El cuerpo de Liliana Lozada fue abandonado en un paraje de Atlixco tras su feminicidio
El feminicidio de Liliana Lozada de Jesús y su investigación muestra, una vez más, como las autoridades de justicia en Puebla revictimizan y violan los procesos
Texto y fotos: Ernesto Aroche Aguilar / Lado B
PUEBLA.- A Liliana Lozada de Jesús, la joven madre que acudió a Atlixco a trabajar el pasado 3 de enero, la mataron. Su cuerpo fue abandonado en las inmediaciones de la Exhacienda La Acocota, en los límites entre Atlixco y Huaquechula, y ahí pasó los últimos 18 días hasta que un campesino de la zona la localizó.
La semana pasada la secretaria de Gobernación, Ana Lucia Hill Mayoral, durante su comparecencia en el Congreso del Estado presumió que en Puebla se registraron 37 feminicidios, una cifra que representa un descenso en los datos de años previos, aunque organizaciones como el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y Reproductivos elevan la cifra hasta 58 posibles feminicidios, de acuerdo con una nota del portal Ángulo 7.
En ese mismo periodo el Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 77 homicidios dolosos de mujeres en Puebla. Si se suman a los 37 feminicidios, podemos decir que en la entidad una mujer fue asesinada de manera no accidental cada tres días.
Con Liliana Lozada la cuenta vuelve a ceros y comienza un nuevo conteo de feminicidios. El suyo fue el primer feminicidio de 2022 en el estado, aunque ni las autoridades de Seguridad Pública ni la Fiscalía del estado han dado a conocer los detalles del caso.
Dos semanas después, en Zoquitlán, en los linderos de Puebla y Oaxaca, una niña de 10 años fue abusada sexualmente y después asesinada.
Lejos del discurso oficial y de celebrar que hayan bajado los datos oficiales lo cierto es que la violencia por razones de género en contra de mujeres y niñas está muy lejos de contenerse en el estado.
Desaparecida por casi 20 días
A Liliana la reportaron como desaparecida el 3 de enero. Ese día, contaron a la prensa sus familiares, tomó un vehículo de transporte ejecutivo y se trasladó a Atlixco a atender un llamado de trabajo.
Tras las primeras horas de la desaparición la familia denunció la situación en redes sociales, buscando alguna información o indició del paradero de Liliana; a la par lo hicieron ante las autoridades estatales.
Luego comenzaron las manifestaciones de familiares ante la lentitud de las investigaciones policiales. Días después desde la Fiscalía comenzaron a filtrarse a medios datos revictimizantes de la investigación.
“Ustedes metieron a los medios”, le recriminaron a la familia cuando les pidieron que dejaran de hacerlo.
De hecho el pasado viernes 21 de enero se filtró a medios el hallazgo de lo que se presumía era el cuerpo de Liliana, para ese momento la familia aún no había reconocido el cuerpo ni se tenían certezas. Pasaron más de 24 horas para la confirmación.
Este domingo finalmente la familia sepultó a la joven mujer. Hasta el momento no hay ninguna persona detenida responsable del crimen.
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