El gobernador de Guerrero elimina presupuesto para biodiversidad
Toma esta medida en un contexto de cambio climático que conlleva a la extinción de especies y pérdida de áreas naturales, alertan especialistas
Texto: Beatriz García de Amapola
Fotografía: Oscar Guerrero, Angie García, José Luis de la Cruz
El gobierno de Guerrero no destina suficientes recursos para mejorar, extender y preservar la flora y la fauna que habita el territorio y eliminó este 2020 el presupuesto para biodiversidad, indicaron especialistas a Amapola. Periodismo transgresor.
El presupuesto que el gobierno de Guerrero destina para medio ambiente se utiliza para cuestiones de fachada, como mantener el zoológico Zoochilpan, y otros, que no contemplan una política integral en esta materia.
Guerrero ocupa el cuarto lugar en biodiversidad –en cuanto a aprovechamiento forestal, diversidad de flora y fauna–, pero esta riqueza natural no tiene inversión por parte del gobierno local. No hay programas ni proyectos para mejorar la naturaleza y emplear estos recursos en beneficio de la población, consideran.
En el ejercicio fiscal 2020, el presupuesto designado para la Semaren es de 23 millones 800 mil pesos, desaparece biodiversidad y otorgan mayor presupuesto al parque Zoochilpan, que aumentó tres millones más con respecto al año anterior: ocho millones de pesos.
En el presupuesto de egresos del 2019, el gobierno del priista Héctor Astudillo Flores designó la cantidad de 13 millones 400 mil pesos para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren).
Para biodiversidad destinó una suma de dos millones de pesos, por debajo del presupuesto aprobado para la operación del parque zoológico Zoochilpan, cuya suma fue de cinco millones 200 mil pesos.
En el portal oficial del gobierno estatal hay un artículo denominado Guerrero: El Pulmón Verde de México, en el que señala que: “es necesaria la creación de una estrategia de adaptación basada en la conservación y manejo de ecosistemas, a fin de incrementar su capacidad de resiliencia y reducir la vulnerabilidad de las poblaciones humanas ante factores antropogénicos –referente a los efectos, procesos o materiales que son el resultado de actividades humanas– y fenómenos naturales, entre ellos el cambio climático”.
Una de las estrategias son las Áreas Naturales Protegidas (ANP), y en el estado sólo hay 11, con diferentes regímenes de protección, federal o estatal, con una superficie de 9,388.73 hectáreas, equivalente al 0.15 por ciento de la superficie estatal, cuyos objetivos se han dirigido principalmente hacia la protección de las zonas urbanas, de captación de agua y terrenos forestales.
El artículo enfatiza que Guerrero, después del Distrito Federal, ahora Ciudad de México, es la entidad con menor superficie de ANP de competencia de la federación, y hasta 2009, no contaba con estas áreas.
La cobertura actual de las ANP en el estado es insuficiente, porque las áreas decretadas en su mayoría no reflejan la diversidad estatal y, en consecuencia, poco aportan a la conservación de la diversidad y riqueza que aún alberga Guerrero y la problemática actual que enfrenta.
Especialistas opinan sobre la biodiversidad y zonas prioritarias en Guerrero
El doctor en Ciencias Forestales, Octavio Klimek Alcaraz, opina que en México persisten especies que fueron identificadas por primera vez en Guerrero, pero que desafortunadamente la zona en el estado no ha sido estudiada en su totalidad, por lo que hay un déficit en cuanto al conocimiento de la biodiversidad y sus usos.
En Guerrero hay especies únicas, lo que iguala al estado, con Veracruz, Oaxaca y Chiapas, donde sí hay una inversión mayor para proteger sus animales y plantas.
Explica que ocupa el cuarto lugar en biodiversidad, aunque no cuenta con selvas húmedas como Oaxaca y Chiapas, pero sí tiene selva tropical y bosques.
Hace un recuento de las zonas prioritarias del estado: lagunas costeras que deben cuidarse como la de Coyuca, Chautengo, la de Tres Palos, las que deberían tener una forma de manejo y conservación específica.
Hacia la sierra de Atoyac están los bosques de niebla o bosques húmedos, cuenta Klimek, justo en las zonas cafetaleras, una región donde viven los jaguares de Guerrero y hay cientos de aves como los colibríes.
“De lado de la Costa Chica, también sobre la gran cuenca del Papagayo hacia las partes altas, tienen bosques de niebla que las comunidades rumbo a la Montaña han asumido como compromisos de conservación; luego cuando rebasas el Filo Mayor, del otro lado, vas a tener las grandes áreas de selvas tropicales secas de la cuenca del Balsas, ahí tenemos esfuerzos de conservación en la zona donde se encuentra el punto fronterizo de Morelos y Puebla”.
