Sofía Martínez-Villalpando: Mujeres edutubers, el rostro de las científicas en el Internet
De acuerdo con la UNESCO, las mujeres científicas representan el 28% de todos los investigadores del mundo; mientras que, respecto a los hombres, de todas las mujeres en el mundo, el 35% decide dedicarse a las disciplinas STEM -por sus siglas en inglés- Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, y únicamente el 3% opta por realizar estudios en el ámbito de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
La UNESCO y ONU-Mujeres advierten que esta desigualdad tan profunda “no se da por casualidad”, sino que es una deuda histórica que arrastra detrás el nulo acceso igualitario a la educación para niñas y mujeres, y un contexto cultural y social de desigualdad y discriminación de género dentro de la investigación científica.
En plena era de la búsqueda de la igualdad y la equidad para la paz y el desarrollo, las mujeres luchan por resistir y triunfar en un medio que a través del tiempo ha sido considerado “masculino”. Es la gran pasión que les acompaña por aprender, descubrir, enseñar y divulgar el conocimiento, lo que las ha llevado a hacer un “doble esfuerzo”, pues además de sobresalir en sus áreas de especialidad, son portadoras del ejemplo con sus historias y trayectorias de vida.
Las edutubers, mujeres científicas creadoras de contenido digital especializado y de divulgación del conocimiento a través de la plataforma YouTube, se han convertido en portavoces de este mensaje. Ellas están firmemente convencidas de que la perspectiva de género no sólo debe atravesar las relaciones humanas en la sociedad, las decisiones políticas, la política y la cotidianeidad, sino, también el quehacer científico, la ciencia, la tecnología y el saber.
Por estas razones, estas físicas, biólogas, comunicadoras, historiadoras, matemáticas, astrofísicas e ingenieras que se han unido desde sus especialidades y trincheras al conocimiento a través del internet, han decidido compartirnos sus historias y trayectorias como un legado e inspiración para que otras niñas, jóvenes y mujeres como ellas, le pongan su rostro a la ciencia.
Esta es la historia de Sofía Martínez-Villalpando, bióloga, comunicadora científica, empresaria y creadora del canal de YouTube The Biologist Apprentice.
Por Ximena Torres de Zona Docs
En la vida real Bob Esponja no es cuadrado. Sí vive debajo del mar, pero prefiere un lugar oscuro en lugar de una piña. Y se alimenta de partículas orgánicas microscópicas, no de hamburguesas.
Si los personajes de El rey león realmente estuvieran en África, Nala sería la líder de la manada y no Simba.
En Dragon Ball Z, Goten y Trunks no tienen cola porque su gen humano dominó sobre su gen saiyajin de tener cola.
Así es aprender biología en The Biologist Apprentice, el canal de YouTube de Sofía Martínez-Villalpando. Ella es bióloga y nació en Guadalajara, aunque vive en Aguascalientes y ahí estudió la universidad.
Para quien no lo alcance a notar en sus videos, dice que es fan de las series y películas. Por eso, en su rol de comunicadora científica, combina la información de investigaciones y libros gruesos de biología, con los personajes de ficción. Ha encontrado que esa es la mejor manera de transmitir conocimiento a quien sólo recuerda o ha cursado las ciencias naturales de la primaria.
Para Sofía eso es divulgar la ciencia, una tarea de traducir y descifrar lo más complicado de la biología para que personas de todas las edades la entiendan. Y en su opinión, vaya que hace falta. Sobre todo, ahora, en medio de una crisis sanitaria.
Por eso, su video blog tiene dos objetivos principales: impulsar la ciencia y la tecnología en nuestro país, y mostrar que las mujeres pueden desarrollarse en disciplinas como la física, la química, las matemáticas y otras.
Ella, que creció con un padre biólogo, nunca tuvo muchos obstáculos para aprender de los animales, salir a campo a observarlos y tomarles muchas fotografías, como siempre quiso. Pero reconoce que ese no es el caso para otras mujeres a las que les enseñan que la ciencia no es para ellas.
