«Hemos sido río». Caravana por la defensa del agua llega a Ciudad de México

«Hemos sido río». Caravana por la defensa del agua llega a Ciudad de México
Foto: Isabel Velázquez Briseño

Con  una demanda que resuena desde Puebla y que ha pasado por Veracruz y Guerrero, la Caravana por el Agua llegó a las islas de Ciudad Universitaria para poner en la mente de los estudiantes la importancia de la defensa social del agua. La protesta en tono de fiesta parece un llamado primaveral a la articulación tras el aletargamiento de la la pandemia

Texto: Arturo Contreras Camero en Pie de Página

Fotos: Isabel Velázquez Briseño

CIUDAD DE MÉXICO.- Pocos de los que asisten recuerdan cuándo fue que vieron así los pastizales de Las Islas, en el corazón de Ciudad Universitaria de la UNAM. En los pastizales algunos descansan, a los pies de los murales de O’Gorman, frente a la Biblioteca central, hay un escenario. Desde ahí, coplas de rap no paran de animar a quienes pasan a tomarse el tiempo de parar un rato a informarse de qué se trata este festival que enmarca una protesta social que viene desde los pueblos indígenas.

“Solo organizados vamos a tener fuerza, como esta caravana que ha venido visitando los pueblos y sumando conciencias, dando a conocer los problemas que hay y compartiendo las experiencias y los planes de lucha. Esto es por la vida que ustedes cómo juventud tienen”, explica desde el micrófono una mujer que viene desde el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, en donde una planta de Bonafont encarnó la lucha contra distintas empresas de la zona que secaron el agua y la vida agrícola de miles de pobladores.

El festival que ocupa las Islas de CU es la bienvenida que le dan algunos colectivos a la Caravana por el Agua, un esfuerzo organizado por el Congreso Nacional Indígena que aglutina a representantes de nueve estados del país que enfrentan problemas sociales por el agua en sus poblados, la mayoría de ellos rurales e indígenas.

“La pandemia hizo que los movimientos sociales se desarticularan y pues con eventos como este apenas nos estamos integrando”, dice desde el pasto Emilia Gallardo, que junto con un centenar más de personas llenan de barullo la explanada. “Apenas estamos rehabilitando estos espacios, creo que la poca afluencia tiene que ver con eso. No todas las facultades han regresado, y bueno, los problemas ambientales siempre están en las mismas burbujas y de repente es difícil que resuenen”.

Emilia es parte de Contaminantes Anonymus, un colectivo que se reúne en diferentes cafeterías de la ciudad para organizarse para protestar y alzar la voz en diversos temas climáticos.

“Nosotras sabíamos que iban a venir y promocionamos los talleres y las pláticas en nuestro programa de radio por internet, Radionopal”.

Metros más adelante, frente al templete de la biblioteca, cerca de un ojo de agua que hoy, paradójicamente, está seco, a lo largo del día se han dado talleres y pláticas que van desde la Etnografía a los Derechos de los ríos y de la Tierra al Vogue, Femme y Runway o los malabares.

La atmósfera se completa con vendedores ambulantes de lechugas traídas de las trajineras de Xochimilco, collares y pulseras artesanales y las clásicas paletas de hielo que le ganan terreno a los Bon-Ice.

En Ciudad Universitaria reciben a la Caravana por el Agua y la Vida. Pueblos unidos contra el despojo capitalista. Foto: Isabel Briseño

Los problemas de la ciudad

“Aquí venimos a manifestar el rechazo a los desarrollos inmobiliarios en Santa Úrsula Coapa”, dice durante la intervención de los miembros de la Caravana un vecino de esa colonia. En noviembre de 2021, les anunciaron que Televisa planea desarrollar un megacentro comercial con hotel y hospital junto al Estadio Azteca.

Como ha reportado Pie de Página, los vecinos rechazan la construcción por el miedo al desabasto de agua que esto significaría y al posible desplazamiento por gentrificación que podría provocar. “Vamos a poner un amparo”, anuncia el vecino desde la tarima y su voz resuena en el sistema de sonido que los miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas prestaron para el evento.

Al escenario también llega Emanuel, vecino de la Magdalena Atlitic, en donde nace el último río vivo en Ciudad de México, mismo que por las presiones inmobiliarias estaría a punto de desaparecer y ser entubado para aprovecharse en los nuevos departamentos de lujo que se han construido en la parte baja de la delegación ,cerca del Periferico.

Esta es la mitad del camino para la Caravana que desde el 22 de marzo ha pasado por Puebla, Veracruz, Morelos y Guerrero documentando las distintas presiones que hay sobre el agua en los territorios que visita. Durante su recorrido también ha enfrentado las amenazas del crimen organizado, como del grupo de los Ardillos, que los acosó durante su estancia en Guerrero, o de las policías Municipales y Estatales, que les marcaron el camino y las rutas durante el paso por Veracruz.

Integrantes de la comunidad Triqui desplazada de Tierra Blanca Copala se unieron a la caravana por el agua y la vida, donde se exige la salida de la planta Bonafont del estado de Puebla. Foto: Isabel Briseño

“Lo que ellos no saben es que nosotros hemos sido río, hemos sido nube, hemos sido lluvia y hemos sido mar, pero lo hemos olvidado, y por eso no nos pueden detener”.

Ricardo, habitante de Tehuantepec, desde el micrófono.

El apoyo a la Caravana no viene solo desde otros estados, sino también de Alemania, pues una comitiva de ese país, que lucha contra las empresas de carbón, acompaña su recorrido. Mientras una chica rubia explica que en ese país la extracción del mineral es la principal causante de la emisión de Gases de Efecto Invernadero, una persona que lo escucha, desde el público exclama “yo pensaba que en esos países desarrollados no tenían esos problemas”.

Antes de terminar las exposiciones, María de Jesús Patricio, Marichuy, representante del Congreso Nacional Indígena, se dirigió a los asistentes.

Agradeció a los asistentes y organizadores que proporcionaron comida y bebida a los integrantes de la Caravana.»Quisiera referirme un poco a los estudiantes que aquí nos escuchan. Quiero decirles que cuando estudien, prepárense pero no para recibir un documento, sino para defender la vida, que eso vale más que un papel».

«A veces de nuestros pueblos salen hermanos, sobrinos, ahijados. Salen a estudiar y luego les gusta la ciudad y ya no quieren regresar a su comunidad, o se avergüenzan de ser indígenas. Les ofrecen aquí arriba un trabajo (y señaló a la Comisión Nacional del Agua) y hasta se les olvida cómo se llama el frijol y cómo se siembra la tierra».

Marichuy.

Al final, refrendó el objetivo de movimientos como éste: «Hay mucha tarea, los pueblos esperan mucho, esperamos que la visita sea en vano, esperemos que de aquí surja toda la articulación y toda la lucha».

Marichuy les pidió a los jóvenes estudiantes no olvidarse de los pueblos, porque son integrantes de un barrio, de una comunidad, de una colonia. “El conocimiento se debe regresar a los pueblos y no ponerlo al servicio de las grandes empresas que destruyen los territorios”. Foto: Isabel Briseño
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