Inicio de clases en Guerrero devela desigualdad: con señal de TV deficiente y sin internet en comunidades
La educación a distancia no es una opción en las comunidades serranas y sin acceso a internet del estado. Muchos padres de familia no tienen ingresos suficientes para comprar fichas de internet, temen un rezago educativo para sus hijos
#AlianzadeMedios | Por Jesús Guerrero y Marlén Castro de Amapola
Chilpancingo
Amojileca es una comunidad ubicada a 20 minutos de Chilpancingo, de unos mil habitantes, en la que constantemente se va la señal de televisión, sobre todo en temporada de lluvias y no existe una antena para utilizar internet. En estas condiciones, el inicio de clases a distancia por parte de medio millar de alumnos de nivel básico y de bachillerato, es incierto.
En el principal acceso a esta comunidad están los edificios escolares y en medio hay un camino que conduce a la plaza de toros, la cual tiene el nombre del actual gobernador del estado, el priísta Héctor Astudillo Flores, a quien pobladores y autoridades le han pedido una antena para tener acceso a internet.
Erika Álvarez Ramos, madre soltera con dos hijos que estudian en la escuela primaria Josefa Ortiz de Domínguez, hace y vende tortillas, con esos ingresos sostiene los gastos de su casa y la educación de sus hijos.
Para ella, las clases que se darán a distancia por la pandemia de Covid-19 le imponen dos grandes problemas: uno, que no podrá estar atenta a que sus hijos estén recibiendo las clases por la televisión abierta; el otro, si llueve, como suele suceder todos los días en agosto, la señal de televisión se va a perder.
En esta época del año las lluvias en esta comunidad son constantes. Es un pueblo que está en la zona baja de la Sierra.
En algunas zonas de este pueblo hay señal para conectarse al internet pero solamente a los que tienen la posibilidad de comprar una tarjeta wifi.
«Son cinco días de clases y cada tarjeta que dura un día vale 20 pesos, serían 200 pesos que yo gastaría a la semana por las dos tarjetas y eso es imposible», lamentó.
Mientras explica su situación frente al ciclo escolar 2020–2021, Erika machaca con las manos las pequeñas bolas de masa de maíz y luego las coloca en una máquina de donde salen las tortillas, las echa al comal, las voltea dos veces, y luego éstas comienzan a esponjarse.
Dice que en las clases presenciales, las que tienen un horario fijo, ella sabe cómo organizarse. Pero el ciclo escolar que comienza le es incierto.
«Ahora (a partir de este lunes 24) tengo que dejarlos en mi casa, prenderles la televisión para que tomen sus clases y yo venirme a trabajar», compartió.
Las tareas que les dejen a sus dos pequeños hijos se las va a revisar cuando ella regrese a su casa, en la tarde.
Sus hijos, uno que entró a sexto año y el otro a quinto de primaria, seguramente van a extrañar a sus compañeros de la escuela.
«Ya no podrán jugar en el recreo y estar en el salón de clases con sus maestros”, dijo.
En la escuela donde estudian sus dos hijos es de tiempo completo; las clases inician a las ocho de la mañana y terminan a las cuatro de la tarde.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) diseñó este programa de Escuelas de Tiempo Completo para mejorar la calidad de la enseñanza en las comunidades rurales.
Erika señaló que a ella le ayudaba que sus hijos estuvieran en esta escuela porque pasaban mucho mayor tiempo recibiendo clases y además aquí les ofrecen el comedor comunitario.
«Para mí era una gran ayuda eso de que mis hijos les dieran de comer en esa escuela», contó Erika.
El comisario municipal de esta comunidad, Alberto Lorenzo Marino, explica que en las cuatro escuelas, una de preescolar, otra de primaria, una más de secundaria y la de telebachillerato, hay una plantilla de unos 400 alumnos.
Si en Amojileca llueve durante el día se va ir la señal de televisión abierta y el internet, confirma el comisario.
En algunas zonas de Amojileca ya hay antenas de televisión por cable, pero de igual forma se irá la conexión cuando llueva.
A pocas horas de enfrentar este reto educativo con los estudiantes, comentó que desde hace años han estado solicitando a las autoridades estatales y del municipio de Chilpancingo que instalen antenas para la televisión abierta y la de internet.
Denunció que ellos, como autoridad, acudieron con una compañía de servicio de internet, telefonía y televisión para que se instalara una antena.
La empresa realizó un estudio de mercado y les informó que no le convenía económicamente instalar una antena debido a que hay pocos usuarios potenciales.
En esta comunidad hay unos mil habitantes y su principal actividad económica es la agricultura, la explotación de los recursos maderable, la elaboración del mezcal y la gastronomía regional.
El comisario señaló que a pesar de que este pueblo está ubicado a menos de 30 minutos de la capital, las autoridades los tienen en el abandono porque resuelve las principales necesidades de sus habitantes.
Puso como ejemplo que hace unos días se reventó el tubo de agua que surte a la mayoría de los habitantes y tras días de gestión acudió personal de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Chilpancingo (Capach) para reparar el desperfecto.
«Pero lo único que hicieron fue amarrar con un pedazo de cuerda el tubo donde estaba la fuga», contó.
En esta comunidad de donde es originario el corridista zapatista Agapito Rodríguez, en enero de cada año sus habitantes realizan el festejo a la Virgen de Guadalupe a donde usualmente asisten los políticos y funcionarios para apadrinar corridas de toros o encabezar al desfile del Pendón.
