Dinero ilegal y elecciones en Puebla, la trilogía que relata la truculenta vida electoral en el estado
Es posible que a esa misma conclusión llegaron el año pasado el 67 por ciento de los posibles votantes que no participaron en la elección extraordinaria para elegir al nuevo gobernador de la entidad.
Y no era para menos, la población quedó desencantada con la democracia poblana luego de que en las elecciones de 2018, en las que resultó ganadora Martha Erika Alonso, el estado viviera su jornada electoral más violenta en los últimos 40 años, tal y como lo documenta la trilogía de libros Dinero ilegal y elecciones en Puebla.
Sin embargo, a pesar del lúgubre escenario, durante la presentación online de la obra, los participantes llegaron a una conclusión: votar y participar en la democracia es el mejor remedio para evitar una elección así, manipulada.
Dinero ilegal y elecciones en Puebla son tres libros colaborativos de Puebla Contra la Corrupción y la Impunidad en la que participan Alejandro Guillén Reyes, Salvador González Jaramillo, Sergio Mastretta, Itzel Jiménez Ríos, Abayubá Duché, Francisco Gutiérrez Ortega, Georgina Jiménez Ríos y Jorge Machuca Luna
Sergio Mastretta, uno de los autores, señaló que el objetivo de esta obra es ir al fondo de ese proceso electoral que metió a la sociedad poblana en una crisis. Profundizar, dijo, en el modus operandi de la manipulación de las elecciones, o en otras palabras, de cómo se roban las elecciones en Puebla.
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Víctor Reynoso, académico de la UDLAP que participó en la presentación, destacó dos cuestiones tratadas en la obra: una coyuntural y otra estructural. Con la coyuntural se refirió a la violencia ocurrida en 2018, que trajo consigo a la capital poblana un escenario violento inusitado, y el cual fue permitido por las autoridades e instituciones por la colusión que tenían con Rafael Moreno Valle.
“Fue un regreso al pasado de varias décadas. Fue una prueba de que los problemas pueden volver, que no hay soluciones definitivas. Las instituciones ni previnieron esa violencia, ni la castigaron, sigue impune”
La otra cuestión, la estructural, fue el clientelismo (el intercambio de favores o dinero por el voto o el apoyo a un político), el cual, dijo Reynoso, ha desaparecido en algunos lugares, pero en Puebla sigue presente. Lamentó que en el estado se haya pasado de un monopolio clientelar, a un mercado de clientelas, que incluyen a todos los partidos políticos, y que derivan en varias anécdotas chuscas contadas en la serie.
Por su parte, el politólogo Juan Carlos Canales, otro de los presentadores, señaló que la trilogía “es una inmensa lección sobre nuestro pasado, pero sobretodo una lección para nuestro futuro” y que deja la tarea de seguir mejorando las instituciones democráticas y de acercar a la ciudadanía a la ética, al derecho y a la política.
Rodolfo Ruiz, director del periódico e-consulta, compartió durante el evento que los libros le provocaron varios cuestionamientos sobre el sistema democrático poblano en cuanto a las irregularidades en las votaciones y en los gastos de campaña, así como de las posibles reformas para garantizar que sea electo quien mejor evaluado esté y que cuente con el respaldo popular y no quien mejor manipule estos procesos.
Asimismo, dio un breve resumen sobre los tres tomos de los que consta la obra:
En el primero, titulado Violencia en Puebla, se hace un análisis sobre el gasto en las campañas electorales de cada contendiente para la gubernatura del estado, así como de los hechos violentos no investigados e impunes de aquella jornada.
El segundo tomo, denominado al mejor postor en Puebla, es una descripción de cómo en México existe una floreciente industria del voto de la cual los gobernadores de la entidad, sin importar el partido, se han beneficiado para ganar una elección, para eliminar políticamente a un adversario o para atacar o apremiar a alguna institución.
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En uno de los ensayos de este tomo, expresó Ruiz, se da prueba de la sofisticación de los operadores electorales, que hicieron que en 2018 determinadas poblaciones rurales votaran por Martha Erika y que en 2019 lo hicieran por Barbosa. En otro ensayo, destacó, se describe cómo algunos medios periodísticos “se han puesto al servicio del mejor postor, y sin ningún rubor alaban a quien antes denostaban, y viceversa”.
En el tercer tomo, titulado Operación de Estado en Puebla, se analiza a partir de entrevistas a testimonios, cómo los gobernantes han convertido las elecciones en un asunto de Estado: “la historia de los operadores electorales que dejaron de ser mapaches, alquimistas, roba urnas, para transformarse en ingenieros electorales” y así, saber, por ejemplo, en qué distrito hay que inyectar votos o movilizar votantes para que sin que sean percibidos, reviertan la tendencia negativa para un candidato.
La importancia de la participación en la democracia
“¿Cómo contrastar una realidad de personas y grupos de poder que ahorita mismo están trabajando para manipular la elección del año que viene al mejor postor, con la imagen de una joven que ha perdido la confianza en las instituciones que tenemos para la democracia en Puebla?”, pregunta Sergio Mastretta.
Víctor Reynoso enfatiza “hay voto clientelar, pero también hay voto de opinión” y hace un recuento de las elecciones en las que el gobernante tenía el aparato de poder y no pudo imponer a su candidato, como cuando en 1999 Manuel Bartlett buscó que José Luis Flores fuera gobernador de Puebla, pero Melquiades Morales le ganó la partida.
No todo es dinero en las elecciones poblanas, expresa Reynoso. El académico señala su preocupación de que la consecuencia de los análisis presentados en la obra sean la conclusión de la hija de Mastretta: “como hay mucho dinero, como ya todo está comprado, ¿pues ya para qué voto?”.
“Precisamente por eso hay que votar. Entre más gente que vota por su opinión se desanime, se quede en su casa, el voto clientelar va a ser más eficaz”, sentencia Reynoso.
Por su parte, Rodolfo Ruiz agrega, luego de mencionar que el voto clientelar puede mover por mucho un 20 por ciento de los votos, que “en la medida en la que haya una alta participación, las posibilidades de manipulación disminuyen”.
Y Juan Carlos Canales finaliza la reflexión diciendo “al leer el libro, yo también pase de la estupefacción a la depresión, al desencantamiento, pero de ahí también me di cuenta que sólo a través de la participación ciudadana, del debate público, de la exigencia de rendimientos de cuentas, es como este país va a cambiar”
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