En esa zona, prosigue, se ha tratado de hacer una área de conservación, conformada por las comunidades, donde se pueden encontrar áreas importantes por su grado de rareza en las especies, como la Cañada del Zopilote, un centro de alta biodiversidad; hacia Leonardo Bravo (Chichihualco), Chilpancingo, hay bosques de niebla, que se prolongan desde Yextla, municipio de Leonardo Bravo hasta Omiltemi, también en la capital.
Recuerda que cuando ocupó el cargo de titular de la Semaren –2015– hicieron un ejercicio de ficheo de áreas, luego se han tratado de hacer estudios, pero para que haya conservación en las ANP el gobierno debe aspirar a ser catalizadores del desarrollo.
“No se trata de no tocar sino se trata de aprovechar, o de aprovechar para conservar, o de conservar para aprovechar, esta idea es la de considerar de manera inclusiva a las comunidades que viven en ese entorno de áreas de alta biodiversidad biológica”, sugiere el especialista.
El problema de conservación de la biodiversidad es difuso, porque muchas veces se cae en el orden de las prioridades en un estado como Guerrero, con problemas como la pobreza y la inseguridad, pero no se consideran que están vinculadas a la conservación, “y cuando no se entiende que la relación integral que hay es que si conservas esas zonas, se hacen productivas de manera sostenible: se va a eliminar la pobreza y las causas de asuntos como la inseguridad, por lo que se necesita una nueva cultura ecológica”, sostiene.
Hay un abandono sistemático al medio ambiente
El Colegio de Biólogos también analiza y pone énfasis en los problemas que aquejan el medio ambiente, aunque no siempre son escuchados.
Su presidente, el biólogo Ricardo Pérez Carmona dice que en su diagnóstico hay un abandono sistemático de las instituciones, del presupuesto, de los gobiernos.
“Es en todos los niveles de gobierno, no es la federación, no es el estado, son todos. Los recursos que venían asignándose de la federación se han ido degradando año con año. El estado ha mantenido un presupuesto raquítico conforme a lo que tenían planeado desde el plan estatal de desarrollo”, lamenta.
Los municipios tampoco tienen la capacidad ni dan la importancia que necesita el sector ambiental, que eso se ve desde las asignaciones de presupuestos de las direcciones y terminan por ser solo paliativos. La mayor parte del presupuesto municipal proviene también de la federación.
Pérez Carmona comparte que si bien Guerrero es un estado con grandes áreas protegidas, mantiene el último lugar en políticas públicas destinadas al aprovechamiento de su biodiversidad.
Hay un “gran faltante” en el tema de planeación de acciones para la conservación de la flora y fauna.
En su opinión, las acciones hechas son aisladas, estudios particulares como el del jaguar, las guacamayas y el murciélago, pero que son esfuerzos de colectivos, o de un grupo de biólogos que traen una línea de trabajo, y que sólo en ocasiones, la Semaren llega a aportar.
Plan de desarrollo ambiental de Guerrero, políticas hacia el futuro
El Colegio de Biólogos participó en la elaboración del plan de desarrollo de la actual administración estatal.
Uno de los puntos asentados en el plan fue la creación de reservas naturales protegidas en los 81 municipios del estado y preservar su ecosistema. El biólogo se cuestiona dónde están los resultados al respecto. Se han percatado que no ha existido ningún decreto de ANP.
Uno de los esfuerzos de colectivos es el del Proyecto Guerrero Jaguar, para la conservación de la especie y su entorno. Los activistas hablaron con autoridades de Semaren, hubo un compromiso de apoyo que no concretó la dependencia, este año esperan que sí tenga el interés y la cabalidad.
“Estamos conscientes que no se le meta millones de pesos al proyecto, sino coordinar acciones con educación, desarrollo rural, y con Semaren pensando en proyectos estratégicos, obviamente entraría la Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (ANP). En áreas naturales protegidas, entrarían otras dependencias ambientales al juego como Semarnat”.
El biólogo pone énfasis en los quehaceres que tiene con su equipo para la conservación de la biodiversidad, como darle seguimiento puntual a cada una de las ANP federales y estatales.
Enlista entre las ANP federales el parque nacional El Veladero, en Acapulco con 3,617 hectáreas; el nacional Grutas de Cacahuamilpa, en Tetipac con 1,600 hectáreas y el parque nacional Juan N. Álvarez, en Chilapa, con 528 hectáreas.
