Convocan a participar en el Primer Foro nacional de mujeres cuidadoras
La organización Los cuidados de cuidar: cuidadoras describen su propia historia, reconoce que, si bien, se tienen nociones generales de cuántas personas cuidadoras hay en el país, no hay estudios que expongan cuántas mujeres están realizando esta tarea. Sin embargo, estiman que 9 de cada 10 cuidadoras de personas adultas mayores son mujeres.
Además, advierten que, históricamente esta labor no ha sido catalogada como trabajo y, con ello, se ha atribuido directamente a las mujeres de las unidades familiares como si se tratase de “su obligación”.
A través del tiempo y en la actualidad, muchas de estas mujeres son responsables de brindar sus cuidados a familiares que lo requieren, como adultos mayores, niñas, niños, o personas con alguna discapacidad. Tal es el caso de Irene, quien además de haber cuidado a su padre con demencia, tenía también a su cuidado a su hija de 12 años, quien tiene una discapacidad motriz.
Para visibilizar el trabajo de cuidados desde una perspectiva de género e interseccional, se han unido para organizar el Primer Foro nacional de mujeres cuidadoras.
Por Samantha Anaya / @Sam_An16
Ilustración de portada e interiores: Facebook Los cuidados de cuidar: cuidadoras describen su propia historia
La organización Los cuidados de cuidar: cuidadoras describen su propia historia presentará este 24 de febrero el Primer Foro nacional de mujeres cuidadoras, evento resultado del trabajo realizado con mujeres cuidadoras de la zona periférica de Guadalajara, Jalisco, durante el año 2021.
“Hablamos de qué herramientas necesitaban para cuidar, si hacía falta herramientas de enfermería, de salud física, entre otras para poderlas capacitar, para que no se desgastaran mientras lo hacían, porque ellas no tienen conocimiento de lo que se requiere para cuidar a una persona adulta mayor con demencia”, comenta la maestra Tanias Gálvez Álvarez, coordinadora del proyecto.
Los cuidados de cuidar es una organización que trabaja para dar tratamientos integrales no farmacológicos a personas que viven con demencias y para sus familiares. A través de una visión integral de la salud (entendiendo que no sólo se trata del tratamiento farmacológico, sino también de la estimulación cognitiva, actividad física y salud emocional):
“A través del acompañamiento comienza esta labor de detectar necesidades, lo que les hace falta a las cuidadoras, que normalmente son las hijas, las esposas. También existen hombres cuidadores que podrían ser los esposos o algún hijo, pero por lo general siempre le están delegando las tareas a las mujeres de la familia”.
Una de ellas es Irene, quien, mientras cuidaba a su padre con demencia, también tenía a su cuidado a su hija de 12 años, quien tiene una discapacidad motriz. Irene comenta que, a pesar de que ella tiene dos hermanos y una hermana, durante los 9 meses que su padre estuvo enfermo, ella fue la única que cuidó de él en todos los aspectos: emocional, económico y, sobre todo, de su salud e integridad.
“Obviamente yo cuidé de él con todo mi amor, pero dado que también tenía que cuidar 24/7 de mi niña, la situación era agobiante, no tenía ningún apoyo por parte de mis hermanos; ningún apoyo por parte de nadie”, narra Irene.
Irene asegura que ella sabía que no era su obligación cuidar de su padre, pero “él siempre fue un padre maravilloso, así que lo menos que yo podía hacer era cuidarlo, porque sé que nadie más lo hubiera hecho. Mis hermanos y hermana se excusaban detrás de ‘ay no puedo, tengo que trabajar’, ‘ay no puedo, tengo que cuidar a mis hijos’, ‘ay no puedo, tengo que arreglar asuntos’, o con la excusa de que viven muy lejos; y qué creen, ¿qué yo no tenía nada que hacer?” narró.
Así como Irene, muchas otras personas cuidadoras, especialmente mujeres, se encuentran solas realizando esta labor, por lo que, Los cuidados de cuidar, busca darles capacitación y acompañamiento, porque “el ser cuidadora no debería de ser un trabajo solitario”. En ese sentido, también buscan que se reconozca la necesidad de los cuidados que ellas también requieren: “porque algo que se empezó a ver mucho es que la salud de las cuidadoras se desgasta más rápidamente que la de la propia persona a la que cuidan, entonces eso nos levantó una alarma de ver qué necesitan ellas para ser acompañadas, y para que se cuidaran a sí mismas, no que se desvivieron por cuidar a su familiar y que ellas se dejaran de lado”.
Problemas y necesidades de las cuidadoras
Tania Gálvez indica que las necesidades de las familias cuidadoras giran en torno a un punto principal: el desconocimiento de cómo atender y cómo cuidar a sus familiares, ya que los médicos solo ofrecen el tratamiento farmacológico: “y ya cada quien ve lo que hace en su casa”. De la misma forma, cuando acuden al sistema de salud pública para recibir los tratamientos gratuitos, “no hay grupos en donde las orienten, no les informan qué recursos hay en el estado o en el municipio para poder atender estas necesidades” sentencia.
