Ejercer el periodismo en México “es estar bajo fuego”: Citlalli López
*La reportera condenó las agresiones que enfrenta María de los Ángeles Nivón por denunciar casos de acoso sexual en los COBAO´s.
* Participó en un ejercicio de reflexión denominado ¿Libertad de expresión en México?, organizado en el MACO.
#AlianzadeMedios | Por Paulina Ríos de Página 3
El reporte 2015 de Freedom House señala que México es de los países más riesgosos para ejercer el periodismo y revela que esta labor constantemente está bajo fuego, afirmó la periodista Citlalli López, durante la charla ¿Libertad de expresión en México?
En el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), se organizó un ejercicio de reflexión sobre el ejercicio del periodismo, en torno a la exposición Res Pública que desde el 6 de marzo pasado se exhibe en este lugar.
El proyecto es una retrospectiva que nació en 2014, cuando la compañía de artes escénicas La máquina de teatro convoca a cinco colectivos del país a crear un espacio flotante y reflexionar sobre México.
La charla con periodistas que se dio la noche de este jueves es consecuencia de ese proyecto en el que se han combinado artes escénicas y visuales.
Luego de hacer un recorrido por la exposición que aborda los proyectos de nación de impulsaron Emiliano Zapata, José Vasconcelos y Ricardo Flores Magón, las y los periodistas participantes realizaron un pase de lista de periodistas asesinados en el país.
Posteriormente, las periodistas Jamilet Carranza, Rocío Flores y Citlalli López, y los periodistas Pedro Matías, Miguel Ángel Maya, Antonio Mundaca y Juan Carlos Zavala realizaron la charla ¿Libertad de expresión en México?, que fue moderada por la periodista Paulina Ríos.
En un ameno encuentro de dos horas, las y los periodistas charlaron sobre las dificultades para realizar periodismo en Oaxaca, los riesgos, el peligro que representa el crimen organizado para la libertad de expresión.
Asimismo, reflexionaron autocríticamente sobre los retos que se tienen, como el realizar un periodismo más cercano a las personas, y qué hacer para que la sociedad les tenga confianza.
A continuación presentamos el texto que la compañera Citlalli López leyó ante el público.
Libertad de expresión y censura en los medios de comunicación
El ejercicio diario de periodismo me lleva a reflexionar constantemente el papel que desempeño frente a la sociedad, si éste es responsable, si mi información está debidamente sustentada, si utilizo el lenguaje adecuado y entendible, si habrá un impacto positivo para el ejercicio de los derechos, sobre todo en beneficio de los derecho de las mujeres, enfoque que me adoptó hace varios años desde que empecé a trabajar con CIMAC.
Como derecho básico y herramienta fundamental de mi día a día, me exijo cubrir esta serie de compromisos pues la libertad de expresión sin responsabilidad ante una audiencia cada vez más analítica, participativa y reaccionaria, combinada con canales de comunicación inmediatos y capaces de viralizar en un minuto la información, nos puede llevar a violación de derechos, violencia hacia un sector o sectores de la sociedad, reproducir clasismo, racismo, misoginia, homofobia, discriminación.
La libertad de expresión sin responsabilidad nos lleva a decir cosas como “se quedaron en casa para hacer el aseo” como Francisco Nava, alcalde del municipio de Cintalapa, en Chiapas al referirse al paro de mujeres, “la reforma de los matrimonios gay daña más que el narco” Hugo Valdemar vocero de la arquidiócesis de México, “Si usted es pobre, cuídese, no haga hijos” directora de cultura de la región de Guelaguay, Argentina, Nora Ferrand.
Frente a estas expresiones y muchas otras que llegamos a escuchar en la radio o leer en columnas, la responsabilidad de los medios de comunicación es fundamental, no para reproducirlas sino para cuestionarlas.
Si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental establecido en la constitución mexicana no podemos volverla un escudo para escondernos y evadir la responsabilidad que implica sobre todo cuando nuestros mensajes impactan en miles de personas.
Por otro lado, la libertad de expresión también se enfrenta a un enemigo con muchos rostros llamado censura, que como nunca antes se ha hecho más presente y con formas cada vez más infames para coartar investigaciones, denuncias, exigencias de justicia.
En México, la fragilidad de la libertad de prensa representa una situación crítica a pesar de ser un derecho fundamental.
De manera descarada, la censura ha buscado instalarse en todas las redacciones, ya sea bajo líneas editoriales, “llamadas de atención” ordenadas por el funcionariado, peticiones de despido, pero también mediante intimidación de las fuentes, que por descaro o por errores de dedos son puestos al descubierto como recientemente vimos con el caso de María de los Ángeles Nivón, directora del portal Primera Línea, a quien a través de un mensaje amenazante buscan censurar su trabajo de opinión sobre la cloaca destapada en los COBAOS. En este caso en específico, por ejemplo, otra forma de censura ha sido tirar la página.
En este momento quisiera hacer una pausa para condenar este ataque y exigir que se haga lo necesario para salvaguardar la integridad de la periodista María de los Ángeles Nivón por la amenaza abierta de Jorge González Illescas al enviarle por error un mensaje en donde textualmente le decía “maldita enferma” “hay que saludarla…bien”.
Esa y otras formas de censura instaladas en el estado han arrebatado la vida de las y los periodistas o llevar al destierro para salvar la vida como lo fue el caso de Ana Luisa Cantoral, quien tuvo que exiliarse tras una serie de amenazas de muerte.
Nuevas formas de censura se han presentado, por ejemplo en las mañaneras del presidente vemos a “periodistas”, en un papel de defensa del presidente cuestionando a otros periodistas inclusive llamando a la agresión física o a investigaciones judiciales.
Diagnósticos como el del reporte 2015 de Freedom House, en el cual se señala que México es de los países más riesgosos para ejercer el periodismo nos revela que esta labor constantemente está bajo fuego, sea uno o más las y los periodistas asesinados por ejercer su labor, sea la causa una razón política o meramente delincuencial, el periodismo en una democracia moderna no debería ponernos en riesgo y sobre todo los asesinatos no quedar en la impunidad.
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