Mientras que las ANP estatales son el santuario Piedra Tlacoyunque, Tecpan de Galeana con apenas 29 hectáreas; el santuario Tierra Colorada, Juan R. Escudero, con 53 hectáreas; parque estatal Bicentenario, Acapulco, con 30 hectáreas; reserva estatal El Nanchal, Chilpancingo, con mil 383 hectáreas; reserva estatal El Pericón, Huitzuco, con 369 hectáreas; reserva estatal Los Olivos, Chilpancingo, con 1,243 hectáreas; reserva estatal Palos Grandes, Huitzuco, con 448 hectáreas y parque estatal El Limón, Zihuatanejo, con 86 hectáreas. Áreas que ni siquiera tienen un plan de manejo.
“Lo que queremos este año es consolidar los corredores del proyecto del jaguar, esos se convertirán en otras áreas naturales que son corredores biológicos para la conservación del jaguar”.
Por otro lado, comenta que en el estado debe de hacerse el estudio de biodiversidad, hubo un intento de hacerlo con financiamiento de Semaren, la dependencia hizo las convocatorias y sólo dos reuniones.
Mirar hacia el futuro ambiental
Por otra parte, en un contexto de cambio climático que conlleva a la extinción de especies y pérdida de áreas naturales, Octavio Klimek deja la responsabilidad a las autoridades municipales, de los estados y de la federación. “No han tenido visión ni les ha importado el tema”, acusa.
Considera que de todos los poderes y órdenes de gobierno, los mandatarios y encargados de área deben debatir sobre el qué hacer si se quiere mantener el sentido de la vida, porque en cambio han optado por un supuesto desarrollo que ha devastado ecosistemas.
Debe haber un cambio conceptual y de implementación en las políticas públicas actuales, para ya no tener los mismos problemas, y cada vez se pierde más tiempo, advierte.
El estado tiene apuestas estéticas como el zoológico Zoochilpan. Klimek, pese al presupuesto que tiene el parque, considera que “el Zoochilpan tiene que ser cerrado, no ofrece las características de trato digno a los animales, no cumple en general, por ejemplo con su principal función que sería, reorientar a un sitio más adecuado”.
Es triste que ésta sea la opción de preservación del ambiente, porque el zoológico está enrejado, además de que ya no es un buen propósito de educación ambiental, los animales no pueden vivir en libertad y tienen que vivir entre construcciones de cemento.
No hay la suficiente sensibilidad y esto no cambiará mientras no haya un interés que no dependa de la ganancia política o electoral.
Para conservar la biodiversidad debe haber prácticas de las actividades productivas: si se hace un deterioro de actividades agropecuarias, se pierden espacios de vida, si a eso se le suma que también hay otras actividades como la caza indiscriminada sobre especies que tienen un grado de riesgo como el jaguar.
El problema tiene que ver por un lado con la historia de la entidad al no tener un impulso sobre las áreas naturales protegidas de manera formal, sólo algunas, pero, que son productos de historia como las grutas de Cacahuamilpa, un parque nacional que está a cargo de la administración de las comunidades, en la región Norte del estado.
Este tipo de proyectos está a cargo de las comunidades que tienen presiones por grupos criminales, debido a los ingresos económicos que existen, lo cual es otro problema.
“Cuando te das cuenta de todo este tipo de asuntos no estamos logrando tener una conservación oficial, nos queda la conservación de facto, que es la que hacen las comunidades rurales, tanto campesinas como de pueblos indígenas. Si tu no apoyas a las comunidades que cuiden sus recursos con incentivos para que tengan mejores prácticas para que desarrollen proyectos”, explica.
No hay solución concreta, pero un inicio será la articulación de las políticas públicas. Hay un parque que no ha sido decretado, aunque es de propiedad estatal, con una superficie de 3 mil 600 hectáreas, que es el parque estatal 0miltemi, que cuenta con ejemplares flora y fauna únicos en el país, como el conejo de Omiltemi.
Postura de Semaren
Amapola Periodismo encontró al titular de la Semaren, Arturo Álvarez Angli, en un evento del zoológico Zoochilpan y quiso cuestionarlo ampliamente sobre el tema y las acciones que lleva acabo la dependencia. Evitó la entrevista, dijo que llevaba prisa y opinó de manera breve.
Escuetamente contestó que hacen “talleres para la conservación”, sin explicar en dónde y en qué consisten.
También dijo que está trabajando, apoyando y colaborando con los núcleos agrarios y comunidades para que en sus asambleas avancen en el proceso de áreas naturales declaradas voluntariamente a la conservación. No compartió las zonas.
Sobre el Proyecto Guerrero Jaguar, dijo que está en gestiones. Han aportado sólo 50 mil pesos. Según él, este año apoyarán con más recursos.
Festeja su apoyo al parque de Chilpancingo: “el zoológico también es un esfuerzo de conservación y es un esfuerzo muy importante inclusive somos parte de este esfuerzo, de esta estrategia binacional para el rescate del lobo mexicano”.
Sin comentarios aún.