El museo de la ‘cuna del rebozo’ deja fuera a sus artesanos

El museo de la ‘cuna del rebozo’ deja fuera a sus artesanos

El único recinto en México especializado en rebozos, ubicado en Santa María del Río, San Luis Potosí, prioriza la presencia de intermediarios que venden piratería y relega a productores artesanos que integran la Escuela-Taller del Rebozo

Texto: Marcela Del Muro y Nahúm Delgado en Pie de Página

Foto: Archivo Secretaría de Cultura de San Luis Potosí

SANTA MARÍA DEL RÍO, SAN LUIS POTOSÍ.- Cuando la banda de música terminó de tocar, la secretaria de cultura de San Luis Potosí, Martha Elizabeth Torres Méndez, se despidió de los asistentes al evento. Era el domingo 19 de diciembre, el último día del bazar navideño organizado en la Casa del Rebozo, Espacio del Universo Artesanal Potosino. Este museo es el único lugar en México especializado en ésta icónica prenda y está ubicado en Santa María del Río, el último municipio en el estado bautizado como Pueblo Mágico y reconocido nacionalmente como la Cuna del rebozo.

Como agradecimiento por la visita, la directora del museo, la maestra Araceli Navarro, obsequió a la secretaria una capa magenta con un pequeño tejido de aproximadamente, 10 centímetros y un largo empuntado que le envolvía el torso. Ese accesorio fue el objeto más visible del único stand de rebozos en el bazar, donde también había un mostrador de madera con más de una decena de chalinas de artisela de varios colores lisos.

Ninguna de estas prendas pueden ser nombradas como rebozos y muy posiblemente sean hechas industrialmente. “No hay artesano en Santa María de Río que confeccione (prendas) y borde chalinas porque para ninguno de nosotros es redituable”, señaló un rebocero local.

El artesano explicó que la mayoría de las prendas lisas o de rayas, conocidas como chalinas, que se venden en las distintas tiendas del pueblo son hechas con máquinas y lo único hecho a mano, a veces, son los empuntados que cuelgan, que además son pagados a los artesanos a precios muy bajos, de 300 a 400 pesos. En el stand, una chalina de artisela era vendida a mil 200 pesos.

El bazar navideño fue el primer evento realizado por la nueva directora del museo, que ocupa el puesto desde el pasado 24 de noviembre. El programa incluyó un grupo de modelaje de rebozos, un concierto por parte de la Banda de Música del Gobierno del Estado y la exhibición pictórica de Harold Augusto González, exdirector de turismo en el municipio.

Hubo tres stands de artesanías y el único espacio dedicado a la exhibición del trabajo artesanal rebocero fue ocupado por la tienda El Turista. Este establecimiento, al igual que el resto de las tiendas de rebozos que se encuentran en el pueblo, son intermediarios. Los artesanos de la escuela denuncian que los tratos con esos comercios son injustos.

“Cuando va un artesano con la necesidad de vender un rebozo caramelo le dan 600 pesos”, comentó el rebocero. Una mujer artesana dijo que cuando venden a revendedores lo máximo que puedes ganar por una pieza de artisela son mil 500 pesos. Un rebozo de ese estilo y material se ofertaba en 4 mil 500 pesos en el stand del bazar. A unos pasos de ahí, en la última sala del museo, se encuentra la tienda la Casa del Artesano -espacio administrado por la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO)- donde una prenda de ese tipo cuesta 3 mil 200 pesos, pero esta pieza tiene la garantía del trabajo artesanal y del pago justo.

El lugar especializado en el rebozo

Araceli Navarro es la segunda directora de la Casa del Rebozo, que depende del Gobierno del Estado. Este museo tiene apenas  dos años de funcionamiento -desde agosto del 2019- y se creó con la finalidad de investigar, preservar y difundir la diversidad de artesanías potosinas, pero poniendo mayor énfasis en el rebozo. Una parte esencial del museo, al inicio, fue promover el trabajo artesanal digno de los reboceros locales y aún se puede apreciar en la exposición.

En la sala principal del museo se encuentran exhibidos ocho majestuosos rebozos de seda con la identidad textil sanmarinense, que van desde los tradicionales, como el de bolita y caramelo; los rebozos de rescate, que son réplicas de prendas antiguas; y los nuevos diseños de rebozos de innovación. Todos ellos fueron realizados por artesanos locales y han sido premiados y reconocidos en México y el mundo.

Aunque el museo sea relativamente nuevo, el recinto que lo alberga tiene muchos años de  historia. Aquí, el 20 de noviembre de 1953 se fundó la primera Escuela-Taller del Rebozo en el municipio. Desde entonces, es un espacio de aprendizaje que ha visto pasar varias generaciones de artesanos, que han preservado la tradición de tejer rebozos en telar de cintura. Este sitio, al igual que la tienda, es administrado por la Sedeco y actualmente es el lugar de trabajo de 19 artesanos locales.

Un rebozo típico de Santa María del Río es de seda, tejido con telar de cintura y teñido de forma tradicional con plantas e insectos, como el añil, la cochinilla grana, los líquenes entre otros. Su color es opaco y es una prenda ligera, pesa aproximadamente 190 gramos, pero abrigadora por lo cerrado del bordado. Un rebozo de seda pasa por en medio de un anillo del número 5 y la tela siempre tiene diseño, esas son las dos pruebas de fuego para comprobar su autenticidad. En el pueblo también se realizan rebozos de artisela, que son más económicos, pero llevan el mismo trabajo artesanal.

