Piden a AMLO expropiar sitio arqueológico de Nombre de Dios
Texto y fotografías por Raúl Fernando en Raíchali
En las puertas del Palacio Nacional en la Ciudad de México, aproximadamente a 1,437 km de distancia de la Sierra Nombre de Dios en ciudad Chihuahua, un ciudadano entregó un oficio dirigido a Andrés Manuel López Obrador para pedirle expropiar la zona del sitio arqueológico de Navacoloaba por el peligro que corre de desaparecer.
Un simpatizante del movimiento Salvemos los Cerros de Chihuahua hizo fila en una transitada calle del centro de la capital para poder entregar el documento. No lo logró el primer día, pues el horario de atención se redujo por la contingencia sanitaria, pero su copia ya tiene el sello de recibido. En teoría, el presidente de la república tendrá que leerlo.
El documento pide al presidente que expropie una zona en la Sierra Nombre de Dios, una formación montañosa que poco a poco está siendo rodeada por la mancha urbana de Chihuahua capital, por su valor histórico y cultural para el estado.
En la zona señalada se encuentran al menos dos abrigos rocosos con pinturas rupestres, los cuales fueron registrados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en 1994. En uno de ellos, conocido popularmente como Cueva de la Rana o el Castillo Rojo, se pueden ver lo que parece ser una rana, líneas en zig zag y otras representaciones naturalistas y abstractas, plasmadas con un mineral rojo en el muro de roca. En el otro muro se repiten algunas de estas figuras y apenas se alcanza a distinguir lo que parece un ser humano.
El oficio solicita que se reconozca al área arqueológica como patrimonio cultural de la nación mexicana y que se expropie “debido al peligro que corre la integridad del área que se encuentra en riesgo de desaparecer debido a actividades económicas como lo es la minería, la urbanización, la contaminación y el abandono mismo propiciado por las autoridades desde hace décadas”.
El acceso a la zona arqueológica está restringido por una cerca, aunque regularmente es visitado por senderistas y escaladores. Las formas de las rocas son muy atractivas para estos últimos.
“La importancia de este sitio es del más alto nivel para la cultura e identidad chihuahuense”, declaró Luis Rivera, vocero del movimiento Salvemos los Cerros de Chihuahua en entrevista con Raíchali, “ya que representa la memoria y el legado de una antigua población indígena de la etnia Yoli o Conchos, dónde además se inició la colonización de Chihuahua, con la Misión de San Cristóbal y dónde ocurrieron acontecimientos fundamentales para nuestra historia, como las grandes rebeliones del Siglo XVI”.
De acuerdo con Rivera, existe un antecedente de un caso similar, cuando en 1968 el gobierno federal decidió expropiar el sitio arqueológico de Cuicuilco, al sur de la Ciudad de México, gracias al movimiento estudiantil de la época.
Francisco Mendiola, el arqueólogo que registró y estudió las pinturas de la Sierra de Nombre de Dios a mediados de los noventa, consideró que esta petición es “muy importante y trascendente”, y espera que el presidente emita una respuesta al respecto.
Es posible que estas pinturas hayan sido realizadas por miembros del pueblo yoli, llamados conchos en español, que habitaban la Sierra Nombre de Dios y las riberas del Río Sacramento desde mucho antes que llegara la colonización europea, aunque también se tiene registro de asentamientos rarámuri en la misma zona.
El nombre Navacoloaba probablemente es de origen yoli y significa “lugar donde se revuelven los ríos”, de acuerdo a una deducción atribuida comúnmente a Enrique Servín, quien habría desmenuzado la palabra a través del rarámuri y el guarijío, lenguas parientes del extinto idioma concho.
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