“Caminos migrantes”, un espacio de convivencia e intercambio para los emprendimientos de mujeres y familias en situación de movilidad
“Caminos migrantes” es un proyecto que tiene como propósito apoyar a mujeres y familias migrantes o refugiadas en el estado para crear redes de apoyo comunitarias y fomentar sus procesos de integración a través de sus emprendimientos y negocios propios.
Este sábado 24 de junio se llevó a cabo la segunda edición de este bazar dentro de Casa Quinqué, donde participaron 11 emprendimientos liderados por la comunidad migrante y refugiada y tapatía.
Por Aletse Torres en Zona Docs
“Caminos migrantes”, es un espacio de convivencia e intercambio que tiene como propósito dar a conocer los productos y emprendimientos de personas en situación de movilidad y con necesidades protección internacional en el estado, para fomentar su integración.
La iniciativa surge de Caminantas, una red colaborativa y comunitaria que ofrece acompañamiento a mujeres migrantes, refugiadas en movilidad y a sus familias, a través de orientación y asesoría sobre diversos aspectos de los procesos migratorios y necesidades que podría experimentar una persona en esta situación. Puntualmente brindan acompañamiento a quienes buscan conseguir un empleo o emprender un negocio propio en Guadalajara, Jalisco.
El bazar forma parte del programa Inclusión Digna, el cual es ejecutado por AVSI México y el albergue FM4 Paso Libre con el financiamiento compartido de la Unión Europea en México.
Laura Bolívar, integrante de la colectiva, explicó que la falta de redes de apoyo las “motivó” a crear la colectiva y, a su vez, realizar este tipo de eventos para ayudar a más mujeres migrantes a través de estos:
“Conforme pasó el tiempo, nos dimos cuenta de que no éramos las únicas mujeres que nos sentíamos solas desorientadas, sin familia en una ciudad como Guadalajara y caímos en cuenta de la necesidad de tener redes de apoyo” expresó la activista.
La segunda edición del bazar se llevó a cabo este sábado 24 de septiembre en el centro cultural Casa Quinqué, participaron 11 emprendimientos autogestivos de personas en movilidad y de personas locales.
Enjin originaria de Siria, fue una de las vendedoras que estuvo presente, ella decidió sumarse al proyecto para conseguir “un poco de dinero” y compartir un poco de la cultura gastronómica de su país.
En la mesa se veían preparados de hummus, platillo típico de Siria, que sirven principalmente en los desayunos, está hecho a base de garbanzo, ajonjolí, limón y aceite de oliva, explicó. Para ella, estos espacios son una oportunidad para conocer a personas de diversas partes del mundo y, a su vez, es una forma de seguir en “contacto con su cultura”.
También, estuvo presente Vanessa Cepeda junto a su familia, mencionó que decidió unirse al evento para “dar un poco de su cultura” a las personas que asistieron. En su puesto se formaban para comprarle “nacatamales”, los cuales son un platillo típico de Honduras elaborado a base de masa, aceite, carne, arroz y papa en hoja de plátano.
Uno de los sueños de Vanessa es tener su propio puesto de comida con su familia, por eso asiste a estos eventos para “darse” a conocer y obtener un ingreso económico extra:
“Quiero poner mi fondita, allá por donde vivo llevo ya dos años y medio vendiendo y mi idea es tener mi fonda propia”.
Con el deseo de cumplir esta meta en su vida, Vanessa estudia la carrera de Mercadotecnia de manera virtual, para en el futuro emprender y administrar su negocio. Está totalmente segura de que estos eventos son de suma importancia, porque representan una oportunidad de seguir creando redes con más personas y, así, “poder echarse la mano”.
Al lado del puesto de Vanessa, estaba el stand de Laura, Arturo y Rebeca, quienes en esta edición del bazar decidieron vender arroz con leche, gelatinas, donas, pulseras y coipas, que son una especie de pequeños “gorros” que pueden ser usados de diferentes maneras.
Arturo y Rebeca son del estado de Michoacán, pero Laura es nacida en Colombia, comparten el espacio por el camino que han recorrido juntos en el país y como símbolo de solidaridad. Como Vanessa, Rebeca considera que estos espacios les permiten conocer a más personas, involucrarse más y poder conseguir dinero para solventar económicamente algunas necesidades:
“Las cosas están difíciles, nosotros venimos de Michoacán, no siempre se tiene trabajo, esto nos ayuda a tener un poco más de dinero y a acompañarnos con más personas” expresó Laura.
Alma Florente asistió junto con su abuela Gabina Ruiz, ambas son de Jalisco y realizan desde hace varios años figuras de limpiapipas y servilletas bordadas de colores.
Gabina menciona que ya “casi” no se venden las servilletas y que muchas personas quieren “regatear” sus precios, por lo que, el bazar ha sido una oportunidad para que su trabajo sea valorado justa y dignamente:
“Para mí está bien hacer esto, para poder vender algo porque ahora está muy mal la venta y poder ayudarnos, porque la situación está muy complicada, yo soy diabética y en ocasiones no me alcanza para mi medicina” expresa Gabina.
Por ello, Alma explica que es esencial contar con este tipo de espacios, puesto que les dan la oportunidad de ayudarles con sus gastos y conocer nuevos públicos.
El bazar no sólo fue un lugar para la venta de productos, sino, además un espacio para el encuentro y el intercambio, por ello, mientras las madres y jefas del hogar vendían sus productos, se impartió un taller de acuarelas para las infancias asistentes.
Por ello, Laura, integrante de Caminatas, puntualizó que lo primordial del evento y de la colectiva es construir redes de apoyo y poco a poco, erradicar la estigmatización que se tiene sobre la población migrante.
Finalmente, como cierre de las actividades Flor, artista colombiana, tocó algunas cumbias para “animar el alma”.
Si quieres conocer más sobre la colectiva o sobre sus futuros proyectos puedes seguir su página de Facebook Caminantas o en su página de Instagram Caminantas Red.
Integrantes de Caminantas.
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