Roban agua por 5 mil tomas clandestinas
El ‘aguachicol’ en Ciudad Juárez se da detectado por distintos rumbos; sin embargo, combatirlo es difícil debido a que el robo de agua potable en el estado de Chihuahua no está tipificado como un delito, se persigue como robo de ‘fluido’
Por Martín Orquiez / LA VERDAD
Ciudad Juárez- Cubierto con tierra, tablas, piedras, hojas de árbol y hasta basura, José oculta el registro que la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) instaló en su casa. Quiere evitar que el personal de la dependencia que acude a verificar la lectura del medidor detecte que se encuentra conectado de forma irregular.
Optó por ‘colgarse’ de la red general de agua potable al reactivar el uso de vivienda, que pese a estar en desuso por años y sin servicio de agua, acumulaba un adeudo de miles de pesos con la JMAS, explica el entrevistado que aceptó hablar con LA VERDAD sin exponer su identidad o la ubicación de su propiedad.
“Me cansaron, querían que pagara como si tuviera alberca, pero aquí no se gasta tanta agua, entonces alguien me dijo que mejor me conectara para que no pagara tanto y pues lo hice”, comenta.
Afirma que tiene la certeza de que no ocasiona ningún problema a la JMAS porque, en primer lugar, el agua la proporciona “gratis” la tierra y, además, ¿qué tanto podría gastar?
Fotografía: Rey R. Jauregui / La Verdad
Sin embargo, como la casa de José, son miles las edificaciones que son conectadas de forma irregular a la red general de agua potable en Ciudad Juárez.
Sergio Nevárez Rodríguez, director ejecutivo de la JMAS, estima que existen al menos unas 5 mil tomas clandestinas por toda la ciudad actualmente.
La situación se presenta en todos los rumbos de la ciudad, afirma, ocasionando una afectación en el suministro de agua porque provoca baja presión en algunas colonias, también provoca fugas del líquido y eleva los costos de distribución del servicio.
Recientemente se informó que residentes de 34 colonias, dispersas en el suroriente, en el norponiente y surponiente de Ciudad Juárez, sufren por la falta de agua durante gran parte del día. Aunque el problema se acentúa en Anapra, Los Ojitos, Portal del Roble y Oasis.
Monetariamente, el costo de robo de agua a través de esa conexiones clandestinas, aunado al que la gente no lo paga y el que se desperdicia, llega a los 100 millones de pesos mensuales, que representan un 43.4 por ciento de lo que los usuarios sí pagan, exhiben datos de la JMAS.
“Traemos 230 millones de pesos mensuales de ingreso por el agua, nosotros le calculamos que, fácil, nos faltan otros 100 millones de pesos”, comenta Nevárez en entrevista sobre las pérdidas generadas por las tomas clandestinas de agua en Ciudad Juárez.
En la mancha urbana, la JMAS tiene 459 mil cuentas domésticas, 16 mil comerciales y 1 mil 400 industriales, en total 476 mil 400 registros; la estimación de conexiones irregulares representan el 1 por ciento de esa cantidad.
Fotografía: JMAS de Ciudad Juárez
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Nevárez informa que la Junta de Aguas, una oficina descentralizada del Gobierno de Chihuahua, concentra las labores de una cuadrilla de trabajadores a localizar las tomas irregulares.
Al mes detectan al menos 20 conexiones clandestinas, porque hacerlo es una tarea difícil, asegura el funcionario. Pero es difícil dar con ellas porque las conexiones están bajo la tierra.
“Es muy complicado, revisamos los volúmenes (de consumo), luego los volúmenes nos llevan a ver por qué si traigo tanto volumen de agua en este sector, nada más estoy facturando equis cantidad, tenemos que andar casa por casa, hace falta un sistema simple técnico”, menciona.