Los reboceros tardan mínimo un mes en hacer un rebozo, uno más elaborado puede tardar desde tres hasta seis meses. “Y ves las tienditas que están forradas de chalinas. Hacemos un rebozo en un mes, ¿cuándo tendríamos producción para tener forrado todo un stand de rebozos?”, comentaron los artesanos.

El prestigio de los artesanos de la Escuela-Taller del Rebozo

Hasta ahora, el único rebocero en la Escuela-Taller del Rebozo que realiza piezas de innovación es el maestro Arturo Estrada, quien tiene 41 años en este oficio. Una mujer artesana lo define como un “hombre generoso que comparte sus saberes” y ha defendido la dignidad del trabajo artesanal, pero también relata cómo su obra ha sido continuamente replicada por otros talleres artesanales en el pueblo. Su prestigio ha traspasado fronteras, siendo un referente del rebozo a nivel nacional e internacional.

El pasado 1 de diciembre, durante la presentación del tercer informe de gobierno del presidente Andres Manuel López Obrador, Beatriz Gutierrez Müller lució una pieza realizada por el maestro Arturo Estrada: un rebozo de seda en color hueso con patrones a rayas, triángulos y zigzag negros, que fue convertido a gabán con un cinturón.

Ese rebozo fue una comisión encomendada por la Sedeco y un obsequio de parte del exgobernador Juan Manuel Carreras López.

Abrir el museo al intermediarismo

“Nosotros tenemos una lucha muy fuerte con la pirateria, nosotros estamos tratando de personalizar cada rebozo con (la leyenda) ‘hecho a mano’. Pero es imposible pelear, a las tiendas les llegan cientos de telas de chalina de todos los colores”, contó un maestro rebocero. “Pero ahora la dirección es la que está haciendo cosas que nos perjudican, como meter a las tiendas que venden piratería al museo. (Con esto) la maestra está aceptando y está certificando al producto industrializado”.

Entre los artesanos de la escuela hay preocupación por los rumores sobre el gran poder que tiene la maestra Araceli Navarro, hermana del diputado federal Juan Manuel Navarro. Por esta razón, en este relato no encuentras nombres propios, para proteger a los reboceros de posibles represalias.

La doctora Claudia Rocha Valverde, que se ha especializado en textiles artesanales de la zona huasteca, explicó que la problemática de los lugares turísticos, como el Pueblo Mágico de Santa María del Río, es que los modos de producción siguen manteniendo subyugado a los pequeños productores o creadores. Una mujer artesana que realiza los repacejos de las chalinas industriales recibiendo pagos injustos de los revendedores, es un claro ejemplo. “Las artesanas se vuelven maquiladoras de su propia cultura”, dijo la doctora.

Entre los pasillos del museo se escucha con regularidad que los turistas lleguen con chalinas de algodón, posiblemente de producción industrial, que fueron vendidas como rebozos típicos del lugar, hechos por manos artesanas y cobrados cómo tal. “El intermediarismo es un eslabón muy peligroso porque impide que exista un comercio justo”, comentó la doctora Rocha.

¿Cómo proteger el trabajo artesanal digno de las artesanas y artesanos?

Antes de recibir el obsequio de la directora del museo, la secretaria de cultura se probó un modelo igual al accesorio regalado, pero en color amarillo, y posó para la cámara del museo. Estas fotografías fueron publicadas en la página de Facebook de la Casa del Rebozo. El pasado 21 de diciembre, la fotografía trascendió en el medio local La Orquesta, que publicó una denuncia que acusa a Araceli Navarro de permitir la venta de pirateria, en el bazar navideño, al interior del Museo Casa del Rebozo, privilegiando a los intermediarios por encima del trabajo de artesanos.

Al día siguiente, a través de un comunicado la Secretaría de Cultura Estatal negó que este accesorio fuera pirata: “La artesana Ma. Cleotilde Santamaría Cano elabora una prenda original similar al tradicional rebozo, la cual cuenta con un rapacejo de estola tejido en articela y con la cual aparece en las fotografías la secretaria de Cultura”, esta prenda costaba 2 mil 500 pesos en el bazar y era vendida por una de las tiendas que los reboceros han denunciado como revendedores que pagan injustamente a los artesanos.

“El plagio cultural va de la mano de la histórica discriminación de las comunidades, que se justifica con homenajes a los trabajos artesanales. Pero cuando ese elemento no te corresponde, no es de tu cultura, no deberías hacer negocio con eso. Si no les beneficia a los artesanos directamente es plagio”, comentó la doctora Rocha Valverde.

Desde el año 2016, el rebozo de Santa María del Río y su elaboración tradicional son Patrimonio Cultural Intangible del Estado de San Luis Potosí. Recientemente, la Senadora federal Susana Harp Iturribarría impulsó la Ley General de Salvaguardia de los Elementos de la Cultura e Identidad de los Pueblos y Comunidades Indígenas, Afromexicanas y Equiparables, uno de sus objetivos es “sancionar el uso, aprovechamiento, comercialización y explotación sin consentimiento, a cargo de terceros, de los elementos de la cultura e identidad de los pueblos y comunidades indígenas, afromexicanos o equiparables”.

A pesar de los esfuerzos de los artesanos locales por la preservación de su patrimonio y las legislaciones vigentes en la materia, el rebozo y su trabajo artesanal en Santa María del Río se encuentran en riesgo. “Los artesanos ya saben hacer las cosas, pero le toca a las instituciones proveerlos de lo necesario para que ellos se vuelvan empresarios de sus propias artesanías”, opina la doctora Rocha Valverde.

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