Nueva oleada de migrantes, la otra crisis en Ciudad Juárez
Mientras más migrantes llegan con la esperanza de cruzar a Estados Unidos, cientos son retornados a diario desde territorio estadounidense; muchos se quedan varados y en el limbo en esta frontera
Texto: Gabriela Minjáres y Verónica Martínez / La Verdad
Fotografías: Verónica Martínez
La creciente llegada de migrantes a Ciudad Juárez alertó a las autoridades, instituciones y grupos civiles que atienden en esta frontera a las personas que se desplazan a la región con la intención de cruzar a Estados Unidos.
Por el río Bravo, por los puentes internacionales y zonas desérticas, que van de Anapra a San Jerónimo, el Valle de Juárez o hasta por Palomas –localidad ubicada en el municipio de Ascensión–, cientos de migrantes han buscado ingresar en las últimas semanas a territorio estadounidense. Quienes logran cruzar son expulsados casi de inmediato a México.
Esta comunidad fronteriza se está convirtiendo en un punto de concentración masiva de migrantes que llegan principalmente de países centroamericanos, como Guatemala, El Salvador y Honduras, así como de estados del sur de México, como Michoacán y Guerrero; además, del flujo que es retornado bajo el Título 42 desde Estados Unidos.
La situación encendió la alerta en los albergues –operados en su mayoría por organizaciones civiles y religiosas– así como a las autoridades, quienes comienzan a presentar dificultades para atender a la nueva oleada de migrantes.
“Se ha detectado un aumento significativo de casos, el personal nos reporta que los albergues están saturados y que cada vez más hay más gente, por lo que las instituciones y grupos que colaboran para atender a los migrantes ven un foco rojo en la región”, dice personal de una organización internacional que atiende a migrantes en la ciudad, pero que pide no ser identificado por no contar con autorización para hacer declaraciones públicas sobre el tema.
La alerta es confirmada por el director del albergue El Buen Samaritano, el pastor Juan Fierro García, quien asegura que la Red de Albergues, que opera bajo la coordinación del Consejo Estatal de Población (Coespo), se prepara para una nueva ola de migrantes que podría alcanzar los niveles de hace dos años.
“Sí estamos ante un foco rojo porque de alguna manera ya hemos tenido en la Red dos reuniones en las que estamos viendo cómo vamos a implementar las medidas en este tiempo de pandemia y los albergues que podamos atender a las personas que están llegando, sabemos que probablemente pueda ser como en el 2019, que se incrementara mucho la ola migratoria aquí, aunque no en caravana, poco a poco están llegando y al final de cuentas como no están pasando se van a ir acumulando en la frontera”, revela.
Este incremento significativo del flujo de migrantes se ha detectado por el Consejo Estatal de Población de Chihuahua, con un aumento en la demanda de espacios en albergues y la presencia de extranjeros en el Centro de Atención Integral a Migrantes (CAIM).
También el Grupo Beta, del Instituto Nacional de Migración, reporta un incremento en sus actividades. Los agentes de auxilio a migrantes aseguran que a diario atienden a unas 100 personas retornadas por autoridades estadounidenses.
Esta nueva ola de personas que arriba a la región coincide con el inicio del gobierno de Joe Biden, quien al relevar en la presidencia de Estados Unidos a Donald Trump dio un giro a la política migratoria, al presentar una iniciativa de reforma que abre la puerta a la ciudadanía a millones de indocumentados y reactivar la entrada de los solicitantes de asilo humanitario que esperaban en México bajo el programa Protocolo de Protección de Migrante (MPP, por sus siglas en inglés) .
SUPERAN A LOS ‘MPP’ QUE CRUZAN A EEUU
La Coespo y encargados de la red de albergues atribuyen el flujo de migración a una “completa desinformación” que hay entre los migrantes, quienes piensan que ahora tienen más posibilidades de llegar al país norteamericano y se aventuran a la frontera norte de México con el propósito de solicitar asilo en Estados Unidos.
La cantidad de migrantes que recién ha llegado a la ciudad es tanta que Fierro García sostiene que supera por mucho a los que han ingresado a la Unión Americana bajo el Protocolo de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés).
“Están llegando más personas que las que están saliendo de MPP”, sostiene el pastor del albergue que se localiza en el poniente de la ciudad, en la colonia Luis Echeverría.
Explica que tan solo del 26 de febrero, que inició por Ciudad Juárez el cruce de migrantes bajo el Programa MPP, hasta el sábado 13 de marzo habían salido del albergue 19 personas. Sin embargo, en ese mismo periodo ingresaron 23 que recién llegaron a la frontera.