Oscar es un vecino de la colonia El Barreal y no paga el servicio de agua doméstico desde hace aproximadamente 3 años, después de que tuvo una confrontación con personal de la JMAS porque le llegaron 2 cobros consecutivos muy altos, de más de 2 mil pesos. Optó por no pagar, le cortaron el suministro y entonces decidió conectarse de forma irregular a la red de infraestructura de agua potable en la ciudad.
“No me vaya a poner en la cruz”, dice riéndose, pero en serio, durante la entrevista.
Explica que no puede quedarse sin agua, porque vive con su familia, compuesta por cuatro adultos y dos menores de edad, pero tampoco quiere pagarles las cantidades tan altas que le cobran porque lo considera injusto.
El hombre, de oficio mecánico, pide repetidamente que no se ventile de forma pública su identidad y domicilio para evitar que le “caiga” la JMAS, pero solicita que se publique la necesidad de que se instrumente un programa de regularización que deje en cero las cuentas y se comience a pagar una cantidad justa.
“Sé que lo que hago no está bien, pero tampoco lo que ellos hacen, cobrarnos se más, eso sí que no está bien”, afirma.
MULTAS Y DENUNCIAS, LAS ARMAS CONTRA EL ‘AGUACHICOL’
En lo que va del año, la JMAS ha interpuesta 4 denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE) por robo de agua, informa Nevárez Rodríguez.
El director ejecutivo de la JMAS dice que, sin embargo, es una situación difícil de probar y tiene una penalidad baja, por lo que considera que se debe aumentar para que tenga realmente un impacto entre los usuarios que hurtan el recurso que, repite, se ubican por toda la ciudad.
Y no se trata solo de personas que evaden el pago total del servicio, sino que existen personas que cuentan con medidor y cubren sus recibos, pero conectan otra toma irregular para evitar que se les cobre más por el suministro.
“Si alguien tiene una alberca, sí tiene mucho jardín, ponen una toma clandestina y contratan un plomero, eso es lo que estamos tratando de cambiar, estamos tratando de declararlo delito grave, porque ahorita no lo es”, señala.
Debido a esa situación, la JMAS prefiere aplicar alguna multa a quienes quebrantan a la descentralizada o, si pueden documentar el robo muy bien, sí interpone una denuncia penal para que el juez determine la responsabilidad.
Pero, añade, le gustaría que la ley fuera más explícita y, por lo tanto, más fácil perseguir a los ladrones de agua, porque ahora no contempla al recurso como tal de forma específica.
La situación que describe Nevárez se presenta debido a que Ley de Agua del Estado de Chihuahua está obsoleta, no contempla el delilto de robo de agua. el ‘aguachicoleo’ se tipifica como el robo de un ‘fluido’.
Aseí se establece el Artículo 209 del Código Penal del Estado de Chihuahua donde se establece que se impondrán las penas previstas en el artículo 208 a quien, sin consentimiento de la persona que legalmente pueda otorgarlo, aproveche energía eléctrica o cualquier otro fluido.
El Artículo 208 contempla el castigo para quien se apodere de una cosa mueble ajena sin consentimiento de quien pueda otorgarlo de forma legal y con ánimo de dominio, es decir, robo en general.
Bajo esta consideración jurídica, la pena mínima es de seis meses a dos años de prisión y multa de 30 a 100 veces el salario, lo que equivale a 6 mil 910.2 pesos y 26 mil 034 pesos, de forma respectiva; la sentencia máxima es de cuatro a 10 años de prisión y multa de 200 (52 mil 068 pesos) a 500 veces (130 mil 170 pesos) el salario, según el monto del daño.
Agrega que, para estimar la cuantía del robo, se atenderá al valor comercial, pero si por alguna circunstancia no fuera estimable en dinero o no fuera posible fijar su valor, se aplicarán de seis meses a 5 años de prisión y multa de 30 (6 mil 910.2 pesos) a 80 veces (20 mil 827.2 pesos) el salario.
En los casos de tentativa de robo, cuando no fuera posible determinar el monto, la pena será de seis meses a dos años de prisión, establece el Código Penal del estado.