“Creo mucho en la representación, entonces en mi caso yo estoy representando varias etiquetas que nos impone la sociedad: soy mujer, soy mexicana, soy latina. Es muy importante para mí tener esa representación, porque si hay mujeres que me ven y conocen lo que he hecho, pueden decir ‘si ella puede, ¿por qué yo no?’” dice Sofía.
En su canal de YouTube explica con más detalle la importancia de la representación. De nuevo, con ayuda de la ciencia detrás de las series y películas. En su video “El Efecto Scully” Sofía explica un fenómeno que surgió a partir del personaje de Dana Scully, coprotagonista de “The X-Files” o “Los expedientes secretos X”.
En esta serie de ciencia ficción estadounidense Scully es una investigadora y científica, un rol que pocas mujeres ocupaban en la sociedad cuando se estrenó el programa en 1993.
El Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios realizó una encuesta con la que comprobó que las mujeres nacidas entre los 80 y 90 que vieron “The X-Files” tenían 50% más probabilidades de desarrollarse en disciplinas como la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). Además, Dana Scully, interpretada por Gillian Anderson, era un modelo a seguir para esas mujeres.
“Yo soy de las personas que consideran que la ficción televisiva es muy importante porque tiene mucha influencia en cómo las personas perciben a los científicos. […] Tener esa representación es un componente vital para cerrar la brecha de género en los campos del STEM” dice Sofía en su video.
El informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que lleva por título “Descifrar las claves: la educación de las mujeres y las niñas en materia de STEM”, muestra que sólo el 28% de todos los investigadores en el mundo son mujeres. En la educación superior las mujeres sólo representan el 35% de todos los estudiantes matriculados en áreas relacionadas con STEM.
Esta desigualdad tan profunda no se da por casualidad, sino que a menudo se cría a las niñas con la idea de que las ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas son temas masculinos, y por lo tanto sus aptitudes en ellos son innatamente inferiores a las de los varones. Naturalmente eso disminuye su confianza, interés y deseo de desarrollarse en el estudio de dichas materias.
Además, justo como lo dice Sofía, la UNESCO explica que la falta de representación de niñas y mujeres en disciplinas STEM frena su progreso hacia el desarrollo sostenible.
“Son demasiadas las niñas que se ven impedidas de avanzar por causa de la discriminación, los sesgos, las normas sociales y las expectativas que impactan la calidad de la educación que reciben y las disciplinas que estudian” agrega el informe de la organización.
The Biologist Apprentice
Han pasado más de diez años y Sofía todavía recuerda el primer video que hizo sobre ciencia. Tenía que ver con un proyecto de ecología de la universidad cuando ella estaba en el primer semestre. Para empezar a publicar en YouTube pasaron cinco años más, pero The Biologist Apprentice nació mucho antes.
En 2010 su hermana mayor la convenció de abrir un blog para recopilar sus trabajos universitarios. Una especie de currículum o portafolio en línea. Abrió también su Facebook y Twitter, que estaban tomando cada vez más auge.
Sofía empezó haciendo tuits y posts cortos sobre datos de animales. En su página web blogueaba lo que aprendía en la universidad, así que como buena aprendiz la llamó The Biologist Apprentice.
Esa es la primera etapa de las tres en las que ella divide su trabajo como comunicadora científica. La segunda llegó cuando estaba en octavo semestre de la universidad y tuvo que juntar la biología con un proyecto de emprendimiento. En su gusto por usar prendas con animales estampados creó playeras ecológicas de 100% algodón con osos, arañas, mapaches y otras especies impresas en tinta a base de agua.
Les agregó una tarjeta con información sobre el animal impreso y ahora, además de ser una herramienta educativa, las ganancias del negocio sostienen su blog: los gastos de los videos, la página web, la tinta y todo lo que necesita.
“Yo quería que las personas al comprarlas (las playeras) conocieran sobre los animales. De hecho, una de las cosas que me sorprendió hace poco fue que una clienta regular me contó que es profesora y que usa las playeras como material didáctico para dar clases”, dice Sofía.
La tercera parte de The Biologist Apprentice fueron los videos. Sofía dice que en la escuela a ella siempre le gustó hacer exposiciones. No la atacaban los nervios como a otros de sus compañeros y hoy reconoce eso como una señal del amor por lo que hace.
