista chiapaneco, Rodulfo Reyes recuerda que el ex reportero de Proceso, fundador de ‘La Jornada’ y corresponsal de ‘Notimex’ en Cuba “opinaba que se valía vender gacetillas para el periódico como una manera honesta de ganarse la vida. Juan siempre ha sido de la idea de que un medio puede ofrecer espacios de difusión, siempre y cuando esto no comprometiera la línea editorial del medio”.

Dice que “Ámbar”, fue considerada la mejor publicación de su tipo en muchos años en el sureste mexicano y que bajó las cortinas precisamente porque el gobierno no aceptó comprar publicidad sin involucrarse en el contenido periodístico.

“El precepto de ‘no pago para que me pegues’, ejecutado por el entonces presidente José López Portillo, se mantiene actualizado y con la misma virulencia que en la década de los ochenta, aunque los reporteros ya saben ahora sobrevivir a ello”, señala.

El periodista José Luis Castillejos dice que Juan Balboa se especializó en temas del sur de México como indigenismo, migrantes, jornaleros agrícolas, deforestación y le enrostró, muchas veces, el desorden y acoso que realizaba el entonces gobernador de Chiapas, Patrocinio González.

Que dominaba todos los géneros periodísticos, a través de los cuales reflejaba  y trazaba la geografía política, social, económica y turística de una región vital, que tenía la facilidad de hacer amigos, de dirigir medios periodísticos, de hacer reportajes, crónicas o artículos y de ser un acucioso investigador y extraordinario reportero.

Dice Castllejos que con su muerte de Juan Balba, “muere una etapa extraordinaria del periodismo y de valiosos comunicadores”.

La escritoria Marisa Trejo Sirvent recuerda que Juan fue un periodista creador de diversas publicaciones en Chiapas como La Ceiba, Bonampak, Ámbar, Páginas; un cronista de nuestra historia reciente, un comunicador que obtuvo premios y reconocimientos, fundador y reportero del periódico La Jornada, fue corresponsal de Notimex en Cuba y de Proceso en México, pero también ejerció el periodismo en otros países, como Chile y Brasil.

Lo recuerda como un periodista que sabía como congregar en torno a las publicaciones que creaba, a un sin fin de periodistas de las distintas ramas, para hacer un periodismo que pocas veces se ha hecho en Chiapas, como en esas publicaciones que creó.

“Seguramente, los jóvenes investigadores encontrarán en las páginas escritas por él y por otros periodistas en esas revistas y periódicos, un gran legado de nuestra historia y cultura, en especial, del Sur de México y Chiapas”, dice Trejo Sirvent.

Para el periodista Roberto Rock, Juan Balboa es una de los periodistas que más ha admirado, por muchos motivos: el arraigo a Chiapas y su extensión latinoamericana; su profundo conocimiento de la región; su liderazgo en el gremio.

«Pero en especial, por su calidad humana y su don de gentes. Alguna vez logré convencerlo de ser nombrado corresponsal de El Universal en La Habana, pero los avatares laborales hicieron que fuera breve esa tarea», indicó.

2 Responses to “Juan Balboa, un periodista que con su pluma trascendió las fronteras”

  1. Ezra Martínez
    13 diciembre, 2022 at 10:05 #

    Le sobrevive también su hermano Gabriel Balboa Cuesta, además de Rita, y los cuates Manuel y Francisco.

    • Ezra Martínez
      13 diciembre, 2022 at 10:08 #

      Perdón, corrigiendo el comentario anterior, también le sobrevive su hermana Gladys.

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