Alison Gabriela, el feminicidio de una niña durante la pandemia

#AlianzadeMedios | Por Aranzazú Ayala Martínez de Lado B

El 24 de marzo un grupo de paramédicos particulares recibió una llamada: Daniela “N”, mamá de Alison Gabriela, de apenas dos años y tres meses, les decía que su hija tenía un problema, que estaba mal y pedía sus servicios. La ambulancia no tardó en llegar; minutos antes de las ocho de la noche dos paramédicos ingresaron al domicilio donde encontraron a la niña en la orilla de la cama, sin signos vitales y sin ropa.

Alison fue trasladada al Hospital Universitario donde el personal médico confirmó que había llegado ya sin vida. Sin embargo, al ver también algunas marcas de violencia en el cuerpo, la trabajadora social dio parte a las autoridades para iniciar la investigación.

Los paramédicos que acudieron a la llamada, relataron a LADO B que al llegar a la casa y revisar a Alison se dieron cuenta que no tenía pulso, además de que presentaba relajación de esfínteres y estaba totalmente fría. Después notaron que su cuerpo tenía marcas de moretones y maltrato físico.

Daniela “N”, madre de Alison Gabriela, y Víctor “N”, padrastro de la pequeña, dijeron versiones distintas a su familia y al personal del hospital; dijeron que probablemente se había caído y golpeado en la cabeza, pero no tenía ninguna lesión o golpe en el cráneo. La causa oficial de defunción fue traumatismo abdominal por un objeto cerrado, lo que puede implicar un golpe muy fuerte.

Este lunes 6 de abril es la audiencia de vinculación a proceso para Daniela y Víctor, quienes están en prisión preventiva por los datos de prueba presentados por la Fiscalía General del Estado (FGE). Ambos fueron detenidos el jueves 2 de abril en el curso de la investigación a cargo del área de homicidios, que fue canalizada como feminicidio.

Mediante su enlace de comunicación social, la FGE anunció que “este lamentable hecho ya queda completamente esclarecido por parte de la Fiscalía de Puebla que da seguimiento jurídico al caso”.

Alison Gabriela no tenía más de dos años y, de acuerdo con quienes la vieron, tenía signos de desnutrición, pues su complexión no encajaba con su edad. Los paramédicos que compartieron su testimonio piden que se haga justicia para la pequeña, quien en su corta existencia no pudo gozar de sus derechos como niña ni tampoco a una vida libre de violencia como mujer.