Con la idea de hacer videos desde años antes, en 2015 publicó el primero en donde ella aparece hablando sobre biología. Desde entonces hay una nueva publicación cada semana en su canal de YouTube que, hasta ahora, tiene 44 mil suscriptores. Pero más allá de las vistas, los likes y las estadísticas, hay experiencias que le han cambiado la vida a Sofía y que han llegado con su trabajo como divulgadora científica.
Acepta que encontrar su voz y estilo para diferenciarse de los miles de creadores de contenido en YouTube ha sido un proceso muy largo, pero gracias a su trabajo ha tenido oportunidades como la de asistir al Science Media Awards & Summit in the Hub 2018 (SMASH) en Boston, Massachusetts. Ahí estuvieron las personas a las que ella reconoce como “la crema y nata” de la comunicación científica de la lengua inglesa.
Sofía publica sus videos en español y con subtítulos en inglés para que las personas que la siguen y hablan ese idioma entiendan sus mensajes. Por eso y por la calidad de su contenido la eligieron entre las primeras cinco de 200 solicitudes para asistir al SMASH.
Recuerda que ese momento fue decisivo para su vida profesional porque acababa de salir de un posgrado que no cumplió sus expectativas. Si estar en Boston le gustaba tanto como la emoción que sentía por ir, sabría que la comunicación científica era lo suyo. Y así fue.
“Para mí era como ir a Disney. Todas las cosas que me gustan de producción de videos, de comunicación científica y storytelling, todo estaba ahí, conocí a un montón de personas. Entonces fui la persona más feliz del mundo. Yo creo que es lo mejor que me ha pasado en la vida, porque desde ese momento decidí que me quiero dedicar a la comunicación científica” dice Sofía.
Durante el confinamiento por COVID-19 se contactó de nuevo con algunas de las personas que conoció en el SMASH y publicó en su canal de YouTube entrevistas con ellos y ellas. Allí estuvieron Sasha Samochina, subdirectora del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA; Beau Smith, escritor del comic Wynonna Earp; Sophie Ward creadora del canal de stand-up científico en Youtube, Soph´s Notes; y otras personas.
Gracias a The Biologist Apprentice, a Sofía también la han contactado para hacer revisiones y dar su opinión de libros en inglés sobre ciencia y ciencia ficción. Entre ellos están “Beyond biocentrism” (Más allá del biocentrismo) de Robert Lanza y “The Quantum Realm” (El reino cuántico) de Mark Montgomery.
En México, ha estado en presentaciones junto con Julieta Fierro, una de las divulgadoras científicas, astrofísicas y astrónomas más importantes de México. En 2019 estuvo en el panel “Redes sociales para comunicar la ciencia” del III Congreso Estudiantil de Biología del Instituto Politécnico Nacional, y en otros eventos como Talend Land en Jalisco.
Esos eventos que traspasan la virtualidad, son en los que Sofía reconoce el impacto que tiene su contenido en las redes sociales, así como, de la responsabilidad que llega con ello.
Traductora de ciencia
Antes de ser comunicadora científica, cuando apenas era una niña, Sofía pasaba horas y horas hojeando los libros de biología de su papá. Recuerda la imagen de un animal peludo, con muchos ojos, colmillos y que a muchos les provocaría escalofríos, pero a ella encantaba. Era la cara de una araña lobo.
“Era muy preguntona y muy curiosa, siempre quería saber todo sobre los animales. Siempre me llamaron muchísimo la atención, igual que los documentales y las películas sobre ellos. Tengo el mismo sueño desde que tenía tres años, que es colaborar con National Geographic o la BBC. No sé cómo lo voy a lograr, no sé si lo voy a lograr, pero no quiero pensar que nunca lo intenté. Sí lo estoy intentando y muy duro” dice la creadora de contenido.
Además de sus sueños, en su camino Sofía aprendió a reconocer el rol de los y las comunicadoras científicas en la sociedad: ser un vínculo entre la información pesada y traducirla para que, desde un niño o niña, hasta una persona de la tercera edad, entiendan de qué se trata.
Para ella, hacerlo a través de las redes sociales ha sido como un experimento científico, a prueba y error. Todo un proceso de descubrimiento e investigación sobre lo que funciona y lo que no para tener mayor alcance en Internet.