Esas festividades que a veces son para labores de proselitismo en vísperas de elecciones a alcalde de Chilpancingo o a gobernador del estado, es aprovechado por las autoridades de Amojileca para solicitar a sus visitantes que resuelvan sus demandas.
Llevan años pidiendo la instalación de una antena para tener buena señal de televisión y de internet además de telefonía.
«Tenemos mucha agua porque en esta zona de la Sierra hay bastante”, explicó.
Medidas en Amojileca contra la pandemia
El comisario dijo que hasta el momento en Amojileca hay cero casos de enfermos por Covid-19 y eso lo atribuye a que desde un principio que empezó la pandemia establecieron medidas sanitarias.
Se instaló un filtro sanitario en los accesos a la comunidad además de que durante un tiempo no se permitió el ingreso de gente que no viviera ahí.
Se cerraron todos los restaurantes donde se vende comida tradicional y las fábricas de mezcal.
«Eso nos ayudó para que hasta este momento no haya casos de coronavirus en el pueblo», señaló la autoridad.
Dijo que apenas hace unas semanas se decidió reabrir todas las actividades económicas pero a los visitantes se les exige que utilicen cubrebocas y además gel antibacterial.
Las madres y padres de familia en vilo por la educación de sus hijos
Danna, de once años, inicia hoy su primer día de su último año de primaria. Está nerviosa y su madre también.
Estudia en el turno vespertino de la primaria José Vasconcelos, de la colonia del PRI, un conglomerado urbano del sur de la ciudad.
Para sus clases, Danna cuenta sólo con el celular de su mamá para conectarse a internet. La televisión de la familia es antigua. La señal de televisión podrán tenerla sólo si compran una antena especial para tener acceso a los canales abiertos. Pero eso será más adelante, por ahora, sólo cuentan con el celular de la madre.
Para el domingo, ya estaba avanzado el día, y aún desconocían cómo arrancaría el ciclo escolar.
“Como no tenemos televisión, no hemos visto cómo será el arranque de las clases, ni cuáles son los horarios para los diferentes grados”, contó Laura, mamá de Danna.
Danna tiene tres hermanos, ella es la menor. Sus hermanos no consiguieron estudiar. La necesidad económica y la ausencia de objetivos hizo que los tres mayores abandonaran la escuela y se pusieran a trabajar desde secundaria. El papá falleció hace cinco años.
Las esperanzas de la familia para que haya alguien con estudios están puestas en Danna.
“Quiero ser veterinaria, enfermera o maestra”, dice Danna. Las tres carreras le gustan igual pero se decidirá por la que esté al alcancé de sus posibilidades económicas.
Probablemente, la modalidad a distancia, aumente la desventaja de Danna para estudiar una carrera. Especialistas sostienen que la desigualdad de condiciones en la organización de los espacios familiares, además de los alcances reales de la conectividad y la carencia de servicios, incluso básicos, acentúan las desventajas para la población de mayor pobreza, en esta modalidad educativa a distancia.
La maestra del grupo de Danna creó un grupo de WhatsApp para informar a las madres y padres de sus alumnos, cómo sería la dinámica escolar en esta modalidad. Por esta red social enviará las actividades a realizar durante la semana.
Alrededor de las cinco de la tarde, la maestra envió el calendario con los horarios para ver los programas de televisión.
“No es obligatorio verlo, sin embargo, es un apoyo a su aprendizaje”, fue el mensaje con el que la maestra envío el horario de radio y televisión.
Conocer el horario fue otro motivo de preocupación. De acuerdo con estos horarios, Danna tendrá que ver la televisión de nueve a once y media de la noche para tener acceso a los contenidos educativos.
En Guerrero, estos contenidos podrán verse o escucharse por Radio y Televisión de Guerrero (RTG).
Las actividades educativas en esta modalidad Iniciarán a partir de las siete y media de la mañana, con un tutorial para madres y padres con hijos de los niveles de preescolar y primaria, y termina alrededor de las once y media de la noche.
Muchos hijos una sola TV: problema en puerta
Soy maestra de preescolar en el municipio de Atoyac. En el lugar donde trabajo conozco a familias que dicen que no cuentan con una televisión, mucho menos tienen computadora e internet, recursos importantes para el desarrollo de las clases de Aprende en Casa II.
Tampoco cuentan con un teléfono inteligente que les permita grabar el programa, ya que los horarios de dichas clases están mal planteados. En el caso de preescolar serán de ocho a nueve, lo cual me hace pensar que las autoridades jamás se han enterado de que nuestro nivel tiene clases a partir de las nueve de la mañana y termina a las doce. Este horario de las ocho de la mañana es complejo para los niños.
Otro problema que tenemos como maestros y también como padres es que en la mayoría de las familias hay niños de los tres niveles de educación básica, lo que representa un problema serio para las familias que solo cuentan con un televisor. Las clases de los niveles coinciden. El dilema aquí es a quien darle prioridad, porque tienen que usar la tele al mismo tiempo y ¿sin otros equipos en casa qué deben hacer los padres de familia?
Mi zona escolar optó por el trabajo a través de WhatsApp. Este será el medio para enviar y recibir trabajos. Los niños que no tengan acceso a este medio se les hará llegar un cuadernillo impreso, tomando las medidas recomendadas.
Será un trabajo complicado tanto para madres de familia como para estudiantes. Los dodentes estamos haciendo milagros por cumplir. Estamos habilitando rincones de nuestras casas como aulas provisionales con el fin de grabar clases y mostrarlas en videos o en las redes sociales y así hacer que nuestros estudiantes se sientan más cercanos a los centros educativos.
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