La experta enfatiza en que son ellas quienes hacen gran parte del trabajo que le corresponde al sistema de salud pública.
Dado que el trabajo de cuidados lo realizan las 24 horas del día los 7 días de la semana, muchas tienen que dejar sus empleos, y -ni a nivel municipal, estatal o federal-, no existen apoyos económicos destinados para ellas. Tania también señala que el subsidio económico que más les ha beneficiado es el apoyo para las personas adultas mayores, pero no todas lo conocen, “y eso les sirve un poco para solventar el hecho de que ellas ya no pueden trabajar por estar atendiendo a su familiar”.
Irene, por ejemplo, tuvo que enfrentarse a una angustiante situación económica mientras cuidaba de su padre e hija, ya que no podía conseguir un empleo remunerado por la demanda de tiempo que el trabajo de cuidados le requería. Además, algunos de los medicamentos que su papá necesitaba no se los daban en el seguro social porque no los había, así que este era uno de sus mayores gastos:
“Recuerdo que el medicamento más costoso era el anticoagulante, el que costaba $550 más o menos, pero la caja sólo le duraba una semana. Yo le pedía a mis hermanos que mínimo me ayudaran con eso, pero siempre me decían que no tenían dinero”.
Otra de las necesidades que no son previstas es que, si bien, hay muchas mujeres cuidadoras que se dedican a esto de forma laboral, esta labor no es reconocida como un trabajo formal, por lo tanto, no hay ningún sindicato ni regularizaciones al respecto, así que se desconoce cuánto hay que pagar por su trabajo:
“La mayoría hace trabajos muy desgastantes y cobran muy poco por lo que hacen, además con exigencias extremas por parte de la familia que las contratan, porque tampoco la familia sabe cuánto pagarles, porque asumen que van a estar en la casa, entonces que el trabajo que hace es menos válido. Esto es un desconocimiento social y político, porque no hay una pauta que nos oriente para saber cómo regular su trabajo, y la sociedad no lo ve como un trabajo válido” expresó Tania.
Primer Foro nacional de mujeres cuidadoras
La coordinadora de esta organización, apunta con urgencia la necesidad de reconocer el trabajo de cuidados en México como un empleo formal, de tal manera que, esto contribuya a visibilizar las desigualdades y vulnerabilidades a las que se enfrentan: “no se hablaba sobre el cómo se les exigiendo y se les pone en condiciones de pobreza por ser ellas quienes son las encargadas de estos cuidados” apuntó.
Consideró que otro de los temas pendientes es que el Estado destine subsidios económicos para ellas, ya que, “si no se hace cargo de estas personas que requieren cuidados, pues dar apoyos económicos para ellas es lo mínimo que pueden hacer”.
Aunado a ello, también se requiere que se dé mayor prioridad a la salud de las cuidadoras, ya que muchas veces ellas no tienen acceso a servicios de salud, como Irene, quien tuvo que pagar un servicio de salud particular para atenderse médicamente.
En cuanto a la cantidad de mujeres cuidadoras que hay en el país, Tania señala que no existen estudios sobre la cifra de mujeres cuidadoras, porque, a decir de la especialista, se considera que ésta es su responsabilidad, ya que es el rol social que se les ha impuesto. Por esta razón, la especialista considera que esta es otra de las deudas que el Estado mexicano tiene hacia con ellas.
Frente a estas ausencias y omisiones, Tania explica que el Primer Foro nacional de mujeres cuidadoras busca que ellas dejen de normalizar esta idea de que les corresponde el cuidado de sus familiares adultos mayores por el sólo hecho de ser mujeres.
“El cuestionarse esto durante todo el programa fue un proceso que ellas nos han dicho ha sido muy liberador, porque se dan cuenta de que lo que están haciendo va más allá de ser una obligación por designación asumida, sino que realmente hay todo una razón social de por qué se les asigna socialmente a ellas esta labor de cuidados; por qué si no son las únicas hijas, por qué si hay más familia se les deja a ellas todo el trabajo”.
Adicionalmente, se pretende que puedan informarse sobre cómo llevar a cabo su labor de cuidado, sin poner en riesgo su salud, además de visibilizar sus historias como mujeres cuidadoras:
“Queremos aportar a ampliar esta visión, sobre lo que se requiere para cuidar y no asumirlo como una tarea que se hace en soledad, y hasta cierto punto exigir mejores condiciones para ejercer este cuidado, y también ampliar la visión de las demás personas”.
Si quieres formar parte del Primer Foro Nacional de Mujeres Cuidadoras puedes hacerlo a través del siguiente enlace de inscripción: https://forms.gle/JpqZdH9oKV9W5gsa7
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