Pandemia y contaminación afectan actividades pesquera y turística de Playa Vicente
#AlianzadeMedios | Por Diana Manzo de Página 3
Juchitán, Oax., (#pagina3.mx).- Desolación y preocupación enfrentan más de 250 pescadores de Playa Vicente Oaxaca, pues enfrentan contaminación conjugada con Covid19.
Su sistema lagunar padece la descarga de aguas negras de siete municipios del Istmo de Tehuantepec e impide la actividad pesquera.
Se suma también la afectación económica por la contingencia sanitaria del Covid-19, que ha provocado que el 70 por ciento de restaurantes estén cerrados.
Playa Vicente es una agencia municipal de Juchitán que se localiza a 9 kilómetro de esta ciudad del Istmo de Tehuantepec.
Su camino carretero se encuentra en pésimas condiciones y su rehabilitación requiere de aproximadamente 27 millones de pesos, según datos de sus autoridades locales.
Las aguas negras que llegan a la laguna se vierten de dos formas.
A 5 kilómetros ingresa el agua del Río de Los Perros, que nace en la sierra mixe zapoteca pero a su paso atraviesa siete municipios:
- Laollaga,
- Chihuitán,
- Ixtepec,
- Ixtaltepec,
- El Espinal,
- Juchitán y
- Xadani.
Desemboca en la laguna inferior del pueblo ikoots de San Mateo del Mar; sin embargo, a través de un desagüe ingresa a Playa Vicente.
Los pescadores agrupados en dos cooperativas: “Jaiberos y “Che Cata” además de unos cuantos libres ya no pueden pescar cerca de la laguna.
Ahora tienen que dirigir sus embarcaciones al mar vivo, que implica un gasto excesivo en gasolina y compra de artes de pesca de mayor costo.
“No nos queda otra que ir a mar de fondo, en la laguna ya no se puede, una mancha negra cubre las orillas e impide pescar.
“Ahora tenemos que invertir más dinero para el diésel, es un 100 por ciento más, lo cual implica mayor inversión.
“Y lo peor, es que lo que obtenemos no es mucho.
“Además tenemos que repartirnos entre varios de nosotros”, explicó Ángel Gutiérrez Rosado, presidente de la cooperativa “Jaiberos”.
Restauranteras en situación crítica
Marcelina Rosado Guerra y María Eugenia Santiago Cruz, ambas dueñas de restaurantes en Playa Vicente, aseguran que la situación “está jodida”.
No hay venta desde hace ocho meses cuando inició la pandemia, refieren con pena.
Sus ventas han caído totalmente y para solventar sus gastos familiares tienen que vender el pescado en la ciudad de Juchitán, de casa en casa.
Además de esta afectación, aún padecen los estragos del sismo de septiembre del 2017.
Ninguna recibió los apoyos para reconstrucción, por lo que sus viviendas están con afectaciones y grietas.
El agente municipal de Playa Vicente y también pescador, Fernando Santos, recalcó que existe una gran necesidad en la comunidad pesquera.
Además de la contaminación y la pandemia, también enfrentan el cierre de la bocabarra San Francisco y ahora practicar este oficio es “más complejo”.
Programas federales, una esperanza
Reiteró que ellos viven de la pesca y por eso han buscado la oportunidad de obtener beneficios y apoyos.
A través de proyectos productivos que impulsa el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).
Con la creación de “Granjas acuícolas”, que esperan sea una realidad, porque será lo que salve su actividad que agoniza.
“Ahora tendremos estanques artificiales para poder criar peces y venderlos, esa es la única opción.
“Atravesamos una crisis económica muy fuerte, aunado a un acceso carretero pésimo que ahuyenta a comensales y turistas, todo se junta, realmente estamos muy abandonados”.
Finalmente, los pescadores hicieron un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y solucionen el tema de la contaminación lagunar.
También que atiendan la falta de apoyos productivos para la pesca.
“Nos sentimos abandonados, sin nada, nuestra carretera está pésima, no hay pesca regular como teníamos antes y la poca que tenemos la capturamos muy lejos.
“Invertimos mucho dinero en poco producto, es urgente los apoyos. Nosotros sabemos trabajar, lo hemos hecho por mucho tiempo.
“Esta vez solo necesitamos “un empuje”, unos recursos para seguir y ya”, concluyó el también pescador Esteban Espinoza Castillejos.
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