“A pesar de que no tengo un título de comunicadora científica, me preparo, tomo cursos, me estoy asesorando constantemente con personas que tienen estudios de filmación. Eso es lo que trato de incorporar a mis videos. No sólo sentarme, tener un guion, aprendérmelo y decirlo, sino tener una intención. No nada más es poner la información porque sí, es contar una historia en ciencia con la que vas a aprender algo” explica Sofía.
Y es que ser edtuber es una tarea que se toma con mucha responsabilidad y seriedad. Incluso al hablar sobre las probabilidades que las personas tienen de morir en el universo de Game of Thrones, o de la estructura química del gas letal de Dr. Poison en Wonder Woman. Sofía sabe que el interés que pueden adquirir sus seguidores –o no– por la ciencia, la mayoría de las veces dependerá de la forma en la que ella cuente historias y explique la biología, la química, las matemáticas y otras disciplinas.
Si las personas dicen que la ciencia es aburrida o da flojera, Sofía asegura que es porque no la conocen, ni se han acercado a ella de la manera más atractiva.
Reconoce que parte del problema está relacionado con el consumo cultural en México. En la televisión pública, por ejemplo, no es muy usual encontrar programas sobre ciencia o animales. Eso, además de limitar el alcance del trabajo de Sofía y otros comunicadores, encasilla a las personas a sólo consumir programas de entretenimiento, pero no de educación.
“Aquí en México la comunicación científica es limitada, el número de personas que la hacen también y las personas que lo hacen bien, todavía más. Por ejemplo, aquí no tenemos una productora que haga cosas de ciencia. A mí me han dicho que me acerque a las televisoras, pero ¿a dónde?” cuenta ella.
A pesar de esas condiciones adversas que le han puesto obstáculos para profesionalizar su labor, el apoyo de su familia y seguidores son toda la motivación que Sofía necesita. No busca ser famosa, ni que las personas la sigan ciegamente. Prefiere ayudar a su audiencia a formar su propio criterio al consumir información, y dice que no le importaría tener diez seguidores si al menos en uno de ellos tiene un impacto positivo.
“Hay personas que me dicen que gracias a mis videos están estudiando biología. Ese tipo de mensajes y retroalimentación de las personas me da mucha motivación y es lo que más me llena. Significa mucho para mí porque sé que estoy ayudando a alguien” dice la creadora de The Biologist Apprentice al explicar lo que más le gusta de traducir la ciencia para todos y todas.
Sofía Martínez-Villalpando forma parte de los 28 canales que integran el proyecto Eduvid20 y es uno de los 18 que están administrados, producidos o conformados por mujeres creadoras de contenido digital especializado.
Eduvid20 es una iniciativa que nace en el marco de la contingencia de salud por el coronavirus y luego de la medida sanitaria que, en medio del aislamiento social, obligó a millones de niñas, niños, jóvenes y sus profesoras y profesores a trasladar sus clases presenciales a sesiones virtuales.
El proyecto lo integran un grupo de 28 canales de creadoras y creadores de contenido educativo y especializado en la divulgación de la ciencia a través de la plataforma YouTube, también conocidos como edutubers; quienes preocupadas y preocupados por la situación que atraviesan las y los estudiantes en el país, decidieron compartir su conocimiento sobre diferentes áreas y niveles educativos a través de videos temáticos y sesiones en vivo.
En el proyecto participan científicos y científicas de México, Madrid, Buenos Aires y Bogotá.
La comunidad de Edutubers se ha unido para crear la página www.edutubers.net, un repositorio en línea donde han dispuesto toda la información temática y los enlaces a los distintos canales que forman parte del proyecto, entre los cuales se encuentra una sección que lleva por nombre: “Mujeres creando”.
Aquí puedes conocer el canal The Biologist Apprentice: https://www.youtube.com/channel/UC653q4YFMJ5Jf-gS644YpAg
Y sus redes sociales son:
Facebook: https://www.facebook.com/TheBiologistApprentice/
Twitter: https://twitter.com/thebiologista
Instagram: https://www.instagram.com/thebiologista/
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