Ajena a la situación legal, María habita en una casa que invadió porque no tenía donde vivir, la construcción no contaba con servicios, pero un amigo de su esposo le pasa electricidad desde la suya y otro la conectó a la red de agua potable.
“La verdad es que no pagamos recibos, la casa no es nuestra, pero aquí vivimos porque no tenemos en donde más”, dice a manera de justificación.
Menciona que desconoce por cuanto tiempo más estará habitando ahí, pero mientras no la saquen, continuará viviendo en esa casa, al menos hasta que su esposo busca un mejor trabajo con mayor salario que le permita elevar sus condiciones de vida.
María indica que es la primera vez que ocupa una vivienda que no le pertenece, que lo hace por necesidad y, también por eso, se conectó de forma irregular a la red de la JMAS porque “ni modo que estemos sin agua”.
“En algunos de los casos, cuando encontramos a alguien desperdiciando el agua, se les aplica una multa equivalente a 15 mil pesos, pero en alguno de los casos, cuando encontramos una toma clandestina, lo que hacemos es que nosotros calculamos unos 5 años para atrás y se los cobramos”, explica Nevárez Rodríguez
Cuenta que han ido a lugares en donde cortan el servicio porque no lo pagan, pero las personas contratan a un plomero y se reconectan, la JMAS se da cuenta y se repite el ciclo, por lo se torna en una actividad que se hace una y otra vez.
“Hace poco fuimos a una vecindad y el dueño no quería pagar, tres veces se conectó de diferente manera; igual un señor que tiene 20 locales comerciales, puso un tinaco y no quería pagar el agua porque él la guardaba, pero provenía de la red y no tenía medidor. Le cortamos el agua y ahorita está pagando”, añade.
OTRAS FORMAS DE PERDER AGUA: DESPERDICIOS Y FUGAS
El robo de agua no es la única forma en que se pierde este recurso natural tan escaso en algunas zonas. También se desperdicia en fugas y cuando los usarios dejan de pagar el servicio que reciben en su domicilio, asegura Nevárez Rodríguez.
Explica que actualmente 100 mil cuentas registran un saldo atrasado, lo que representa casi una quinta parte de las 476 mil 400 cuentas que tiene la JMAS.
“No es difícil recuperarlo, pero hace falta mucho trabajo porque son muchas cuentas, hay que detectarlos, ponerles medidores y, en ese caso, obligarlos a pagar”, dice el funcionario.
Muchos de los casos, cuando dejan de pagar el servicio, es porque se trata de casas que están abandonadas, que prácticamente ya no tienen dueño, algunas son puestas a remate.
Actualmente, la JMAS está vendiendo seis bienes inmuebles porque sus dueños tienen adeudos muy altos de agua; otras 20 ya están listas para entrar a ese proceso, aunque debe haber muchísimas más, pero no se cuenta con la capacidad de sacarlas todas, se informó.
Nevárez señala que muchas fugas son ocasionadas por instalaciones muy viejas, y mal equipo.
“Traemos 2 mil fugas al mes, las reparamos, a lo mejor no las reparamos en un mes, pero sí reparó 1 mil 200 o 1 mil 300 fugas y vamos avanzando en el rezago, porque no tengo la capacidad, es muchísimo”, dice el director ejecutivo de la JMAS.
Este desperdicio se genera por muchas razones, entre estas que hay gente que hace una instalación en su casa con mala calidad porque se conecta él solo y deja un tiradero de agua, entonces eso afecta; también porque hay tuberías muy viejas y, cuando le meten presión al sistema, la red “truena” porque es muy vieja.
“Hay gente muy negligente, muy inconsciente, que lo que hace es no cuidar el agua, que es de todos, pensando que hay agua ilimitada o que nosotros no la queremos dar”, dice.
laverdadjz@gmail.com
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Este contenido fue producida como parte de Puente News Collaborative, una asociación binacional de organizaciones de noticias en Ciudad Juárez y El Paso, de la que forma parte La Verdad.
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