Otro año más lejos de Haití: Extrañamos el baile, la sopa de calabaza y a nuestras familias
Diana Manzo | Fotos: Diana Manzo en Página 3
Ixtepec, Oax. (página3.mx).- ¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino!… cantan en coro migrantes de Haití en el albergue “Hermanos en el Camino”. Están en Ciudad Ixtepec, Oaxaca, y mientras observan cómo rompen la piñata, una tradición que no conocían y que durante su estancia en este refugio han disfrutado para despedir el 2021.
Refieren que es otro año más que pasarán lejos de Haití y de su familia; donde no habrá sopa de calabaza, menú típico que consumen en la cena de fin de año.
En la plazuela principal, una mujer negra y de labios gruesos cruza con una charola al hombro y se dirige a la cocina. Al preguntarle sobre su estado anímico, solo sonríe y me da la mano.
No habla español, es haitiana y su nombre es Benadert, tiene 35 años de edad.Llegó junto con esposo y cuatro hijos, tres adolescentes y una niña de 10 años huyendo de la crisis económica y delincuencia que viven en su país.
En octubre pasado, un grupo de 150 haitianos llegaron al Albergue Hermanos en el Camino, la mitad del grupo decidió avanzar su camino.
Las personas que se quedaron han tramitado sus documentos para su estancia legal en México; como es la tarjeta de visitantes por razones humanitarias con duración de un año, porque tienen la intención de estudiar y trabajar.
“Los haitianos haremos colonia en Ixtepec, Oaxaca”, afirma sonriendo Jean Wilbert, migrante haitiano a quien nombraron promotor y enlace para sus trámites de estancia legal en México. Este hombre afro de 35 años de edad llegó con su esposa y su hijo, habla español y asegura que la meta de los haitianos es mejorar su nivel educativo y laboral.
Otro año más lejos de Haití y de sus familias
“Mi sueño es ser ingeniero civil”, dijo al señalar que con el apoyo del sacerdote Alejandro Solalinde Guerra iniciaron clases para las niñas y niños haitianos.
Habilitaron un espacio dentro del refugio, y lo mejor -afirmó- es que muchos de ellos, también ya consiguieron empleo a través del programa Bienestar.
Jean es soldador y confiesa que desde que salió de Haití en 2015, lo que más extraña es a su familia, los bailes y la sopa de calabaza de fin de año. Para ellos es más que un platillo, es identidad, libertad y resistencia, porque durante el dominio francés y español era prohibido su consumo.
“Pasar un fin de año lejos de casa es muy difícil, y más porque la familia está lejos”, recuerda Jean, que pasa otro año lejos de Haití, al señalar que durante estos tres meses que lleva viviendo en Ixtepec, Oaxaca, su única meta es mejorar las condiciones de su familia.
Además de tacos al pastor, cochinita pibil, agua de horchata y dulces típicos, a Jean le ha gustado la tradición de fin de año en México. Es la primera vez que rompió una piñata y eso lo dejó maravillado.
Más de 2427 kilómetros recorridos
Un hombre joven negro y barbado está sentado debajo de un frondoso huanacaztle, un árbol tradicional que se encuentra dentro del refugio. Samius de 27 años es bibliotecario, migrante haitiano y ahora vive en México.
Para llegar a Ixtepec tuvo una travesía de 2 mil 427 kilómetros. Tomó taxis, camiones, combis y caminó por senderos espinosos y solitarios en territorio oaxaqueño durante más de una semana.
Habla inglés y español y eso es relevante para la comunidad haitiana que vive en el refugio.
Les ha asistido como traductor con migrantes centroamericanos, especialmente hondureños que esperan también su tarjeta migratoria.“Tendremos fiesta grande de fin de año”, dice Samius, quien sonríe poco pero está a gusto y siente libertad por estar en México de paso, porque su sueño es llegar a Estados Unidos.
Samius huyó de su país cuando asesinaron a su padre, porque temía que le ocurriera lo mismo y llegó a México para buscar refugio.“Allá ya no se puede vivir, mi madre se quedó y mis amigos, extraño la fiesta y la algarabía, pero vale más mi vida, uno aprende a vivir de la soledad”, recalcó.
Las personas Haitianas llegaron al Refugio
El menú que cenarían en fin de año en el refugio aún no se decidía (al momento de la entrevista), pero este año es relevante explica, Lorena Hernández. La encargada del tema de refugio en el Albergue Hermanos en el Camino aseguró que las personas migrantes de origen haitiano son la sorpresa para el refugio.
“Ellos nos cuentan que vivían bien allá en Haití, pero con la pandemia de coronavirus cerraron establecimientos, negocios y no hubo de otra que migrar, y aquí están y viven unidos con nosotros”.
De acuerdo con datos del Albergue, actualmente hay 250 personas refugiadas, 80 de ellas son de origen haitiano y la intención es acelerar su trámite para que puedan transitar por México sin ser detenidos.
En los últimos tres meses, aseguró Lorena Hernández, han llegado cuatro grupos de haitianos; aunque el 50 por ciento decidió avanzar su camino, quienes se quedaron se han adaptado y ahora hasta fundaron una escuela dentro del refugio.
En julio del 2021, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, se registró un récord de personas migrantes detenidas de un total de 212 mil indocumentados.
El octubre pasado, el Instituto Nacional de Migración (INM) informó que llevó a cabo el retorno de personas migrantes originarias de Haití.
Ello luego que en septiembre se instaló en las oficinas centrales del INM una mesa permanente entre representantes de los gobiernos de México y Haití. La finalidad es atender las necesidades de la población migrante de origen haitiano, ubicadas en territorio nacional.
Desde el 2018, el gobierno mexicano endureció la frontera sur de México; sin embargo, miles de migrantes de Centroamérica han ingresado a territorio mexicano a través de caravanas. En la última de noviembre 2021 que cruzó el territorio oaxaqueño viajaban de los países de Haití, Venezuela, Cuba, y Colombia; pero también han ingresado personas migrantes de origen africano y asiático.
Todas las personas migrantes vienen con el objetivo de llegar a los Estados Unidos de Norteamérica.
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