Mínima ayuda de Sedesol con guarderías para las trabajadoras
El programa “Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras”, que opera la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), tiene una cobertura mínima porque en 2013 atendió al 7.8 por ciento de las madres que en ese momento trabajaban, buscaban empleo o estudiaban, y que carecían de servicios de cuidado infantil para sus hijas e hijos.
En 2013 ese programa atendió a 272 mil 269 personas, sin embargo la cobertura del programa representó el 27.7 por ciento de la población objetivo y el 7.8 por ciento de la población potencial; además de que Sedesol no se coordinó con los gobiernos estatales y municipales para potenciar el impacto y fortalecer la cobertura.
De acuerdo con el resultado de una auditoría de desempeño que realizó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a Sedesol, en 2013 había 9 mil 457 estancias infantiles en todo el país que beneficiaron a 272 mil 269 personas, de las cuales el 31.7 por ciento no tenía trabajo al momento de ingresar al programa.
El programa surgió para apoyar a las madres trabajadoras porque, según un diagnóstico elaborado en 2010 por encargo de la Sedesol, de 1995 a 2009 la participación de las mujeres en el mercado laboral ascendió de 36.8 por ciento a 40.8 por ciento, asumiendo un rol más activo e importante para el sustento de sus hogares.
Sin embargo, el cuidado infantil es considerado tarea de mujeres, esto aunado a que la falta de opciones para el cuidado infantil para las madres se traduce en su reducida participación laboral, o una menor permanencia en el empleo por retardos o inasistencias derivadas de no descuidar su papel como responsable del hogar.
Actualmente, advirtió la ASF, hay una insuficiente oferta pública de servicios de cuidado infantil, ya que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se enfocan solamente a madres derechohabientes.
En su auditoría, la ASF indicó que verificó si este programa realmente ayudaba a las mujeres a cerrar brechas de género, si servía para que las trabajadoras acumularan experiencia profesional, y por tanto sus ingresos aportados al hogar subieran, o tuvieran tiempo para estudiar y capacitarse para el trabajo.
Como resultado de la evaluación del programa, que para 2013 recibió poco más de 3 millones de pesos, se encontró que además de que sólo se atiende al 7.8 por ciento de la población potencial, falta coordinación con el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), y tener indicadores claros para medir el cumplimiento de los objetivos a favor de las trabajadoras.
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