Datos oficiales difundidos por la Acnur, la agencia de la ONU para refugiados, indican que hasta este 17 de mazo han cruzado a Estados Unidos por Juárez 538 personas bajo el programa MPP.
“Estas personas llegaron a la ciudad y algunos se cruzaron para Estados Unidos y los regresaron, nos los hicieron llegar por medio de Coespo porque establecimos una red como filtro, estamos trabajando en eso, ahorita recibí pocas personas porque el área está todavía limitada, la estamos preparando para poder recibir mujeres con niños, desde brazos hasta 10 o 12 años”, agrega.
El Buen Samaritano da refugio a 79 personas, de las cuales 30 están bajo el programa MPP y el resto se encuentran en espera bajo la disposición del Título 42, orden impuesta durante la administración de Donald Trump para expulsar extranjeros que buscaban asilo en la frontera con la pandemia como pretexto.
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El número de detenciones de migrantes en la frontera suroeste de Estados Unidos se ha incrementado desde abril del 2020 debido a la violencia, pobreza desastres naturales y la falta de recursos en centroamerica, dicen autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés).
En febrero pasado se reportó un aumento de 28 por ciento de detenciones en su frontera con México, en comparación con el total en enero. En El Paso, las cifras de este 2021 exhibe un incremento de un 24 por ciento, al pasar de 10 mil 617 detenciones en enero a 13 mil 181 en febrero.
Se ha registrado un mayor número de familias intentando cruzar a Estados Unidos seguido por menores no acompañados, reportan las autoridades de Estados Unidos.
Bajo el Título 42, programa que permite a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (Border Patrol) y CBP prohibir la entrada a migrantes indocumentados por la emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-19, se han expulsado 72 mil 113 migrantes por la frontera sur desde su promulgación por Trump. Se estima que más de 26 mil han sido devueltas bajo la administración de Biden.
“Debido a las restricciones de COVID-19, la frontera no está abierta y la gran mayoría de las personas están siendo retornada bajo el Título 42. No les crean a los contrabandistas u otros que dicen lo contrario”, dijo Troy Miller, alto funcionario que desempeña los deberes del comisionado de CBP.
De la misma forma, autoridades mexicanas reiteran el mensaje de que no es el momento de llagar a la frontera y solicitantes de asilo serán devueltos a México.
LA OTRA CRISIS MIGRATORIA
Enrique Valenzuela, coordinador general del Coespo, señala que traficantes de migrantes, en el sur de México y países centroamericanos, les han hecho creer a los migrantes que ya se ha abierto la frontera, debido a que los casos de MPP han podido cruzar a Estados Unidos.
A diferencia de las personas que permanecen en México bajo el programa MPP que finalizó en febrero de este año, los migrantes que han llegado recientemente a la frontera quedan en el limbo migratorio, sin documentación ni oportunidades para trabajar formalmente.
“Por eso ahora la situación esta doblemente, o triplemente, más compleja”, dijo el funcionario explicando que a estas personas les falta una calidad migratoria “para poder integrarse social y productivamente” y en consecuencia, muchos quedan expuestos a la explotación por parte de grupos delictivos y traficantes.
A esta situación se le agrega la complejidad de canalizar a los migrantes, que vienen del sur y son retornados del norte, a diferentes albergues, tomando las precauciones necesarias para evitar el contagio de COVID-19.
Al ser retornados a Juárez por autoridades estadounidenses, los migrantes son recibidos en el Centro de Atención Integral a Migrantes, administrado por el Coespo, donde se les da una asesoría sobre su situación actual y sus opciones: intentar un proceso migratorio o volver a sus países de origen.
El INM y la Organización Internacional para las Migraciones ofrecen ayuda para que puedan regresar a sus países y acceso a pruebas de COVID-19. Las personas que deciden permanecer en México pasan por los hoteles filtro y después son canalizados a diferentes refugios en la ciudad.
Con pocos espacios disponibles, el Coespo, en colaboración con asociaciones locales e internacionales, buscan abrir más albergues filtro y fortalecer los ya existentes.
“Es un fenómeno global que localmente nosotros no provocamos, pero nos toca ver las consecuencias”, dice Valenzuela.
Fierro García comenta que todos los albergues que operan en la Red han adaptado áreas filtro para estar en condiciones de recibir migrantes que recién llegan a la ciudad y de esta manera mantenerlos en observación durante 14 días como medida preventiva para evitar la propagación del COVID-19.
Agrega que el propósito de esta medida es que todos los alberguen colaboren de manera conjunta para recibir personas que van llegando a la ciudad y apoyen al hotel filtro que ya opera con estos fines, aunque revela que no se descarta poner en operación un segundo hotel filtro para poder darse abasto.
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